Era un día precioso en Santiago de Chile, la Yoko había ahorrado para viajar a tal lugar, ya que siempre le habían fascinado las sopaipillas y el pastel de choclo.
-Ahhh, que hermoso día- Dijo la Yoko, observando el Costanera Center; un edificio con forma de pirulín.
La japonesa no caguai se levantó de su cama y se puso su north face que había comprado el día anterior "tengo que parecerme a los chilenos" decía Yoko.
Bajó por el ascensor y llegó a una calle grande. Tomó el metro y llegó a su lugar favorito, "Sopaipillas Land".
-Oe.- Dijo sutilmente la Shoko
-Buenas, señora.-Respondió un calvo.
-Sabe ke loko... estoi caga d ambre.-
-¿Desea una sopaipilla?-
-Ya loko.-
Pasaron unos 10 minutos, hasta que el calvito regordito le entregó una sopaipilla a la Yoko.
-Graciah brother.- Dijo la no caguai mientras recibía la comida.
Despues de 12718392728263281 años, Yoko salió del local.
Pasó por delante de una plaza y vio a dos peros copulando. No pudo evitar llorar.
-¡¡MI JOHN!!-Gritaba-¡Esos podríamos ser nosotros, pero tú te quedaste con la estupida de Cyn!
Las lágrimas y mocos resbalaban sobre su cara. De pronto, sintió una presencia al lado suyo.
-Que triste... ¿no es cierto señora?- Un hombre guapo y joven se acercó a la Shoko.
-¿Y QUIEN ERI' VOH?-
-Me presento, me llamo Mick Jagger.-
-ah. Y K T IMPORTA MI VIDA LOKOOO-
Mick se encogió de hombros
-Te ví llorando y quise ayudarte.-
-SHAAAÁA ERMANOO'-Yoko chasqueó los dedos muchas veces. -NI K FUERAI DI CAPRIO PO LOKOOOO ERI MA FEO K IO Y TE VENI A HASER EL PRINSIPEEE-
Mick puso cara de que le hubieran roto el alma y se puso la mano en el corazón.
-Está bien, bella dama... si no necesita de mi ayuda mejor me retiro-
-¡¡OE MICK!!-
-¡KEITH QL ARRUINA MOMENTOS!-
Un joven de pelo negro se acercó a Mick y a Yoko. Miró a la segunda y evitó una arcada.
-TE STABAMOS VUSCANDO YAGERR.-Dijo tambaleandose.
-¿Y que me importa a mi? Estaba hablando con una triste y bella dama.-
-¿Ese bicharraco?- Keith estalló en risas. -¡si se parece al mojón que hice en ese arbolito!
El pelinegro señaló a un árbol. Se veía algo marrón en el suelo... ¡¿Y al señor de las sopaipillas comiéndolo?!
-¡OYE AMIGO! ¡TE RECOMIENDO QUE NO COMAS ESO!- Gritó Mick.
-Pero si está rico...- Dijo el calvito de las sopaipillas, limpiándose los restos de caca de la cara.
-En fin...- Interrumpió Keith- ¿Vienes o no?
Mick miró a Yoko y luego a su amigo.
-Sólo si esta bella dama puede venir conmigo.-
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