«Vingt-Six»

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«Vingt-Six»—un anniversaire pas comment l'autres.

Douglas y yo habíamos dejado la casa por el día de ayer, no podíamos quedarnos en un apartamento tan destruido.

Hice una llamada urgente a una compañía de aseó, para que cambiaran todo en mi apartamento, di ordenes especificas, todo el living menos los cuartos.

No sabia muy bien hacia donde iba, pero sabia que por el resto de el día debía buscar un lugar donde dormir.

La noche habia llegado tan rápido, que ni tiempo me dio de reflexionar de analizar este dia. Mañana se cumplían 20 años de mi desagradable existencia, y aunque las otras veces no me importaba, sentía que poquito a poquito la tristeza tomaba mas posesión de mi.

Parqueo el auto delante de aquella casa, no sabia para donde ir... Y a pesar de todo, solo confiaba en una persona.

Toque el timbre esperanzado de que alguien abriera la puerta, era tarde. Muy tarde, las posibilidades de que todos durmieran eran muy probables,para mi sorpresa Las rejas de aquella casa se abrieron dándome paso hacia la enorme casa, estacione mi Mercedes a el lado de el carro deportivo.

Saque a Douglas y sin darle tiempo de ponerse en sus cuatro patitas, lo eleve cargándolo como si de un pequeño bebe se tratara.

Una mujer de cabello negro me dio la bienvenida a el momento que la puerta se abrió. Sus ojos estaban llenos de alegría. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras me acercaba.

Pase mi mano por mi cabello y soltando un pequeño suspiro hable.— No sabia, donde ir.. Yo..— ella me corto. Impidiéndome que me disculpará, era de entender, solía hacer eso muy a menudo últimamente.

¡Patrañas! ¡Entra ya, estas en tu casa!—murmuro la mujer mientras abría grandemente la puerta. Douglas se removió en mis brazos.

Entre a la casa, Madenelia me guío hasta la cocina, eran pocas las veces que venia a esta casa. Deje a Douglas en el piso.

Me senté desprevenidamente sobre el taburete mientras pasaba mis manos sobre mi cabello. — ¿Ma? ¿Wynn no esta cierto?. — apoye mi cabeza sobre el mesón. Mientras parpadeaba varias veces.

No tocaba ser un genio para saber donde estaba actualmente, la única persona que me daba confianza era Madenelia, ella es como una madre para mi, a pesar de ser solo una empleada: Solía darme mis regaños y mis merecidos golpes cuando hacia algo que Iba en contra de mis principios y valores, ya que todo lo que mis padres no me enseñaron,me lo enseño ella.

¡Muchacho! ¡por Dios!.—de un jalón me hizo poner de pie. Pellizco mis mejillas con tanta fuerza que hice una mueca de dolor.— si el patrón fuera estado aquí, te fuera abierto aun así la puerta. Mi niño, cuéntale a esta mujer como haz estado.. Como te sientes.. Cuéntame todo.— tomo mi mano y me guío hasta la sala, Douglas seguía mis pasos.

Douglas puso su cabeza sobre mis pies. Me removí un poco inquieto, no sabia por donde empezar. Tenia miedo sinceramente lo tenia. Mama Made podía llegar a ser muy mala cuando contaba cosas que la sacaban de sus casillas.

Dime mi pequeño.. ¿que te trajo por aquí?.— murmuro la pelinegra, poniendo despreocupadamente su mano sobre mi pierna, dandole un pequeño apretón.

Suspire.—Mama, durante estos últimos días an pasado muchas cosas, no quiero agobiarte con mis problemas.—hice una mueca. — yo solo quería saber como estas llevando las cosas.

Me regalo un suspiro y desprevenidamente paso su mano por su cabello.— como no me quieres contar nada, entonces yo tampoco te contare.— se puso de pie mientras negaba.—iré arreglarte una cama; no creas que soy ingenua, hay una chica de por medio muchacho; solo haz las cosas bien. confía en Dios y veras; que ganarás.

Me enamoré de una chica Pentecostal © [1]  BORRADOR COMPLETO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora