Entonces hazlo

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No sé por qué pero me esperaba una casa hecha un desastre, sin embargo era todo lo contrario. Todo estaba demasiado limpio, de no ser por ver algún que otro plato sucio y una chaqueta suya encima de una de las sillas podría decir que no vivía nadie aquí. Subió al piso de arriba y yo me quedé en el de abajo, contemplando las pocas cosas que había. No tenía apenas cuadros o fotos, solo dos para ser exactos, una con un hombre que llevaba como un bastón, y un traje de lujo y otra de él fumando un cigarro. Típica foto de Instagram, me hizo gracia que la hubiera enmarcado. Me llamó la atención la primera foto. Había algo extraño sobre ella, ese tío no parecía el típico amigo de Cip, además de ser bastante mayor.

—¿Quieres comer algo? —preguntó él desde detrás haciéndome pegar un bote—. Perdón, no quería asustarte.

Se acercó a mí, miró la foto que había estaba contemplando pero no dijo nada. Los dos nos quedamos de pie mirándonos a la cara. Despacio él levantó una mano para ponerme unos mechones de pelo detrás de la oreja. Me dejé hacer. Recordé como hacía unas horas Valer había intentado hacer lo mismo, sin embargo se sentía tan diferente a esto... Cada vez que me tocaba mi cuerpo se estremecía, sentía escalofríos por la espalda y el cuello.

—Hueles a tabaco —le dije y arrugué la nariz. Era verdad.

Sin duda había estropeado el momento "romántico" que estábamos teniendo pero era lo mejor. Después de que sus amigos me atacaron otra vez esta noche y además, si incluíamos que la noche pasada habíamos tenido sexo... esto no iba a ninguna parte. Y yo no quería emocionarme con algo que nunca podría ser.

—No te gusta —dijo él a modo de afirmación más que pregunta.

—¿A quién sí? —pregunté yo como si fuera algo obvio.

Le saqué una sonrisa, al menos. Fue hasta la nevera y la abrió y comenzó a sacar cosas. Él comió un plato entero de pasta y yo di tan solo un par de bocados. La verdad es que después de todo lo que había pasado se me había ido el hambre.

—¿Qué tal tu cita con... Valer? —preguntó. Me quedé estupefacta. ¿Qué?

—No era una cita, y bien.

No sé si siguió hablando del tema o no porque no podía sacarme de la cabeza lo que esos chicos querían hacerme y pensar en Valer ahora mismo no era precisamente lo que tenía en mente. ¿Querían violarme? Pero, ¿por qué yo? Podría ser cualquier otra... o ¿matarme? ¿Y si querían matarme porque yo les había visto las caras y podría identificarles?

Sentí el cuerpo de Ciprian rozar el mío desde detrás. Yo estaba colocando los platos en el fregadero y él puso ambas manos en mi cintura. Me dio la vuelta despacio.

—¿Seguro que estás bien?

—¿Por qué te preocupas por mí? —pregunté. De verdad que tenía que aprender a no dejar que mis pensamientos salieran por mi boca.

Él no contestó. Sus manos bajaron hasta mis caderas y muy despacio se acercó a mi boca. Nos besamos, le devolví el beso por su puesto. Con la punta de su lengua presionó mis labios y yo abrí mi boca dejándolo entrar, sus manos habían descendió aún más y ahora estaban en mi trasero, me lo apretó con fuerza y yo dejé escapar un gemido. Aquello le puso aún más y me subió encima de encimera y se colocó entre mis dos piernas hasta sentir nuestros cuerpos pegados. Dejó de besarme y con un movimiento ágil se quitó su camiseta. Y después de eso me sacó la mía de dentro de mi pantalón y tiró para arriba. Levanté los brazos para facilitarle el trabajo.

—Pensaba que tenía que alejarme de ti —le recordé yo mientras sus labios recorrían mi cuello e iban bajando por mi pecho. No quería que parara.

Con ella sí (#Wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora