"Los demonios también sienten."

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Aquella noche se encontraba ordenando la habitación cuando encontró el diario que hace tiempo atrás Ford se lo había otorgado. "¿Quién será F.? " Se cuestionaba, quería saber quién era aquella persona, qué había sucedido, aunque sabía que solo una persona lo sabría y ese alguien era Bill, aún así él iba a poder resolver el misterio, por lo que no necesitaba ayuda del contrario, agregando que le faltaba descubrir que trato había hecho con él.

– ¡Bill Cipher! – Exclamó tratando de ver si podría hacer que el contrario apareciera repentinamente como aquel día. – ¡Cipher! –  Volvió a decir, pero no había respuesta alguna, por lo que creyó que no iba a suceder nada, hasta que frente a sus ojos apareció el rubio.

–  Creía que no te acordabas de mí. –  Decía a modo de burla apoyándose en el bastón que portaba, viendo fijamente al contrario con aire de malicia.

–  Quiero que cancelemos el trato que tenemos "Aunque no sé cual sea, ya no me quiero ver involucrado contigo"

– Seguro de eso Pine, perderás todo lo que tienes, incluyendo hasta lo que más amas.

"Perderás todo lo que tienes" Esa simple frase resonó en su cabeza a modo de eco. ¿Cuál había sido el trato que tenían? – Al menos me podrías decir qué clase de trato es –

– Eso deberías de saberlo, tú fuiste quien lo hizo, yo solo accedí. – Concluyó a la vez que se había dibujado una sonrisa de malicia mezclada con una mirada penetrante de maldad, ya que podía tomar ventaja de aquello

–  Y como parte del trato quiero que me digas lo que es, sin mentiras, ni trucos, mucho menos engaños, quiero la simple verdad tal y como... – El rubio chasqueó los dedos para hacerle caer en ese instante en un profundo sueño, debido a que se estaba comenzando a agobiar con tantas preguntas, exigencias y demás cosas.

Le llevó cargando a su cama, como podía, debido a que no era muy fuerte; dándose cuenta de lo cálida de su piel, la cual le proporcionaba calor, tal sensación que le agradó debido a su fría piel, a causa de no poseer un cuerpo que le diera el calor necesario. Le acostó en la cama, la tentación de estar a su lado se denotaba en sus ojos a leguas de distancia, misma razón por la cual terminó abrazándole por la espalda, cayendo rápidamente en un profundo sueño del cual no parecía tener ganas de despertar.

Al momento de despertar el castaño, las únicas dos interrogantes que corrieron por su cabeza fueron: Cómo y por qué. Pues no siempre alguien se despierta con el demonio más poderoso y con poderes de dios a su lado en una cama, mucho menos abrazado a este mismo; por lo que quitó aquella mano que estaba encima de él de manera inmediata al mismo tiempo que se dio cuenta de su fría piel.

– Cipher –  Habló con una fría voz, al no ver respuesta por parte del contrario, decidió moverlo un poco, ya que estaba acorralado contra la pared y no podía levantarse, seguía moviéndole, esperando a que se despertara pero el contrario seguía sin despertarse, moverse o dar señales de no parecer muerto; por ello se rindió a la vez que decidió dejarle descansar, teniendo como plan pasar por encima de este sin despertarlo, pero su plan se vio interrumpido, debido a que se le había quedando viendo por unos segundos admirando su cabello, sus facciones, en si a él. Durante esa fracción de tiempo le dio chance al rubio de despertarse y lo primero que vio fue a Dipper sobre él; no le desagradaba tenerlo de aquella manera, su sonrisa interna de lujuria era la razón.

"Situación más incómoda no podía tener" Pensaba el castaño, quien quería alejarse lo más rápido o simplemente no volver a verle, aún no tenía ánimo suficiente de soportar sus engaños y demás trucos.

– Si tanto te quejas de lo incómoda de la situación por qué no te quitas... – Indagaba el rubio, debido a que acababa de leer aquellos pensamientos del castaño, haciendo que este se quitase de manera inmediata y retirarse de la habitación algo incómodo, para dirigirse a la ducha, pues el día apenas iba a comenzar pareciendo ser de esos largos y tediosos días debido a aquella presencia junto con la incómoda situación.

Al instante en que el otro salió del cuarto, éste se enredó entre las sábanas, debido a que sentía la calidez del contrario, al igual que el aroma del mismo, que por una extraña razón le agradaba aquella fragancia, pues le recordaba algo que ni él mismo sabía de qué se trataba.

"Llevo cerca de 23 días y aquel demonio, no me ha dejado en paz tan solo un momento, cada vez me da menos oportunidad de dormir a causa de tan perturbadoras imagenes que muestra en mis sueños. A veces siento que disfruta de verme sufrir..." Lo que decía el diario y la realidad que vivía eran cosas completamente diferentes, pues el comportamiento de aquel chico era bastante extraño, ya llevaba la mayor parte del tiempo metido en su cama, y no parecía querer moverse.

"¿Qué me pasa?... Será que estoy enfermo, o simplemente es alguna otra cosa." Se cuestionaba a sí mismo aquel ser. No entendía lo que le pasaba y mucho menos sabia en qué forma expresarlo, pues todo lo que le estaba pasando era completamente nuevo y extraño, debido a que llevaba ya mucho sin poder ser un humano; por primera vez aquel ser que todo lo sabía, no sabía nada esta vez...

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