Rabia

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La urbanización de Ciprian era una maravilla. Todas las casas eran prácticamente iguales, algunas más decoradas que otras o con más flores en la entrada. Cada una de ellas con dos árboles enfrente, que les daban un toque de cuento de hadas.

A unos cuantos metros de casa de Cip había un parquecito, con dos columpios, un tobogán y césped, donde había niños jugando. Sus madres estaban charlando tranquilamente en los bancos de enfrente. Nosotros nos habíamos sentado en uno de esos. No era gran cosa, pero era un lugar agradable.

Él estaba jugando con un mechón de pelo que me caía por la espalda despreocupadamente. Hacia un rato que nos habíamos quedado en silencio, viendo los niños jugar, lo que me provocaba alguna sonrisa de vez en cuando.

De repente alguien se colocó justo enfrente de mí, tapándome la vista. Al principio pensé que se trataba de una broma, de alguien quien se intentaba hacer el gracioso, pero después Ciprian se levantó de golpe de su asiento y yo le imité.

Me di cuenta de que no había solamente un tío sino que eran varios, uno justo enfrente mío, dos detrás y dos más a los lados; nos tenían rodeados. Ciprian me rodeó con un brazo acercándome lo máximo que podía a su cuerpo.

Mi corazón empezó a palpitar con fuerza, el miedo invadió todo mi cuerpo. Reconocí al chico que estaba delante de nosotros, no sabía cómo no lo había hecho antes; era Víctor.

—Maddi, ¿verdad? —preguntó Víctor con una sonrisa asquerosa en su cara. Yo no contesté aunque la pregunta iba dirigida hacia mí. En lugar de darle una respuesta le dediqué mi peor mirada—. Venga, Ciprian, será rápido, sabes que tengo que hacerlo...

Continuó hablando con el mismo tono de burla.

—Es muy guapa, hay que reconocerlo —dijo. Levantó una mano e intentó tocarme la mejilla, pero Ciprian reaccionó incluso más rápido que yo, y básicamente me levantó y colocó al otro lado de su cuerpo, para alejarme de Víctor. Aquella reacción por parte de él, hizo que Víctor estallara en carcajadas, al igual de algunos de los que estaban con él—. Te prometo que haré que lo disfrute —le dijo a Ciprian.

A pesar de que Víctor, solamente quería provocarle, pareció conseguirlo, porque Cip se abalanzó contra él, pero lo dos tíos que estaban a cada lado de Víctor le pararon a tiempo. Víctor seguía riéndose. No entendía como aquella situación le podía provocar tantísimo disfrute.

—Venga, no querrás hacer esto aquí —dijo Víctor riéndose, mientras dos tíos agarraban a Ciprian y otros dos a mí—, hay niños. Venga vámonos.

Nos empezaron a arrastrar hacia la salida del parque, no podíamos hacer nada, eran demasiados. Miré a Ciprian quien intentaba a toda costa esquivar mi mirada. ¿Y ahora qué? ¿Qué iba a pasarnos? ¿Qué iba a pasarme?

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Ciprian

Sentía tanta rabia en esos momentos. No podía hacer nada. No entendía como Víctor había convencido a todos de que esto tenía que hacerse. ¿Acaso no se acordaban que yo era el hijo de Ivo?

Confiaba tanto en el apoyo de mi padre pero, ¿y si este estaba de acuerdo con ellos? ¿Y si esto tenía que hacerse tal y como había dicho Víctor? Por mucho que intentara convencerme de que esto era lo correcto, lo que siempre habíamos hecho, simplemente no podía permitirlo. Haría cualquier cosa, cualquier cosa que Víctor quisiera, solo que tenía que dejar a Maddi fuera de esto. Podía escoger cualquier otra chica, joder. Pero no Maddi.

Sentía tanta rabia, que en gran parte era culpa. La culpa de no haber sabido protegerla, cuando en numerosas ocasiones le había prometido que no dejaría que nada malo le pasara; cuando yo mismo había le había asegurado que Víctor jamás la tocaría.

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2017 ⏰

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Con ella sí (#Wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora