Nunca llegué a olvidarme de ti.

Algo inesperado

Ladybug acabó por dejarse llevar, siguieron besándose, ella sentía un calor en el pecho que nunca había experimentado antes, le recorrió por la espalda un escalofrío de placer y tenía la sensación de cómo si hubiera estado esperando ese beso durante toda su vida, ya había besado a Chat en otra ocasión, en San Valentín hace años, cuando Cupido Sombrío, pero no era lo mismo. Ahora los dos eran conscientes de lo que hacían.

-Dios, cuantos años deseando hacer esto. -Dijo el felino sonrojado con una gran sonrisa seguida de un suspiro.

Pasados unos segundos después de que Chat dijera eso Ladybug reacciona y se da cuenta de lo que acababa de hacer, recordando a Felix, su actual novio.

-¡Chat! ¡No podía! Estoy con alguien, ¿por qué lo has hecho? -Dijo Ladybug furiosa. -Lo siento Chat, me tengo que ir.

Ladybug dejó allí sólo a Chat Noir, el cual no sabía en qué pensar, ¿Cómo era posible que su Lady, su preciosa y amada Ladybug estuviera saliendo con alguien? Estaba realmente confundido y a la vez furioso, quería saber quién era esa horrible persona que le arrebató a Ladybug.

Por otra parte, Ladybug llegó a su casa y finalizó la transformación en cuanto entró por el balcón a su cuarto. Se tiró en la cama, llorando y abrazando un cojín desconsoladamente, ¿Porqué no lo apartó en cuanto se acercó? Estaba realmente confundida, cuando Chat Noir la besó sintió un calor en el pecho que nunca había sentido, ¿Qué le dirá a Felix cuando vuelva de Italia? ¿Cómo lo mirará a la cara sin sentir vergüenza? Aunque lo que más le preocupaba en ese momento era que si Felix era su novio cómo podía ser que no hubiera sentido lo mismo cuando lo besaba, ¿Acaso eso significaba que no estaba enamorada de verdad de él? La cabeza se le estaba llenando de preguntas que no había modo de contestar.

-Vamos Marinette, no fue para tanto. -Le dijo Tikki intentando que dejara de llorar. -Sólo fue un beso.

-Pero Tikki, he sentido algo que nunca había sentido besando a Felix.

Marinette seguía triste y preocupada por la situación, obviamente no pensaba dejar a su novio por una cosa así, esperaría unos días para ver como avanza la historia.

A la mañana siguiente, Adrien quedó con su amigo Nino y con Alya, quería ponerse al tanto de todo lo que no se podía contar a través de las redes sociales y ya de paso felicitarles por la reciente pedida de mano. Adrien seguía preocupado por las palabras de Ladybug la noche anterior, aún así lo intentaba disimular para que no le hicieran preguntas, pero Nino se dio cuenta, como buen mejor amigo de Adrien.

-Adrien, ¿qué te ocurre? -Preguntó Nino después de un suspiro. -Estás raro, no me lo puedes negar.

-No sé si contártelo... -Nino con un gesto de manos le animó a responder. -Está bien, ¿recuerdas la chica a la que me declaré hace cuatro años y me rechazó? Pues me la encontré ayer, ha vuelto a París.

-¡Pero si eso son buenas noticias! -Dijo Nino animado.

-No Nino, no lo son, me dijo que estaba con alguien y que no me podía corresponder, a pesar de que el beso que nos dimos fue como un sueño hecho realidad.

-Espera, espera, espera, ¿te le declaraste a pesar de no haberla visto en años? -Alya se empezaba a interesar por la conversación de los dos amigos. -¿Cómo se te ocurre?

-La emoción del momento, supongo.

Alya le siguió regañando, hasta que le sonó el móvil, era Marinette.

-A ver, a ver, Marinette, tranquilízate, dime que te ha pasado... ¡¿Cómo?! ¿Y qué le dijiste cuando te besó?... ya veo, espera, estoy a 10 minutos de tu casa, deja que me despida y voy. -Cuelga el teléfono. -Lo siento chicos, pero Marinette me necesita.