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[Narra Gerard]

"¡Feliz cumpleaños, hermanito!" Me grita Mikey a través de la bocina y tengo que alejar el teléfono para que su irritante voz no me rompa los tímpanos.

"Gracias, Mikey." Le respondo cuando vuelvo a poner el celular en mi oreja y él me dice un montón de cosas que realmente no me importan, le pasa el teléfono a mis padres y escucho como a lo lejos todos empiezan a cantar la canción del 'cumpleaños feliz' es irritante y vergonzoso pero me alegra no tener que estar ahí con cara de no saber qué hacer, por suerte están a kilómetros de distancia y no tengo que fingir una sonrisa.

"Te amamos." Gritan todos al unísono y con eso sé que ya puedo colgarles. Cuando vuelvo a meter el celular en mi bolsillo me acerco a la caja registradora y el joven que me atiende se demora una eternidad en empacar mis víveres.

Ojalá pudiera decirle que se apresure, que estoy realmente ocupado pero eso sería una mentira. Como ya le había comentado a Mikey mi único plan para mi cumpleaños es tratar de embriagarme tanto como pueda en casa, yo solo, como él perdedor que siempre he sido.

Algunos compañeros maestros de la universidad me invitaron un café pero tuve que inventar una excusa porque no quería ir con ellos a 'celebrar' mi cumpleaños. Son viejos y aburridos y siento que no pertenezco ahí.

Cuando salgo de la tienda tiro todas las bolsas en el auto y  me limitó a salir del estacionamiento sin imprevistos, solo quiero llegar a casa y recostarme en el sillón mientras las películas de Star Wars se repiten una y otra vez.

Si, soy patético, ya lo sé. Pero mi vida siempre ha sido así, jamás he tenido amigos con quien pasar un buen rato o alguien con quien conversar... Todo claro a excepción de aquella vez que me enamoré en Jersey. Oh, Dios. Aún extraño a Frank y me siento un idiota porque tengo 26 años ya y sigo llorando por un mocoso de 20 que parece realmente tener 14 años. No sé cómo se me pudo venir a la cabeza que todo iba a terminar bien, él como cualquier niño solo quería diversión y yo se la di por un tiempo pero nada más. Tal vez debió darse cuenta que soy un perdedor y que siempre lo fui y por eso prefirió volver con su ex.

No les voy a mentir, estuve revisando la cuenta de Facebook de Frank una y otra vez y encontré el perfil de Bert, entré a sus fotos y déjenme decirles que es muy guapo, es alto, sonrisa tierna, una barba muy masculina, tatuajes y un cabello envidiable... No sé cómo Frank pudo pensar que yo podía reemplazarlo. Nunca sabré que pensaba Frank cuando me pidió que fuera su novio, él es tan perfecto y lindo no sé porque se fijó en mí.

Tal vez pensó que sería gracioso o que sería un nuevo reto para él acostarse con el hermano de su mejor amigo y tal vez funcionó porque yo como un idiota enamorado caí en su trampa.

Da igual porque aún lo amo y lo extraño mucho, lo que más me duele es que nunca llamó, nunca me buscó o siquiera preguntó a Mikey por mi. Eso me parte el corazón pero también me pone con los pies en la tierra, no se puedo confiar en cualquiera que te dice que te ama. ¿Verdad?

Entro al departamento y tiro las bolsas de los víveres sobre la mesa, lo único que saco de las fundas es el sixpack de cervezas que compré y las llevo conmigo hasta el sofá donde me acuesto y del bolsillo de mi chaqueta saco mi atado de cigarrillos y mi encendedor. Estoy apunto de encender el cilindro cuando escucho los golpes en la puerta.

Me levanto molesto y tomo como nota mental el regañar al portero por no anunciar que alguien me busca. Abro la puerta de mala gana y cuando mis ojos se encuentran con mi visitante mi boca cae al suelo.

"¿Frank?" Me digo más para mí mismo porque no puedo creer que es él, su cabello está más largo desde la ultima vez, puedo ver uno que otro tatuaje nuevo rodeando su cuello y su rostro sigue tan hermoso como lo recordaba. Era real, el estaba aquí, en New York, en mi departamento.

El Hermano de Mikey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora