Camino hasta el estacionamiento en donde tengo parqueado el auto, y mientras más me acerco una silueta de la que sale humo es cada vez más notoria.
Es Frank, y se está fumando un cigarrillo sobre el capó de mi auto.
"¿Otra vez fumando en el campus, Señor Iero?" Le susurro y él se tensa con solo escucharme.
"No es ilegal." Se defiende y yo sólo atino a sonreír.
"Lo es escaparse de clases." Contraataco pero eso parece no herirlo.
"También lo es tener sexo en la sala de maestros, pero eso no le importó la otra vez ¿O sí, Profesor Way?" Me pongo rojo como un tomate y mi reacción es golpearle la cabeza por insolente. "Auch" se queja mientras se acaricia la cabeza.
"Te la dejaré pasar solo porque hoy es tu cumpleaños." Se encoge de hombros como si no fuera tan importante. "Y además has logrado aprobar el semestre con excelentes notas." Le abrazó y le beso más que como su novio, como un padre orgulloso.
"Ya, ya, tranquilo Gee." Me dice y ambos reímos mientras entramos al auto, yo de chofer y Frank como mi acompañante.
Han sido seis meses muy cortos, el tiempo pasa volando tan rápido que no me lo creo. Parece que fue ayer cuando Frank llegó a la puerta de mi departamento y me dijo que se mudaría conmigo, hoy ya estamos completamente instalados, Frank ha terminado su primer semestre en Artes Musicales y yo no podría estar más orgulloso. Todo parece ir de maravilla y no puedo esperar a llegar a casa y revelar mi sorpresa.
"¿A dónde vamos?" Me pregunta mientras sus ojos están fijos en su celular, moviendo sus dedos por la pantalla rápidamente.
"Te dije que íbamos a celebrar." Levanta la mirada un segundo y me ofrece una sonrisa. "¿Con quién escribes?" Le pregunto y él levanta el celular mostrándome la foto que está en su pantalla.
"Con Mikey, mira esto, me ha enviado una foto de su nuevo perrito." Apenas y puedo ver la foto porque Frank la mueve de un lado hacia otro de lo emocionado que está. "¿No es lindo?" Me repite una y otra vez y yo solo puedo asentir. "Se llama Dipper, es taaan lindo." Su voz suena de forma extraña y ya sé para dónde va todo esto. "Sería lindo tener un perrito." Hace un puchero con los labios que alcanzo a ver por el rabillo del ojo.
"Sabes que en el edificio no se permiten mascotas."
"Odio ese edificio." Se cruza de brazos y frunce el ceño... No se lo quiero decir aún pero yo también odio ese edificio. "¿Qué haces?" Me pregunta cuando detengo el auto frente a su pizzería favorita.
"Voy a comprar lechuga," le digo sarcástico y tuerzo los ojos. "¿Qué crees que haré tonto?"
"¿Comeremos pizza ahora? Aún no son las 7." Dice confundido mientras se desata el cinturón pero lo detengo al instante.
"No, no... No vas a bajar, es comida para llevar." Le guiño el ojo y entro corriendo a la pizzería a recoger la pizza tan especial que he preparado para este día.
Cuando estoy devuelta en el auto tengo que regañar a Frank una y mil veces porque él insiste en darle una probada a la pizza antes de llegar a casa.
"Huele delicioso... Por favooor." Me suplica pero solo recibe un manotazo en las manos cada vez que intenta abrir la caja. Parece un niño emocionado y yo solo lo miro con ternura.
Para cuando llegamos a casa le quito de las manos la pizza y subo corriendo hasta el departamento.
"¡Hey! ¡Espera!" Me grita Frank tras de mí y suelto una carcajada.
"No es mi culpa que tus piernas sean tan pequeñas." Dejo la pizza sobre la mesa y miro a Frank mientras entra por la puerta, está cansado y trae la lengua de fuera. "Escucha, no quiero que abras la pizza hasta que la mesa este servida, ¿bien?" Asiente de mala gana y yo me dirijo a la cocina por unas copas y el vino, dejando a Frank solo con la pizza durante dos minutos.
Lo juro, solo eso le tomó para desobedecerme completamente y arruinarlo todo.
"¿Gerard?" Escucho sus pasos acercarse a la cocina y levanto la mirada para ver su silueta parada en el umbral, luce confundido y en sus manos algo brilla. "Creo que a uno de los cocineros se le cayó su anillo en la pizza." Me puse rojo como un tomate y en ese momento juro que quise romperle la botella de vino en la cabeza.
No le digo nada, creo que mi cara y su color lo dicen todo. Frank me mira con el anillo entre sus dedos.
"Se supone que no tenías que abrir la maldita caja." Susurro sin poder sostenerle la mirada y él hace una mueca de confusión.
"¿De qué estás hablando..." Deja la pregunta en el aire, le toma unos segundos darse cuenta de lo que pasa. "Espera..." Se acerca a mi, sus ojos bien abiertos. "¿Esto era para mí? ¿Tú...?" Y yo asiento tímido, un poco molesto. "¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! Lo siento, no debí... Oh Dios... Puedo fingir que nunca vi esto ¿si? Yo... Hagámoslo de nuevo, yo no abro la caja y..."
"Eres un enano impaciente." Me cruzo de brazos y giro los ojos.
"Vamos, Gee... Hagámoslo de nuevo, ¿sí?" Me mira con sus ojitos de perrito y yo no me puedo negar. "Podemos fingir que acabamos de llegar, tu pones el vino en la mesa y yo abro la caja y me sorprendo y..."
"Basta, enano." Le interrumpo y mientras me mira le quito el anillo de las manos. "No necesita ser perfecto, solo quiero que sepas que esto es real ¿bien?" Y él asiente, las lágrimas inundando sus ojos y no dudo que yo esté igual. "Te amo, y eres un dolor en el culo, aveces." Me río y él hace un puchero. "Pero a pesar de todo lo bueno y lo malo sé que contigo quiero estar, despertar contigo todas las mañanas y dormir a tu lado todas las noches, quiero vivir toda la vida contigo, Frank." Y esta es la parte en la que me arrodillo y con las manos temblorosas le extiendo el anillo a Frank. "¿Quieres casarte conmigo?" Le preguntó y veo las lágrimas caer de sus ojos, asiente ferozmente y extiende su mano para que le calce el anillo.
Me levanto y un beso sella nuestro compromiso. No puedo esperar por decírselo a mis padres, a Mikey... A todo el mundo. Quiero que todos se enteren que me voy a casar con Frank Iero y que lo amo.
"Te amo Gerard." Me susurra y yo acaricio sus caderas con mis dedos.
"Ahora podremos irnos a vivir a una casa de verdad." Le digo y él me mira sorprendido.
"¿En serio?"
"Si, hasta podríamos adoptar un perrito." Me encojo de hombros y la sonrisa que Frank me ofrece no tiene precio.
Y solo es cuestión de tiempo hasta que se lanza a mí y me come la boca a besos.
~FIN~
Gracias por leer, en serio... Espero les haya gustado esta historia tan improvisada ... Nos leemos luego ☺️❤️ xoxo
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El Hermano de Mikey.
FanfictionFrank Iero es el típico chico 'sabelotodo' y que siempre se sale con la suya. Aun cuando está atrapado en la escuela de Leyes, tiene el sueño de convertirse en estrella de rock. Es atractivo, coqueto y un terco sin remedio. Gerard Way solo se intere...