Llegamos al parque, hacía un sol radiante, los pajaritos cantaban....
Es broma. En realidad hacia más frío que la chu-
-¡¡¡RINGO!!!-
Di un brinco en mi cochecito; alguien me había llamado.
-¡¡RINNNNNGO!!-
Una niña se acercó a mí. Traía un abrigo rojo, y un conejito de peluche. Tenía el pelo liso, y lo tenía naranjo como una zanahoria. Ya me cayó mal con sólo verla.
Para mi asombro, se acercó a mí y empezó a hablar con John y Cyn. Al parecer ya se conocían de antes.
Miré a la niña con mi mirada asesina, y le puse "cara de malo".
-Tío John, ¿Por qué me mira así?- La niña se acercó a MI John y lo agarró por el abrigo.
-Oh... es que... creo que eres tan fea que se asustó...- John hablaba muy preocupado, sus habilidades de actuación eran demasiado buenas.
-¡Tío John! ¡Eso no es cierto!- La niña se cruzó de brazos y le dió la espalda a John.
-A ver... VaMo a calMarnO.- Cyn hizo la pose de squirtle.
-Cynthia, querida, estamos perfectamente calmados. - Dijo John.
-De acuerdo... otra más y nos vamos.- Contestó Cynthia
Realmente lo trataba como un niño pequeño.
La niña se acercó a Mami Cyn y le tomó la mano.
-Tía Cyn... ¿Ringo entiende lo que decimos?-
-¡Claro que lo hace!-
Cállate vieja ql
-¡Ringo!- Gritó Cyn.
Ya me calmo...
La niña rara se acercó a mi cochecito, yo la miré asustado. Abrió la boca y sentí su aliento a pollo frito.
-¡Ringo! Eres muy tierno...- Me apretó un cachete. -Quizá cuando seamos grandes nos casemos, tengamos veinte hijos...
Oh no... Ya empezaron otra vez con el cuento de usar la anaconda.
-¡Hey, cálmate Jane! Ringo es sólo un bebé...-
John me salvó de esta.