Caminé hasta la habitación de huéspedes en donde dormía Justin, golpee suavemente dos veces y espere, algunos segundo más tarde Justin abrió la puerta mientras se refregaba los ojos para ver mejor.
—Siento haberte despertado —me disculpé
—No te preocupes —me dió un beso en la frente —¿No puedes dormir? —me preguntó
Negué con la cabeza
— ¿Por qué? —me preguntó
En ese momento sonó bastante fuerte un trueno me estremecí y gemí —Por eso —suspiré
—Ven acá —me abrazó y empezó a llevarme a su cama
—Gracias —suspiré y me abrace a él
—Por nada princesa ¿Por qué les tienes miedo? —me besó la cabeza
—No lo sé —levanté los hombros y acomodé mi cabeza en el espacio que se creaba entre su cuello y su hombro —Desde pequeña les tengo miedo —suspiré
—Entonces será mejor dormir abrazados —me apretó contra su pecho y se rio en mi oído
Me puse nerviosa, nunca había dormido con ningún hombre diferente de mi padre, no podía negar que era bastante cómodo y me agradaba la sensación de sentirme protegida, me agradaba sentir como el calor corporal de Justin me envolvía y como sus brazos abrazaban mi cintura con delicadeza, pero lo más lindo de todo era escuchar los latidos de su corazón, eran lentos y relajados, todo lo contrario a los míos, su corazón me hacía sentir paz me hacía sentir relajada.
—Descansa —me dijo Justin antes de tomarme del mentón y subir mi rostro para besarme
Sentir sus labios sobre los míos era lo único que necesitaba para sentirme mejor, suspiré sobre sus labios y Justin envolvió mi cintura con su brazos al tiempo que me hacia girar sobre la cama quedando él sobre mi pero sin apoyar su peso en mi cuerpo, Justin separó sus labios de los míos, me vio a los ojos y me brindó la sonrisa más hermosa que he visto alguna vez en mi vida que mi corazón se enloqueció y mis mejillas se sonrojaron, pasé mis brazos detrás de su cuello y lo abracé.
—Nunca había conocido una chica como tú —me dijo Justin
— ¿Cómo? —pregunte confundida —Extraña, bipolar, sentimental, tímida, insegura? —suspiré y me callé
—No, nunca había conocido a una chica tan tierna, sencilla, especial, protectora, divertida, soñadora, valiente —junto su frente con la mía —Tu vales mucho Lauren, es solo que tú misma no te valoras.
—Es solo que.. —levanté los hombros
—Es solo que nada, nadie es perfecto en la vida, todos tenemos defectos y tu no eres la excepción —me sonrió —Tus imperfecciones es lo que te hace perfecta y si alguien te dice que no yo mismo lo mato —se rio en mi oído y me besó la mejilla —No eres inferior a nadie, recuérdalo siempre —me dijo Justin antes de envolverme en sus brazos para que me durmiera
Al día siguiente me despertó el pequeño rayo de luz que entraba por aquella línea delgada que separaba las cortinas de la habitación de Justin, aunque fuese pequeña el sol logró acomodarse de tal manera de que me diera justo en medio del rostro, me levanté y estiré los brazos entonces vi a Justin dormido, su boca estaba ligeramente abierta pero se veía perfecto, se veía tan tranquilo que no pude despertarlo, solo estuve observándolo por mucho tiempo hasta que al fin empezó abrir los ojos
—Hola —sonrió y estiró los brazos
—Hola —sonreí de vuelta
—Justin —tocaron a la puerta y me escondí por pura inercia bajo las cobijas