Abrí la puerta del ascensor lo más rápido que pude para salir de ese espacio pequeño. Mi corazón iba muy deprisa y estaba muy nerviosa. Normalmente no me ponía así delante de ningún chico, es más, yo hacía que los chicos se pusieran nerviosos. Y la verdad que yo disfrutaba de la situación, pero seguro que no tanto como él, que ni se contuvo y empezó a reír cuando las lleves resbalaron de mis dedos y cayeron al suelo.
Mi torpeza era un acontecimiento importante en el día a día de mi vida, y con esto quedaba más que demostrado. Cuando me agaché a coger las llaves me di cuenta de que estaba exactamente a la altura de su entrepierna y, sin poder evitarlo, clavé mi mirada justo allí.
Definitivamente esto había sido una mala idea desde el principio, me arrepentía bastante el haberle dejado subir aquí, pero ahora ya no había marcha atrás. Abrí la puerta de mi cuarto y enteramos los dos. Era un cuarto normal, idéntico al resto de habitaciones de la residencia, una cama sobre la que yo había colocado varios cojines, un pequeño armario y un escritorio de color blanco lo que daba bastante luminosidad a la habitación. Observé como él miró hacia su alrededor contemplando mi cuarto.
—¿Qué era eso que querías decirme? —pregunté yo y me crucé de brazos para mostrarme indiferente.
—Primero admite que sientes algo por mí —dijo él, lo que me pilló totalmente desprevenida, por supuesto que yo no sentía nada por él. Mis nervios regresaron de nuevo aunque intentaba disimularlos lo mejor que podía. No sentía nada por él, ¿verdad?
—No es así...así que... —dije yo. Se acercó a mí, sin apenas darme tiempo de reacción y puso una mano en mi cintura con la que me acercó a su cuerpo lentamente—. Jamás podría sentir algo por ti.
Intenté sonar lo más convincente posible, y casi me creí a mí misma, más que él seguro porque mostró esa sonrisa suya y se acercó aún más a mí.
Después de eso todo pasó demasiado rápido. Me agarró ambas manos y las sostuvo por encima de mi cabeza, noté que tuvo especial cuidado en no agarrarme la muñeca que tenía un moratón gracias a su amigo... Pero estos pensamientos desaparecieron rápidamente porque él estaba demasiado cerca de mí cara, notaba como echaba el aire cada vez que expiraba. Se acercó un poco más y sin pensárselo dos veces presionó sus labios contra los míos. Mi lengua se enredó con la suya, abrí los ojos para encontrarme con los suyos cerrados. Me soltó los brazos para agarrarme con ambas manos de las caderas y presionarme contra él y yo me lancé a su cuello enredando mis dedos en su pelo.
Tenía que admitir que este chico me calentaba muchísimo, así que me dejé llevar, pensé solamente en cómo me hacía sentir en aquel momento. Me olvidé completamente de lo de la otra noche, de Jordan y...
Dejó de besarme para quitarse la camiseta y metió sus dos brazos debajo de mi vestido acariciándome el culo ligeramente y yo levanté mis brazos para ayudarle a quitármelo. Lo tiró al suelo y me observó. Yo llevaba un sujetador y un tanga de encaje negros. Levantó las cejas, supuse que para bien. Se desabrochó los vaqueros y mientras se los bajaba acercó su cabeza a la mía y volvimos a besarnos. Me agarró del culo y lo apretó ligeramente para después levantarme del suelo y dejarme sobre la cama con mucha suavidad. Ahora menos agresivo que antes me besó el cuello y yo disfrutando dejé escapar un ligero gemido y el agarró uno de los pechos y lo estrujó con algo de fuerza. Dimos una vuelta de 180 grados y me coloqué encima de su torso con ambas piernas a cada lado de su cuerpo. En vez de quedarse tumbado, se incorporó un poco de forma que me quedé sentada encima de él. Puso un mechón de pelo detrás de mi oreja y me acarició el cuello con esa misma mano fue bajando hasta la tira de mi sujetador y la bajó. Fui yo la que me lancé en aquella ocasión y le besé. Él me agarró de la espalda y me desabrochó el sujetador. Paró el beso para contemplarme y me besó ambos pechos. Me cogió y dimos otra vuelta y él estaba encima de mí de nuevo. Se separó bruscamente de mi cuerpo y de su pantalón del suelo sacó un condón, se lo puso y yo le abracé con mis brazos y piernas. Con mi boca pegada a su oreja gemí cuando entró dentro de mí. Se movió despacio al principio y después aceleró el ritmo hasta que se dejó caer con casi todo el peso encima de mí jadeando.
Después de unos minutos se levantó y yo me giré hacia la pared y me tapé con las sabanas. No sabía si lo que acababa de pasar aquí había sido un error. Después de unos minutos él se tumbó al lado mío en la cama y me abrazó por detrás dándome un beso en la espalda desnuda. ¿Qué estaba haciendo? Pensaba que lo primero que haría sería salir pitando de allí. Pero no fue ese el caso.
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Con ella sí (#Wattys2016)
Teen FictionJusto antes de girar por una estrecha calle escuché un ruido. No iba a mentir, daba miedo. Me giré y miré hacia atrás para ver si alguien me estaba siguiendo pero no había nadie. Me volví y caminé de nuevo, pero esta vez más rápido, casi corriendo c...