Me enamoré de una chica Pentecostal © [1] BORRADOR COMPLETO.

«Epilogue» ||

Les mots mes manque pour exprese tout ce que je sent pour toi. Part deux

Adriana caminaba sosteniéndose fuerte del brazo de su padre, por momentos dejaba escapar sonrisas, pues su padre le indicaba donde poner sus pies para no tropezar.

Cuando sus ojos hicieron contactos con los de Adiel y lo vio llorar sintió que su mundo se detenía, pues era la primera vez que veía a su chico llorar de felicidad, ya que las anteriores veces solo lo había visto gimotear de triste y dolor.

O cuando el oraba a Dios y esas veces ella trataba de darle su espacio ya que cuando ella estaba hablando con Dios, el hacia lo mismo.

No supo en qué momento llegaron delante de su chico de ojos esmeralda . El chico camino hasta ella, se ponía notar desde lejos lo nervioso, radiante y feliz que se notaba.

Santiago tomó la mano de Adiel.

El silencio se hizo en la Iglesia, para así escuchar lo que el padre de la novia, tenía para decir al hombre que se convertiría oficialmente en su yerno, al cual el le entregaría su única hija.

El hombre suspiró—Yo Santiago Angers, en este momento te entregó lo más preciado que Grace Cataloni pudo haberme dejado.—Santiago tomó la mano de su hija, luego hizo que aquella se entrelazará con la de Adiel.

el chico de ojos esmeralda, observo la mano de Adriana, sonrío, se sentía vivo.

Por fin podía sentir sus dulces y delicadas manos sobre las suyas, tomó un poco de la cola de vestido de adriana haciendo un puño una parte.

—Gracias.—dijo la pequeña observándolo, como deseaba poder besarlo.

evidentemente, esa mirada que ella le dio no pasó desapercibida para nadie, se notaba desde lejos lo mucho que esos dos se aman.

Solo tenía que ser un poco más paciente, que el pastor los declarase marido y mujer y entonces ella podría hacer lo que deseaba hacer en este justo momento; besarlo, tocarlo, sentir sus fuertes brazos rodearla.

—pueden tomar asiento.—dijo el pastor, observando a los dos jóvenes delante de él tomar asiento en las sillas especiales para ellos dos.—Estimados hermanos, familiares y amigos, nos hemos reunido aquí para ser testigos de los votos nupciales que Lawrence Adiel Hilton y Sarah Adriana Angers Cataloni.—dijo el pastor tratando de pronunciar de lo mejor que podía el nombre de sus feligreses.— harán ante Dios en este día. Dios instituyó el matrimonio en el principio: (Génesis 2:18-24) Y dijo Jehová Dios, no es bueno que el hombre esté sólo; le haré ayuda idónea para él. . . Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.