*Narra Kim*
Llegué cansada. No había visto a mi hermana desde las ocho de la mañana, ni siquiera en el recreo. Supuse que se había ido a casa por encontrarse mal, pero supe que estaba equivocada cuando la llamé y no contestó. Imaginando lo peor corrí hacia el baño gritando su nombre, pero no obtuve respuesta. Traté de abrir la puerta, pero estaba bloqueada. Las primeras lágrimas empezaron a hacer que me escocieran los ojos, mientras me lanzaba una y otra vez sobre la puerta, tratando de entrar. De pronto, la adrenalina subió por mi cuerpo y una fuerza sobrehumana me invadió; de un golpe rompí la cerradura y a causa del impulso apenas pude mantener el equilibrio. Un grito involuntario salió de mi garganta al ver en el suelo el cuerpo sin vida de Lucy, con un charco de sangre rodeando su mano. Sostuve su cabeza entre mis manos y la zarandeé desesperadamente pero no obtuve reacción alguna por su parte; histérica busqué mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta y llamé a una ambulancia.
*Narra Diana*
Christian Coma. El mejor batería de todos los tiempos, estaba escuchando In the end y los redobles eran impresionantes. Decidí contestar al teléfono antes de que colgaran.
-¿Hola?
-Buenas tardes amor.- No sé por qué me pareció que era Liam.
-Sabes que me ha costado todo un triunfo cogerlo, ¿no?
-Ya sé que me amas.
-Todos lo sabemos, pero me refiero a la canción que te tengo puesta de tono.
-¿Cuál me tienes puesta? Bueno, ¿quieres salir?
-¡No! Digo ¡sí!, digo... Tengo que estudiar, pero prefiero estar contigo.
-No, no, cielo, ¿qué tienes que estudiar? ¿es importante?
-Es física, pero esque quiero verte.
-Pues entonces asómate a la ventana.
Obedecí y ahí estaba él, con una camisa celeste y unos vaqueros, sonriendo alegremente.
-Ábreme, anda.
Bajé las escaleras a todo correr sin siquiera colgar el teléfono, abrí la puerta y me lancé a sus brazos.
*Narra Kim*
De pie en la sala de espera, lloraba sin parar mordiéndome las uñas nerviosamente. Mis padres venían de camino desde un pueblo cercano. Liz apareció de pronto y me abrazó.
-He venido lo más rápido que he podido, ¿qué ha...?
Con un gemido, enterré la cara en su hombro.
De pronto una enfermera apareció. Me miró fijamente y me dijo:
-Ha entrado en coma. Ha tenido mucha suerte, cinco minutos más y no habría sobrevivido.
Sonreí débilmente tratando de darle las gracias, pero no pude hablar. La mujer me acarició el hombro y se fue por donde había venido.-¿Qué es el coma? -pude preguntarle a Liz, en un susurro-.
Ella me miró con incredulidad.
-Cuando una persona está en coma, se queda como dormida, y puede despertar en 10 minutos, en 20 años o... no despertar.
*Narra Diana*
Pasé la tarde intentando entender la lección de física que Liam me explicaba pacientemente, pero es muy difícil concentrarse con un novio al lado. Cuando finalmente conseguí formular las oxisales, eran las diez de la noche.
*Narra Kim*
Las lágrimas rodaban por mis mejillas, cada vez más numerosas. Sentada en la UCI, miraba a mi hermana, su brazo completamente blanco inyectado a múltiples tubos, sus ojos cerrados y sus labios rojos, mientras el pitido de la máquina que indicaba los latidos de su corazón marcaba un triste ritmo.
Tomé su mano y la apreté.
-Lucy, vuelve. Por favor, Lucy, no me dejes sola.
Las lágrimas llenaban mi boca de un extraño sabor salado y yo me desesperaba cada vez más.
-¡LUCY, POR EL AMOR DE DIOS, VUELVE! ¡LUCY!
De pronto un pitido constante me interrumpió.
Miré hacia la pantalla de la ya mencionada máquina.
Una línea recta aparecía en ella.
El mundo se me vino encima.
-¡NO! ¡NO! -Grité, mientras los sollozos ahogaban mi garganta-.
Entonces algo me poseyó, comencé a gritar con furia y a tirar con fuerza al suelo todo lo que veía. Sillas, botellas y vasos rotos se rompían. unos tras otros, ahogando mis gritos agónicos en aquella fría sala de hospital. Tres médicos entraron a la carrera en la habitación y, mientras uno se ocupaba del cuerpo de la que había sido mi hermana menor, dos me sujetaban fuertemente mientras yo me rebatía, llorando y chillando una y otra vez, mientras algo me desgarraba por dentro.
*Narra Alex*
Ben y yo habíamos pasado de conocidos a amigos en un par de días. Hablábamos, quedábamos y eso me confundía aún más.
Aquella noche de lunes me decidí. 'Soy gay' me dije, y lo repetí en voz alta.
'No es para tanto. No suena tan mal. Ben suele hablar de ser uno mismo y de que aparentar es una de las peores cosas que se pueden hacer. '
Mañana tengo que decírselo. Mañana, mañana voy a lanzarme y punto.
Si a alguien no le gusta, que le jodan. Ya es hora de que yo mismo sepa quién soy y por qué estoy en el mundo. Tengo que encontrarme a mí mismo.
Y me dejé caer en los brazos de Morfeo.
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Foto de Kim en multimedia
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El Misterio de la Adolescencia.
Teen FictionSentimientos y situaciones de algunos adolescenntes, cada uno con problemas diferentes, sentimientos diferentes, mundos diferentes ------------------------- No se como describir correctamente la historia. pero si les gustaria saber un poco mas de es...