CAPITULO 3: Parejas de Trabajo

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-Aún no está decidido. -Informó Kat-. En cuanto lo tenga os aviso, ¿vale?

-Gracias -Respondimos Brit y yo a una-.

En ese momento sonó el estridente timbre. Unas clases más y volvíamos a casa. Esta semana mis padres no estaban, se habían ido a no sé qué viaje de negocios, así que Brit estaba viviendo en mi casa. Olivia estaba en casa de su amiga y a Lissie se la habían llevado mis padres, así que al acabar las clases estábamos las dos solas en mi casa. Comimos el especial cinco estrellas de la casa: un plato compartido de raviolis de microondas con tomate de bote y beicon. Después de recoger la cocina, subimos a mi habitación, repasamos un poco lo que habíamos dado y nos sentamos en la cama a hablar.

-Bueno, ¿qué te parece el instituto? -Pregutó Brit-.

-Aún no me lo he planteado. -Respondí-. La gente parece agradable... Bueno, con la clara excepción de Rose y su compinche. Y los profesores, bueno... normales, supongo. -Razoné-.

-El edificio es increíble. Y el chico ese... Josh, ¿no? el que nos ayudó ayer.

-Sí, Josh, ¿qué pasa con él?

-Nada, está muy bueno.

-Sí, pero yo que tú no me fiaría mucho... al menos hasta que lo conozcas mejor. A mí el que me parece agradable es Christian, esta mañana me salvó de nuestra abeja reina.

-¡¿Que Rose te atacó?! ¿Y por qué me entero de esto ahora?

-Bueno, pensaba decírtelo. -Le conté el pequeño percance matutino con Rose-.

-Yo flipo. -Me dijo, simplemente-.

-Ya, y yo. Bueno, ¿Damos una vuelta?

-Vamos.

Caminamos por las calles del barrio toda la tarde entre risas, paquetes de pipas y latas de monster compartidas, y llegamos a casa exhaustas. Tras unos sándwitches de queso a modo de cena, Brit se acostó en la cama de Olivia y yo en la de Lissie, ya que en mi cuarto solo había una cama.


[...]


El ensordecedor sonido del despertador nos hizo levantarnos con pesar a la mañana siguiente. Tras desayunar, nos vestimos rápidamente y nos dirigimos a clase. A primera hora teníamos física y química, menudas ganas... El profesor, Phillips, nos informó de que para el próximo día teníamos que hacer un trabajo por parejas, y añadió que las parejas las formaría él para evitar líos.

-Kat Collins y Sam Peters. -Empezó el Sr. Phillips-.

Los aludidos se miraron significativamente. De pronto un chico de pelo negro levantó la mano.

-¿Sí, Alexander? -El chico frunció el ceño imperceptiblemente-.

-Por favor, ¿le importaría ponerme a mí con Kat?

-Si a la señorita Collins no le importa...

Kat sonrió ampliamente, dando a entender que le daba igual. Sin embargo Sam adoptó una expresión mezcla de sorpresa y enfado que pasó desapercibida para el profesor.

-En ese caso, Sam Peters irá con Destiny Black.

Ambos se miraron y asintieron, simplemente.

- Jack Peters y Lucy Williams.

Ella sonrió felizmente, y él continuó escribiendo en su cuaderno con una leve sonrisa que no me pasó desapercibida.

-Nico Peters y Rachel Collins.

A Nico le brillaron los ojos por un instante. Sin embargo, Rachel soltó un suspiro de resignación, volviendo la cara.

-Britney Evans y Rebecca Houston.

Ambas intercambiaron una sonrisa cortés.

-Elizabeh Peters y Kim Williams.

Elizabeth adoptó una expresión indescifrable y Kim apoyó la cara en la mano con expresión de fastidio.

-Rose Black y Christian Smith.

Los ojos de Rose se abrieron como platos, y Christian y Kat se miraron con expresión de complicidad.

-Diana Johnson... -mi corazón se aceleró un segundo- y Josh Peters.

El chico rubio del primer día me sonrió y yo, sencillamente le devolví la sonrisa.

-Cambiaos de sitio y poneos por parejas de trabajo. -Un par de minutos hasta que todos estuvimos correctamente situados-. El trabajo consistirá en una cartulina que explique con imágenes un determinado elemento de la tabla periódica: el que queráis. Pueden ser imágenes impresas, dibujos o esculturas de plastilina y palillos chinos: Me da igual, pero por favor, hacedlo bien.

En ese momento, sonó el timbre. Matemáticas. Lydia, la profesora, entró con cara de alegría.

-Sacad una hoja todos: Examen sorpresa.

Al instante, un coro de quejas y lamentos inundó el aula. Menos mal que Brit y yo habíamos repasado algo la tarde anterior.

La profesora fue escribiendo las preguntas en la pizarra. Por suerte, el examen era fácil. Acabé rápido y lo dejé sobre la mesa de la profesora, que lo observó rápidamente y me dijo:

-Muy bien, Diana. Sin duda estás aprobada.

El resto del día pasó como en un sueño, aunque se me hizo bastante largo. A la salida hablé con Josh:

-A las cinco y media en mi casa, ¿vale?

-Allí estaré. -Respondió, con una sospechosa sonrisa-.


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Foto de Josh en multimedia

El Misterio de la Adolescencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora