Un error

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Me desperté motivada aquella mañana. Hoy iba a hablar con él de nuevo, y él iba a darme respuestas. La verdad es que quería conocerle mejor, quería comprenderle. Lo único en lo que me había fijado de él era en lo diferente que era de los demás chicos. No se preocupaba por llevar el pelo perfectamente engominado, ni camisas ni ropa de la última temporada. Es más, los días que más me ponía era los días que venía a clase con un chándal... ¿Qué estaba diciendo? Él no me ponía. Yo le... odiaba. A él y a su despreocupación y a sus ojos... y a... todo él.

Seguí mi plan de ayer; que era esperarle en la puerta de la entrada, pero mi plan se vio interferido por él mismo, ya que cuando llegué allí, él estaba fumándose un cigarro. Me paré delante de él. Él levantó las cejas, sin mirarme y se llevó el cigarro a la boca.

—No voy a parar hasta que no me digas la verdad —le aseguré y me cruce de brazos.

—Déjame en paz —dijo él, pronunciando lentamente cada palabra.

Ouch. Eso me había dolido un poco, pero no iba a rendirme.

—Mira, si tú y tus amigos sois unos psicópatas que acosan a las chicas por las noches, voy a ir a la policía y voy a decirles quienes estabais allí porque os vi la cara a los tres.

Estaba empezando a cabrearme y también a exagerar un poco las cosas porque la verdad es que ya no me acordaba de la cara de los otros dos, solo de la suya.

—No tienes ni idea de lo que estás hablando.

—Ilústrame entonces —exigí yo—, porque te prometo que te arrepentirás.

No estaba muy segura de sí seguir con estas amenazas era una buena idea pero parecieron funcionar aunque puso los ojos en blanco como si solo dijera estupideces. 

—Es una historia muy larga —dijo y dejó que el humo saliera lentamente por su boca.

—Tengo mucho tiempo —dije yo.

De repente él dio unos pasos hacia mí y me agarró del brazo. Sentí miedo, no sabía cuáles eran sus intenciones así que di unos pasos para atrás para liberarme de su agarre. Él me dejó ir enseguida.

—Vamos a algún sitio donde podamos hablar —dijo él y comenzó a andar y yo le seguí.

Caminos no muy lejos de allí, en silencio, hasta una especie de callejón sin salida. El pánico se apoderó de mí de nuevo. ¿Por qué me había traído hasta aquí? Mentalmente visualicé varias formas en las que me podía escapar y salir corriendo de allí.

—No tienes que preocuparte por otras chicas —dijo él— sé que no te das cuenta de que no soy un buen tío porque te gusto pero, créeme, soy de los malos, aléjate de mí.

¿Qué era esto, alguna especie de aviso? Y, ¿cómo sabía él que me gustaba? Nunca habíamos tenido ningún tipo de contacto, ni siquiera en clase, excepto ocasionalmente cuatro palabras intercambiadas. Yo había tenido especial cuidado de nunca decir cómo me sentía cuando se trataba de él. A la única persona a la que le había dicho que me parecía el tío que estaba más bueno de clase era a Irina.

—¿Qué? —pregunté haciéndome la indignada—. Por supuesto que sé que eres el tipo malo y créeme —dije imitándole intentando sonar igual que él—, yo jamás estaría con alguien como tú.

Él sonrió, le había hecho gracia supongo. Ver su sonrisa hacia que mi corazón se detuviese. Pero se le pasó rápido y se puso serio de nuevo.

—Mira, lo de la otra noche fue tan solo un error, ¿no puedes dejarlo estar? —preguntó él.

—¿Un error? Ni siquiera has dicho que lo sientes...

—Lo siento —dijo mirándome directamente a los ojos.

—¿Qué es lo que me ibais a hacer? Ibais a... a... —empecé pero no pude decirlo. Una lágrima resbaló por mi mejilla pero la atrapé enseguida. No quería llorar delante de él y no iba a hacerlo.

—No hubiera permitido que pasara eso —aseguró él y dio un paso hacia mí, pero yo instintivamente di otro para atrás.

—¿Y si hubiera sido otra persona? ¿Alguien que no conocieras?

—No me conoces, Maddi —dijo él.

—Tienes razón —dije y me sequé las lágrimas—, ni quiero.

Me di la vuelta y comencé a caminar muy deprisa, escuché que gritó mi nombre pero no me paré. No volví a clase, me tomé el día de descanso, necesitaba tiempo para mí misma. 

Con ella sí (#Wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora