11-Venganzas.

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Era nuestro último día de castigo.

No encontrábamos Noah y yo en la cabaña 23 hablando de cualquier estupidez que se nos ocurriera.

En un momento de silencio, recordé que debía planificar unas cuántas bromas y que necesitaría ayuda.

-Noah.-lo llamé cautelosa.

-¿Si?

-¿Me ayudarias a planificar unas bromitas para algunas personas?

-¿Quiénes serían las víctimas?

-Tu hermano y Maddie.

-Te ayudo sólo si le hacemos una broma a Brad también.

-¿Y a el por que?

-Por idiota. Por cómo te trató hace un tiempo y por cómo nos trató a nosotros.

-Esta bien. Esto es lo que vamos a hacer...

(***)

-¿Tintura?-le pregunté a Noah como los doctores hacen con sus asistentes.

-Lista.

-Me refiero a que me la pases idiota.

-Cierto, no te enojes-y me paso la tintura.

Nos encontrábamos en la cabaña 28. Más bien, en el baño de la cabaña 28.

Lo primero que hice fue vaciar el frasco de shampoo que decía Maddie y lentamente le puse la tintura naranja dentro.

-Esto va a estar genial. Pagaría por ver su cara luego de ver su cambio de imagen.

-Yo también, pero tenemos la suerte de poder hacerlo gratis.-le dije.

-Tienes razon.

-Siempre la tengo.

-Vamos a la cabaña del objetivo dos: Brad.

-Ok, vamos.

Salimos de la cabaña 28 para dirigimos a la 25 que era la de Brad.

Una a vez allí rodeamos la cabaña para buscar alguna forma de entrar. Por suerte el idiota dejo la ventana abierta asi que entramos por alli.

Al entrar vimos tres camas, colocadas como en mi cabaña.

En la más cercana a la ventana se encontraba un chico rubio al que nunca había visto. En la del medio estaba un chico de cabello color caoba con apariencia del típico chico nerd. Y en la otra cama vimos a Brad.

Nos acercamos y comenzamos con la venganza.

-Pásame la máquina de afeitar y la espuma o como se llame.

-Máquina y como se llame a la orden.

-Sólo haz silencio y pásame lo que te pedí.

-Esta bieeeen.

Y me paso los materiales.

Cuidadosamente, le depilar las cejas, completamente.

-Jajaja. Déjame sacarle una foto a esto.-me dijo Noah riéndose.

-Espera, primero hago lo de la espuma.

Y tracé su contorno con la espuma y lo que restaba de su cama y que su cuerpo no ocupaba fue cubrido también.

-Ahora puedes sacar la foto siempre y cuando el teléfono no tenga flash ni este con sonido- le hable.

-Genial.

Sacó su foto y salimos.

-Es tiempo de ir hacia el tercer objetivo.-le dije.

-Vamos.

-¿Tienes las llaves?

-Obvio.

Y así nos dirigimos a la cabaña 23.

El tercer objetivo era Chase. Con el debíamos ser menos extremos ya que es mas chico y no podemos modificarlo físicamente ya que el sabría que fuimos nosotros.

Entramos a la cabaña y vi que el niño estaba durmiendo en el sillón.

-¿Qué es lo que dijiste que le haríamos?-le pregunté a Noah ya que el no quiso decirme.

-Vamos a cortar sus preciadas remeras. Se que parece bobo pero el ama su ropa más que a el mismo.

-Entonces pásame las tijeras.

Y así es como, una por una, fuí cortando las remeras de Chase.

Esto de las venganzas estaría genial.

(***)

Uno se imagina que, al ser día sábado, uno se despierta con el canto de los pájaros o con los suaves murmullos que se sienten desde afuera de la cabaña.

Pero como mi vida no es normal, me desperté por dos enormes y agudos gritos que se sintieron, probablemente, por todo el campamento.

Me reí al imaginarme de quienes podrían ser esos gritos.

-¿Qué mierda fue eso?-pregunto Riley adormilada.

-No lo se. Vayamos a ver.-le dijo Peige.

Las tres salimos de la cabaña. No nos importó estar en pijama, sólo salimos.

Y valió la pena. Afuera se encontraban Brad y Maddie con sus respectivos...cambios de look.

Estalle en carcajadas y las chicas a mis lados también.

Estábamos las tres riendo como focas en el piso cuando veo a un niño salir furioso de la cabaña 23.

El pequeño llevaba una "camisa". Si es que a eso se le podía llamar camisa. Estaba toda rota, con los cortes que mi tijera le hizo ayer.

Detrás de él salió Noah riéndose de lo que traía puesto.

-Esta bien. No pienso volver a delatarlos. Pero por favor llama a mamá para que me traiga otra ropa.-escuché que el niño le pedía a su hermano.

-A eso debes conversarlo con la jefa de la mafia.-le respondió el chico mirándome.

Al instante me levanté y me dirigí hacia Chase.

-Escúchame, si vuelves a delatarnos tus camisas seran lo de menos.-le hablé con mi voz de mafiosa. Si, tengo una voz para todo.

-Ok. No lo volveré a hacer.

-Perdonado-dije.

N/A

Perdooooooooon por tardarme así.

Es que estaba con muchas evaluaciones y estoy harta.

Es más, hoy mismo me tomaron dos evaluaciones y los temas eran eternos.

Pero aquí tienen su capítulo.

Puede que me tarde con el siguiente también pero le pido mil disculpas.

Voy a tratar de no tardarme tanto esta vez.

Saludos

Cande.

Campamento de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora