SMILE | SasuSaku

Capítulo 22- Decisiones

Maratón (5/5)

Sakura POV's

—¿Qué es... un pacto de sangre?—Mi mente ya no está el en río, sino, con Eiko. Igual que mi cuerpo. Soy consciente de que, a pesar de estar aquí, estoy desmayada.

Es difícil de explicar pero... cuando quiero hablar con Eiko cara a cara me desmayo en el sitio que esté para aparecer aquí.

—Antiguamente muchos ninjas murieron en mi busca—sé que no me puedo fiar de las palabras de Eiko, pero... quiero intentar escucharlo, aunque sea. La vida de Sasuke y Naruto podrían peligrar. Incluso de la mía—, por eso, abandonaron.

—¿Y?

—Entonces se inventó el pacto de sangre, que, por muy tradicional que pareciese, es un jutsu. Sobre él prometes algo y si no lo cumples, mueres. Es sencillo.

—¿Me estás diciendo que...si Sasuke o Naruto no te consiguen, ambos morirán?

—Sí.

—¡Serán idiotas!—Digo, enfureciéndome por completo. Sé que ahora mismo también quiero llorar. Me he convertido en toda una llorona desde que conocí a Meiko pero... de alguna forma tendría que soltarlo todo, ¿no?

—Ahora es cuando debes de escoger, Sakura—Eiko sonríe—. A mí me quieren vivo... pero, ¿qué hay de ti?

—Puedo entenderte—aclaro—. No soy corta o tonta. Puedo saber que debo escoger entre mi vida y la de mis amigos.

—Sí.

Suspiro.

—¿Y qué es lo que me duele en el pecho?—Pregunto aprovechando que ya estoy junto a Eiko.

—Tu cuerpo me está rechazando—sigue riendo—. Suele pasar.

—¿Moriré?

Eiko bosteza.

—¿Vivirás?

Suspiro.

No. No creo que viviré. Porque, si he de escoger entre mi vida y la de mis amigos, escogería la de ellos, sin dudarlo.

No por mí, sino, por como Hinata-chan está con Naruto-kun. Por el suelo imposible de que él se convierta en Hokage, por Sasuke-kun... Estoy segura de que ellos tendrán mucho futuro sin mí. Y, en cada equipo, siempre habrá alguien que se sacrifica, ¿no?

—Gracias, Eiko—agradezco—. Pero, ¿puedo preguntarte una cosa?—Pregunto.

—Sí.

—¿Tú destrozaste el clan Aika?—Inquiero frunciendo el ceño.

—Sí.

Pero no me duele.

No he conocido a nadie de ese clan, salvo a Meiko, que creo que está en otra parte.

—¿Puedes mostrarme toda la historia? La verdad.

—No.

—¿Qué? ¿Por qué?—Lo miro de forma asesina—. Te liberaré, ¿no? Es lo que quieres. Como mínimo podrías hacerme ese favor.

—Una; no me liberarás. Lo que pretendes hacer es que entre en otro cuerpo que no quiero. Y, dos; si te cuento lo que pasó irás a entregarte a ellos. Eres muy terca y no morirás si no sabes la verdad.

Y tiene razón. El monstruo de once colas al que odio por haberme estropeado eso tiene toda la razón.

—Eiko...—murmuro.