"Mensajes" [Parte 1/3]

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Dio un gran suspiro de satisfacción al salir de aquella aula; ser el primero en terminar y haber contestado todo con naturalidad, no cualquiera lo hacía y de ello estaba consiente, además aquel día no se había visto irrumpido por la presencia demoníaca, lo cual era una buena señal o eso aparentaba ser.

El timbre del móvil lo sacó de su concentración «número desconocido» decía la pantalla con un mensaje en este mismo.

"Te observo desde hace tiempo, será mejor que me entregues el diario que llevas." 

Simples pero perturbadoras palabras, iba mandarle un masaje de regreso, pero la idea de hacerlo era algo -o muy- incómoda. Al estar oscilando entre hacerlo o no, aquella chica le distrajo de sus pensamientos.

—Hola Dipper.— Masculló la chica al postrarse frente al mencionado.

—Hola Pacifica.— Saludó amable. A pesar de no tener una estrecha relación de amistad, ambos podían llevarse bien. Después de todo ella no era como todos los Noroeste.

—Veo que vas a entrar a la universidad.— Parecía estar alegre ante aquello, debido a que había sido obligada por sus padres a entrar a aquella prestigiosa universidad.

—No realmente....— Desvió la mirada pues parecía haber visto algo, aunque bien pudo haber sido su propia imaginación.  —Solo vengo a presentar los exámenes, estudiaré en casa y ahí aprenderé todo, pues mi tío es quien me va a asesorar en todo lo que necesito.

—¿Stan?— Inquirió curiosa, debido a que era extraño.

—No, Ford, él desde hace años me ha estado ayudando a aprender.— Mala respuesta. Nadie en el pueblo lo conocía debido a que cuando salía, se hacía pasar por Stanley.

—Bueno, es una lástima, hubiera sido agradable tenerte como compañero. — Sonrió para despedirse de beso en la mejilla del contrario. Aquel beso había sido un tanto extraño; las demostraciones de afecto por parte de los demás (que no son Mabel) eran algo  diferentes. 

Continuó su camino, sin antes recorrer un poco el lugar. Tenían diversas aulas, materias, especialidades. Le hubiera gustado estudiar ahí, pero prefería mucho estar bajo el asesoramiento de Ford; a pesar de que él aún no se encontraba en el lugar. A lo que simplemente se preguntaba el momento en que él iba a llegar para que le ayudase a resolver todo...

Quizá pasar aquel día lejos de la rutina, era buena idea por lo que se había dado un ligero desvío por el bosque. No había nada mejor que un relajante lugar para pasar el rato y perder el tiempo, sin contar las anomalías y demás raros sucesos.

Tomó su mochila para poder sacar el celular que tenía ahí, pues no dejaba de sonar. A pesar de no tener recepción de internet, recibía demasiados mensajes; demasiados para su gusto.

"Será mejor que te cuides si no quieres devolver lo que me pertenece"

"Si quieres que esto acabe, será mejor que te presentes a la media noche en lo más profundo del bosque."

"Sabrás que has llegado debido a la espesa niebla."

Estaba decidido a tomar aquello como una broma, una broma de muy mal gusto, aunque sabía que no se trataba de solo eso, si no de algo importante. Como aquel verano, tres simples diarios que habían desatado terribles consecuencias.

—¿Qué es lo que guardas?— Sacó el objeto de dónde estaba guardado, a la vez que devolvía su celular a la posición original, asegurando de tenerlo apagado, para ya no tener que leer tan perturbadores mensajes.

Pasaba cada hoja con sumo cuidado para no dañarlo -más de lo que estaba- pues de dicha manera se tomaba el tiempo para apreciar todo lo que se hallaba escrito e incluso hasta el más mínimo detalle. No tenía nada en especial, parece ser completamente normal; solo que en este la información era más reducida y detallada a los posteriores diarios que habían comenzado a surgir. Fue ahí cuando vio algo que no había visto la primera vez: una llave, pero a dónde llevaría tal llave. Otro misterio por resolver... O eso parecía ser.

Al parecer ni caminar un rato por el bosque le iba a ayudar a relajarse por un momento. Por lo que trató de despejar su mente un poco mientras se dirigía a la cabaña para comenzar a hacer los pedidos de los libros que iba a necesitar para estudiar durante aquel semestre.

—Ford te estuvo llamando repetidas veces al celular, dijo que no le contestaste, quería decirte algo importante.— Habló el mayor al momento de ver a Dipper entrar por la puerta; este instintivamente se apresuró en subir aquellas escaleras para llegar a su habitación y vaciar la mochila en busca del celular, al encontrarlo se dio cuenta de las 7 llamadas perdidas que tenía.

Los primeros sonidos del timbre comenzaron a escucharse por el auricular, e impacientemente se encontraba sin razón aparente.

—¡Ford!— Energético habló al escuchar el cesar de los timbres.

Las palabras de ambos chocaron por la línea haciendo que no se entendiera lo que se trataban de decir.

—Habla primero niño.— Finalmente dijo Ford, así evitaban más malentendidos.

—Encontré una llave en el diario que me habías dado.

—...

El silencio se volvió a hacer presente, lo cual le preocupó al chico. —¿Tío Ford?— susurró para ver si había respuesta alguna por parte del contrario.

—Está ocupado.— Habló aquella voz detrás de la línea, la cual era nada más y nada menos que la del demonio.

—¿Qué le hiciste?— La molestia en sus palabras era presente al igual que la preocupación.

—No te preocupes, está en buenas manos. — Fue lo último que se escuchó detrás de la línea.

Volvía a marcar aquel número repetidas veces pero siempre el resultado de la llamada era finalizada.

***
—Bien Cipher, ¿Qué es lo que quieres de mí?

—¿No crees que la pregunta está demás? Ya sabes exactamente lo que quiero. — La malicia en sus palabras era demasiado notoria.

—Pero quiero que te alejes de mis sobrinos, y es un trato. — No quería hacerlo, no por una segunda ocasión, pero parecía ser la única forma en la que el demonio se iba a alejar de ellos dos.

—Creo que tendré que rechazar tu trato...

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