«Notre dernier mot et décisions. »

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                 «23 novembre 1997 »

Tu madre, siempre te ha escrito cartas. La mayoría de su tiempo se la pasa diciendo que yo no lo hago y ahora es cuando vengo a notarlo. Nunca he tomado el tiempo para expresarte mis más fieles sentimientos.

No soy el tipo de hombre bueno para escribir, es la razón por la cual esperé que tu madre se durmiera para dejar fluir mis sentimientos y plasmarlos aquí, en esta hoja, así como cada día, a cada año lo hizo tu madre.

Recuerdo la primera vez que tu madre entró a casa gritando que serias un niño, mis ojos se llenaron de lágrimas, tu madre en un principio pensó que eran de dolor, pero estaba equivocada, yo realmente deseaba fervientemente que fueras un niño, uno sano y salvo.
Paso mucho tiempo desde la última vez que pude verte, te imagino como todo un varón con los ojos de tu madre, por lo menos deseaba que tuvieras algo de ella, pero Dios no lo quiso así y sacaste esos ojos esmeraldas, como los de mi padre.

Dios que está en los cielos sabe lo mucho que los amo, a pesar de que ya nuestros días con tu madre están contados quiero que tengas en claro algunas cosas.

No fui el mejor padre del mundo ni tampoco el mejor esposo, fui un hombre malo hijo, muy malo.

Quiero contarlo para que tengas aunque sea una pequeña prueba de nuestro amor y de las veces que hice sufrir a tu madre, a pesar de amarla.

Sabía desde el principio que no viviría para explicarte los motivos y las razones que me empujaron a ser quien fui, pero aun así quiero tomar unos segundos para contarte nuestra pequeña historia.

Conocí a tu madre a la edad de catorce años, yo era su vecino, prácticamente la vi en pañales. Debes de estar riéndote en este momento, lucia hermosamente tierna en especial ese día cuando la vi. La amé a un punto que, aunque yo era ateo y ella cristiana nuestro mundo no podía unirse, hice todo lo que estaba en mi alcance para tenerla, amarla y respetarla. Jamás de los jamases la besé ni la toqué como lo hacían los demás a sus respectivas parejas. Yo realmente la esperé y la amé más que mi vida.

Sabes hijo, un hombre enamorado es capaz de hacer cualquier cosa por su reina y tu mamá era más que una reina para mí, ella era mi corona, mi tesoro más preciado, la que le daba alegría, y mi más grande logro.

Cuando la conocí bien, me volvió más loco y de inmediato le pregunté que si sentía algo por mí, me dijo que los dos no éramos del mismo mundo, dijo que yo era un inconverso y que eso iba contra sus creencias.

"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; ¿por qué que compañerismo tiene la Justicia con la injusticia? ¿Y la luz con las tinieblas?" corintios 6:14 

Le dije que haría lo que fuera con tal de no perderla. Me enseñó cosas hermosas, la amé hijo a tal punto que hubiera dado mi vida por ella. Pasó un leve tiempo y mucha oración y conociendo más de Dios me entregué.
Tiempo después le pedí que se casara conmigo, ella gustosamente respondió a mi propuesta haciéndome en aquel momento el hombre más feliz sobre la faz de la tierra. Me guardé para ella y estaba seguro que ella se había guardado para mí. Luego de unos meses, tú naciste. Nuestros días, fueron felices el tiempo que duraron.

Sabes, tú tío nunca fue malo de hecho él  sufría de una enfermedad la cual desconocíamos y que solo se producía cuando le daban ataques de ira, él te amó o te ama, solo actuó de esa manera, porque su enojo lo cegó he hizo algo imperdonable para la sociedad.
No te diré que lo odié porque sencillamente es mentira yo lo amé  mucho hasta el final de mis días. Pero sobre todo hijo mío quiero que sepas que te amo, aunque no te podré o no pude verte crecer eres lo más hermoso que Dios puso en mi camino, junto con la hermosa madre que tenías.

Oh también quiero que sepas que te enamoraras; sí hijo llegará esa chica en el momento que Dios haya decidido que estarás listo, para darte todo el amor que no alcanzamos a darte.

Deseo de todo corazón, mi Lawrence que el primero en tu vida y corazón sea, siempre nuestro señor Dios.

Nunca olvides, que cada decisión que tomes, tú eres el responsable de ellas, de las palabras y acciones que tomes hazla de corazón, no lo hagas por los demás. Vales mucho amado hijo, eres regalo de Dios mi pequeño príncipe, mi mitad. Fuiste lo más sagrado para este hombre que tanto te amó.

"Nunca olvides que, aunque tu padre y tu madre te dejaren con Todo el señor Te recogerá"
Salmos 27:10

Tu padre, que Jamás leyó la letra de tu madre: Andiel F.

Me enamoré de una chica Pentecostal © [1]  BORRADOR COMPLETO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora