¿Celos?

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Debí de quedarme dormida porque la mañana siguiente me desperté encima de su pecho desnudo. Su olor me envolvía por todas partes, sentí que él ya estaba despierto así que fingí seguir durmiendo y le dejé escabullirse. Se vistió y recogió sus cosas sin encender la luz, supuse que para no despertarme. Pensaba que iba a irse sin más pero me quedé estupefacta cuando se inclinó sobre mí y me dio un beso en la cabeza. Abrí los ojos nada más escuchar que cerró la puerta.

No sabía qué pensar de lo que acababa de pasar. ¿Debería contárselo a Jordan? Sabía que estos días no podía hablar conmigo pero...

Me froté los ojos y me levanté de la cama. Cogí una toalla y me la enrollé alrededor del cuerpo y me metí en la ducha. Elegí unos vaqueros y una camisa rosa pálido y en cuanto a zapatos; no podía sin mis Vans.

Cuando faltaba solo una calle para llegar a la facultad me entró el pánico, nerviosismo y vergüenza, y para colmo, él estaba en la entrada de la facultad. Le dio una última calada a su cigarro y lo tiró al suelo y se acercó a mí para caminar a mi lado.

—Buenos días —dijo.

—Te has ido —le acusé yo y le miré de reojo mientras caminaba.

—Sí... tenía que hacer una cosa —dijo. Vaya excusa—. ¿Querías que me quedara?

Su sonrisa pícara se asomó de nuevo por sus labios y yo me puse de nuevo muy nerviosa. Odiaba cuanto disfrutaba hacerme sentir así.

—¿Qué? Claro que no —le aseguré.

Tal vez en el fondo sí me hubiera gustado que se quedara, pero me era más que suficiente con el beso que me había dado antes de irse. De verdad que eso me había pillado muy desprevenida. No pensaba ni mencionarlo porque no sabía qué significaba, y no quería hacerme falsas ilusiones.

—¿No vas a admitirlo nunca?

Sabía que se refería al hecho de que a mí él me gustaba. Me hice la dura.

—Nunca.

Entré en clase y él me siguió con una sonrisa en la cara. Saludé a las chicas que ya estaban allí. Ellas no sospecharon nada fuera de lo común, a decir verdad tampoco esperaba que lo hicieran, no tenía tanta confianza con ellas y por mucho que me esforzara por intentar hacer planes con ellas siempre todo salía mal, como por ejemplo la fiesta del otro día.


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Ciprian

Ella se sentó delante con las chicas mientras que yo me senté justo detrás suyo donde estaban los tíos. Todos sabíamos que entre las chicas de clase no había muy buen rollo mientras que los tíos nos llevábamos todos bien. A mí personalmente no me importaba si le caía bien o mal a alguien de clase, además de que iba a la universidad sólo para rellenar huecos de mi día, no me importaba estar solo.

Pensé en lo que había pasado anoche. Normalmente, desde hace ya un par de años, yo era un chico de una sola noche. No había tenido una relación estable nunca y tampoco quería. Cuando quería sexo me encontraba a alguna chica y me deshacía de ella por la mañana. No solía repetir chica, a menos que me hubiera divertido demasiado, lo cual muy rara vez pasaba. Sin embargo, con Maddi había sentido algo diferente. Había ido a su residencia porque me preocupé de que Víctor se atreviera a aparecer por allí. Si lo hacía estando yo por allí le partiría la cara, además hacía días que lo tenía calado. El caso era que, quería más. Quería tenerla esta noche otra vez, y mañana y pasado. Tenía... como una necesidad. Sin poder evitarlo me acordé de detalles de ayer, como cuando le besaba el cuello, cuando le agarraba los muslos, sus pechos... cuando ella gemía...

Sacudí al cabeza y me di cuenta de que me había empalmado. Cambié de postura para que nadie se diera cuenta, intenté pensar en cosas desagradables para quitarme eso.

Perritos muertos. Perritos muertos...

Maddi tenía su portátil abierto delante suyo pero como el profesor estaba explicándose demasiado la pantalla se había apagado y se había quedado en negro de modo que podía verla reflejada en ella y supuse que ella también, podría verme a mí. En varias ocasiones mis ojos y los suyos se encontraron. Al cabo de un rato no pude aguantarme más empecé a juguetear con algunos mechones de su pelo que caían sobre mi mesa. En el reflejo de su pantalla vi como sonrió al darse cuenta.

Ya no quedaba nada para que acabara la estúpida clase, tenía ganas de irme ya de allí.

—¿Sabes que estás poniendo a Valer celoso? —preguntó Alex, que estaba sentado al lado mío. Empezó a reír.

—¿Qué? —pregunté sin comprender—, ¿por qué iba estar celoso?

—Lleva un tiempo, ya sabes, intentando tirársela.

—¿Intentando qué? —pregunté yo, levantando demasiado la voz porque me pilló totalmente desprevenido. Las chicas se giraron y Maddi incluida, pero como ya se había dado por terminada la clase, no prestaron ninguna mucha atención a mi conversación, sino que empezaron a recoger sus cosas.

No sé muy bien por qué, me llené de rabia, no había sentido nunca este tipo de rabia, me imaginé a Valer con Maddi... me imaginé el cogiendo su cuerpo como yo lo había hecho anoche. Algo no estaba bien, no iba a permitir que eso pasara.

Vi que Maddi se alejó con Cara y la otra chica que no me acuerdo cómo se llamaba, a decir verdad no conocía ni a la mitad de las chicas de la clase. Ninguna de ellas me interesaba... bueno, recordé a Bianca y la noche que pasamos el año pasado. Pero ahora... no veía nada atractivo en ella, además estaba tan borracho que ni lo recordaba. Me preguntaba si Maddi lo sabía. ¿Le molestaría si se enterara?

Recogí mis cosas también, Maddi ya no estaba delante de mí y la vi salir por la puerta seguida de Valer. Yo también iba a salir detrás de ella, pero una mano en mi pecho me paró. Era Alex otra vez.

—¿Qué pasa tío? ¿Tú también vas a por ella? —preguntó éste.

—No tienes ni idea —dije negando con la cabeza y salí corriendo para alcanzar a Maddi. Valer le había pasado una de sus manos por lo hombros mientras caminaban. A las otras dos chicas no parecía impactarles, ¿desde cuándo tenían tanta confianza? ¿Había pasado algo entre ellos?

Con ella sí (#Wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora