Bai Luo Yin se levantó de un salto, todo el cuello y las orejas llenos de transpiración. Un verano que se obstinaba en persistir aún un poco más lo castigaba cada mañana ahogándole el sueño con un calor asfixiante.
Se pasó las manos por el cuerpo y el sudor le recubrió ahora todas las manos. El sol recién despuntaba y ya sentía como si lo estuvieran quemando vivo. Arrastrando los pies fue hasta la canilla del patio y sumergió la cabeza bajo el chorro de agua. La corriente fresca que le cayó a lo largo del cuello le mejoró un poco el humor.
Mientras tanto, Bai Han Qi, su padre, barría el patio. Todos los días se ocupaba de las tareas domésticas, lo que habría sido absolutamte elogiable sólo con que hubiese sido capaz de hacerlas correctamente. Pero después de tanta limpieza dejaba siempre todo hecho un desastre. Acaso por ello Bai Luo Yin lo encontrara tan irritante.
Bai Luo Yin se llenó la boca de agua y luego la escupió. Cerró la canilla y se quedó mirando porque le gustaba ver cómo el agua se hundía dejando una estela de burbujas blancas. Pero el nivel del agua no hizo más que elevarse. Parecía haberse tapado otra vez. Unos minutos más tarde, después de que pescara un trapo sucio con un palo, el agua finalmente drenó.
- Papá, otra vez me tiraste los calzoncillos a la pileta.
Bai Han Qi dejó de barrer súbitamente cuando escuchó esas palabras. Puso a un lado la escoba y se acercó a la soga donde tendía la ropa. Por más que contara y contara, el calzoncillo faltante no aparecía. Evidentemente se le había caído mientras se bañaba y había sido arrastrado por la corriente de agua hasta el drenaje.
- ¡Pero no lo tires! Todavía se puede usar si lo volvemos a lavar.
A Bai Luo Yin le pareció ver salir humo de sus propias narices.
- Dejalo. Si lo querés usar usalo vos.
Bai Luo Yin atravesó la puerta de entrada y se allegó hasta un callejoncito donde tropezó con Yang Meng que salía también de su casa. Yang Meng tenía un nombre particular. Su padre, cuando joven, era como la chica fácil del pueblo, de maneras suaves y más tiernas que el común de las mujeres. Pero aquella había sido una época característica por sus prejuicios y de allí que él finalmente no hubiera llegado a ser más que lo que era ahora. Había acabado por obligarse a tomar mujer para poder tener descendencia. Y cuando Yang Meng nació, su padre le dedicó todos sus cuidados a este su hijo único. Y por elló le puso "Meng", que en su lengua natal significa "feroz".
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¿Eres adicto? (traducción)
Storie d'amoreAdaptación en serie web: https://www.youtube.com/channel/UCwfekS7vcMKRWCUedbl3frQ