Como gatos arañados

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Se acerca a mi boca y me susurra que le rete,

con sólo pensarle veo esas chispas de las que tanto nos hablan,

esas chispas que saltan cuando los deseos se cumplen,

esas chispas que nos convierten en monstruos,

las que se nos dibujan en los ojos al imaginarnos.


Me acaricia la cara con las manos y no sé donde estoy

pero ya no me importa,

no tengo el más mínimo interés en saberlo.

¿Soy mala persona por no sentirme así?


Nos respiramos y el aire se tiñe de colores

que ni sabía que existían.

Somos egoístas

porque no queremos que nadie más los descubra,

son nuestros humos, nuestras mentiras, nuestras verdades.


Por donde pasa quema mi piel y luego la cura,

es lo que ocurre cuando acarician tus heridas a besos.

Me mareo en silencio, inventamos más sabores,

compongo una melodía secreta

y jugamos a que sabemos lo que nadie sabe.


Me da igual todo,

está caminando por un hilo del que estoy sujeta.

Se lleva mis ojos cuando pasa

y me los devuelve mirándome

como si fuera la única persona del mundo,

como si no existiera nadie más,

como si estuviéramos solos en el universo.


Somos horribles.

Nos derretimos las espaldas con vaho congelado,

con alientos hambrientos anaranjados,

con la luz que entra por su ventana

que maldito sea el vecino que nos mira desde el bloque de en frente.


Cerramos los ojos

y le pido que me susurre

coloreando las pecas de mis hombros.

Y acabo teñida de mil sabores.

Es de noche,

y cogemos juntos el tren de los sueños

para amanecer arañados

como gatos en un tejado de zinc caliente.  

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⏰ Última actualización: Apr 04, 2016 ⏰

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