Capítulo 2- ¿Once colas?

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Sakura POV's


—Meiko-san—murmuro al ver esos ojos rosas de Meiko como siempre. Siempre me han fascinado y, además, conocí a Meiko dos meses después de que Sasuke y Naruto se fueron.

—¿Sakura-chan? ¿Ha pasado algo?

Sonrío de forma instantánea.

—No. Que va—y sé que es mentira, pero no creo que necesite contar cosas que no son verdaderas. Eso pienso.

—¿Seguro?—vuelve a insistir mi amiga pelirosa.

—Segurísimo.

—Bien, porque...—habla moviéndose hacia un lado. Meiko estira su brazo hacia arriba para luego mover su cabeza—. Quiero comprobar algo.

—¿El qué?

—Una cosa en ti. Necesito comprobarlo—suspira—, confía en mí. Cierra los ojos.

Y cierro los ojos cruzándome de brazos. No siento nada y, como es obvio, solo veo oscuridad.

Minutos después me sobresalto al recibir un fuerte impacto.

—¡No abras los ojos, Sakura-chan! ¡Pase lo que pase!—Grita Meiko, pero, por las circunstancias lo estoy dudando.

Duele.

Mucho.

No sé qué diablos está en mi pecho pero duele. Mi corazón palpita con fuerza y... y siento que tiene vida propia.

Un latido muy fuerte hace que sobresalte aún más y me arrodille cayendo al suelo por la poca fuerza que tengo, pero aun así, hago caso: no abro los ojos.

—Lo siento...—escucho como murmura mi amiga. O, espero que no sea una trampa—, sigue confiando Sakura-chan. ¡Te va a doler!

Y en efecto: grito de nuevo de forma desgarradora, ya notando gotas de sudor por mi frente.

—¡Es tu imaginación! ¡Aguanta!

—¡¿Qué está pasando?!—Grito de forma desesperada intentando no abrir los ojos. Y creedme cuando os digo que es difícil no abrir los ojos y descubrir qué está pasando.

—¡Te lo prometo, Sakura-chan! ¡Te lo explicaré!

Y después de eso solo escucho gotas de agua caer. Una vez abro los ojos al no saber qué está ocurriendo, me siento algo... extraña. Rara. ¿Qué se supone que debe de pasar ahora?

Camino en un lugar desconocido. Es como si me hubiese transportado a... no sé dónde.

—¡¿Meiko-san?!—Grito, pero solo escucho mi propio eco.

—Sakura Haruno—y el eco de una voz seria y algo grave retumba por mis oídos. Por más que camine, esto se hace interminable.

—¡¿Quién habla?!—pregunto ya desesperada mirando por todos lados. Nada.

—¿Qué? ¿Eres mi Jinchuriki (* N/A <- con esto me refiero a que es la persona portadora de un monstruo. Como Naruto posee el monstruo de nueve colas. Pues a Sakura la he creado poseedora de uno también: El de once colas. Lo sé, es una historia ficticia así que solo déjense llevar) y aun no lo sabes? Que decepción...

—¡¿QUÉÉÉÉ?!

—Sigue caminando hacia delante, Sakura Haruno.

Y eso hago. Por muy estúpido que es el hacer caso a una voz desconocida; eso hago.

Al dar unos pasos más veo una especie de... ¿monstruo? Además, está entre rejas.

—¿Y esa cara de sorpresa?—ríe el monstruo. Es muy grande parecido a un conejo de... ¡¿once colas?! Más bien, once tentáculos finos como agujas. Además tiene un hocico de caballo y es color rosado.

—¿Q-Quién eres?

—¿Acaso importa? Ve y libérame.

Y cuando iba a hacerlo, cuando iba a hacerle caso, de repente ya no estaba en aquel lugar, sino, ahora estoy en la enfermería. Tsunade-sama se encuentra a mi lado, mirándome con algo de preocupación.

—¿Sakura-can? ¿Estás bien?

—No—y creí que eso era ya obvio.

Siento un dolor en la cabeza bastante fuerte.

"Sakura Haruno" escucho de nuevo esa... esa voz dentro de mí. ¿Acaso me estoy volviendo loca? ¡No! ¡No puede ser! No estoy loca, ¿verdad? "Libérame".

—¡Jamás!

—¿Sakura?—Tsunade se levanta de la silla que hay al lado y se sienta en la camilla, abrazándome. Y es que ella siempre ha estado junto a mí cuando mis padres murieron.

¿Qué de qué murieron? Asesinato. Larga historia.

—¿Puedes moverte?

Hago un intento pero una mueca de dolor sale de mí.

"Libérame"

—¡NO!

—Sakura...—murmura Tsunade entre mis brazos—. Iré a por ayuda.

Y eso hace: se marcha de la habitación cosa que es un caso error.

Ahora estamos solos. La cosa esa que hay en mi mente y yo.

"Libérame".

—Te has hecho pesado. ¿Lo sabías? Por favor: déjalo.

"Si lo haces... piénsalo. Seriamos tú y yo imparables. Podrías destruir a todo quien quisieras".

—¡¡Saaaaakura-chan!!—al escuchar la voz de Hinata quedo perpleja. Intento no perder los estribos.

—Buenos días, Hinata-chan—sonrío.

—¿Buenos días?—Mi amiga se sienta justo en la silla que antes estaba Tsunade—. Ya es tarde. ¿Qué te ha pasado?

—¿Dónde está Meiko-san?

—¿Meiko-san? ¿Te refieres a la chica de cabellos rosas? ¿La que se parece a ti?

—¿Parecerse.... a mí?—Pregunto, esta vez para mí misma—. Bueno, ¿sabes dónde está?

—No, no lo sé. Te trajo ella al hospital, eso sí.

—Hinata-chan...—murmuro su nombre—. ¿Qué pasa?

Y el rostro de mi amiga peligris se alumbra algo más. Me mira con desdén.

—Es...—traga saliva—. No sé cómo decírtelo—suspira.

—Como quieras—y una sonrisa se muestra en la comisura de mis labios para calmar a mi amiga. Sé que eso siempre le ha calmado.

—Na...Naruto-kun.

—¡¿QUÉ?!—Grito—. ¿Ha venido Sasuke-kun?

—No—Hinata parece aliviada sin lugar a dudas. No sé por qué—. Bueno, sí. Han venido pero se han ido.

—¿Qué? ¿Por qué?



SMILE | SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora