Se quedaron en silencio por un buen rato observando la basílica por todos los ángulos posibles para intentar descubrir cómo habían desaparecido— ¡Espera! Los acabo de ver salir desde una ventana circular transformados de nuevo. ¿La ves?
—Sí, y tiene un dibujo de mariposa.
Mientras tanto, en el piso compartido de Adrien y Nathaniel, estaba teniendo lugar una gran y fuerte discusión entre la pareja de prometidos y el artista, de nuevo, la pareja quería convencer a Nath de que dejara esa malsana relación con la prima de Marinette.
—¿¡Pero por qué narices no me dejáis en paz!? —Gritó furioso el pelirrojo.
—Porque creemos que no te hace bien... —Respondió Marinette.
—Sabemos que no te hace bien. —Corrigió Adrien.
—¿Y a vosotros qué os importa? Soy mayorcito ¿no? —Nathaniel golpeó la pared— ¡Dejad de meteros todos en mi vida!
Acto seguido cogió a su kwami, se transformó y se largó del apartamento por la terraza. La pareja seguía perpleja por lo que había pasado, ¿Y si tenía Nath razón y lo mejor era dejarlo en paz? Por otra parte, Lucía también estaba siendo atosigada por Lila, la italiana la había invitado a tomar algo en su casa y le estaba insistiendo de todas las maneras posibles en que Lucía debía conseguir de un modo u otro el corazón de Nathaniel.
—Venga, llámale. —Insistió Lila ofreciéndole el teléfono a Lucía.
—Que no, que vergüenza.
—¡Lucia! —Gritó la italiana a modo de riña— ¿A ti te gusta Nath, sí o no? —La joven de ojos castaños asintió con una pizca de miedo— ¡Pues ya está! Coge el teléfono y llámalo!¡Invitalo al cine o a tomar un café, a algo!
Lila le sostuvo la mirada por unos segundos hasta que Lucía al fin se decidió a hacerlo y cuando empezó a marcar lentamente el número de teléfono de Nathaniel, su versión heroica apareció por la ventana del salón. Cane Protettore y Lucía se quedaron absortos observándose el uno al otro. Lucía con curiosidad, ya que nunca había estado tan cerca de un héroe de París y Cane porque no se esperaba encontrarse con la chica que le creaba dudas en el piso de su mejor amiga, justamente para pedirle perdón por lo de Bridgette y ayuda con Lucía. Por impulso, Cane Protettore entró en el salón y sin decir nada agarró de la cintura a Lucía y se la llevó lejos de allí.
—Asi se hace, Nath. —Dijo Lila con una sonrisa de victoria y aprobación. Acto seguido cogió el teléfono con el cual iban a llamar al pelirrojo, borró el número marcado y llamó a Adrien— Adivinad quien ha pasado por aquí y se ha llevado a Lucía.
Cane evitó llevar a Lucía al típico lugar de encuentro de los héroes, es decir la torre Eiffel, ya que, si realmente quería estar a solas con ella, tenía que buscar otro lugar.
—¿A dónde vamos? —Preguntó Lucía con miedo, no soportaba las alturas y menos aún siendo sólo y únicamente protegida por un brazo en su cintura.
—Te llevo a Notredame. —Dijo él serio y sin apartar la vista del camino— Quiero hablar contigo seriamente.
Lucía evitó hablar más y se concentró en agarrarse bien del cuello del héroe pelirrojo. Cuando llegaron a lo alto de Notredame, Cane la dejó en el suelo con sumo cuidado.
—Lucía, —Empezó a decir él pensando bien sus palabras— te he traído aquí para poder hablar a solas.
—¿Pero de que tendríamos que hablar un héroe al que es la primera vez que veo y una chica cualquiera?
—No haría esto si no creyera que puede valer la pena... —Cane finalizó su transformación para dejar ver su forma civil. Lucía no creía lo que sus ojos veían.
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Nunca llegué a olvidarme de ti.
Fanfic{Primer premio en la categoría "Romance" del concurso Verano 2016 de @ConcursosMLB} Sentimientos confusos que renacen a traición después varios años al encontrarse el uno con el otro. Una joven que insiste en haber olvidado y rehecho su vida. ...