CAPÍTULO 12: ¿Cómo es que siempre se la pasa durmiendo en clase?

496 20 5
                                    

Luego de haber sido beneficiado con aquel paquete de papel higiénico, You Qi ya no dejó de usarlo. No tenía desde luego más que un ligerísimo resfrío, pero se sonaba y resonaba la nariz tan persistentemente que al cabo del día había consumido un rollo entero del paquete. Y cada vez que acababa de sonarse, daba un giro y ofrecía su cara sonriente a quien se encontrara detrás suyo. Recordaba bastante a una niña que hubiese experimentado su primer flechazo. Se trataba sin dudas de un espectáculo perturbador.

Bai Luo Yin en particular no lo soportaba. You Qi era alto y atractivo, y sin embargo un completo bobalicón.

- No me voy a cansar de decírtelo. Yo no te compré el papel higiénico. Dejá de hacerme quedar tan mal parado.

 You Qi lo ignoró, y por toda respuesta se sonó la nariz aún más intensamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

You Qi lo ignoró, y por toda respuesta se sonó la nariz aún más intensamente. Bai Luo Yin terminó por cansarse y dejó que el malentendido prosiguiera a la buena de Dios. Volvió a su tarea y continuó trabajando sin siquiera alzar la cabeza. Un poquito más tarde y sus ojos ya se le cerraban sin quererlo. Otro poquito más y ya estaba de vuelta en el País de las Maravillas, la cabeza recostada sobre el escritorio.

You Qi, por su parte, se expresó ahora con un sonido atronador de su nariz resfriada. Nadie le replicó. No por falta de atrevimiento: la mitad de las niñas eran sus admiradoras secretas, la otra mitad de ellas eran unas completas ñoñas (aunque se hubiese producido una explosión justo frente a ellas, no habrían por eso interrumpido su trabajo). En cuanto a los chicos, los que estaban jugando seguían jugando, los que hablaban seguían hablando. Nadie dedicaba su atención a una cuestión tan baladí. Desde luego, siempre hay excepciones. 

En el penúltimo banco de la fila, había alguien que no tenía nada que hacer. En realidad, trabajaba siempre con rigor y en media hora ya había terminado lo que al resto le tomaba dos. You Qi no cejaba en su ocupación nasal. Orquestaba sus sonadas hacia un lado y hacia el otro a la menor oportunidad que para ello se le presentaba. La atención de Gu Hai indefectible y periódicamente era llevada hacia ese sitio desde donde provenían los sones infernales. Pero cada vez que miraba, no era a You Qi a quien miraba sino a Bai Luo Yin.

 Pero cada vez que miraba, no era a You Qi a quien miraba sino a Bai Luo Yin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"¿Aún duerme?". Gu Hai inquiríase a sí mismo en qué consistiría una noche de Bai Luo Yin. "¿Cómo es que siempre se lo ve tan cansado y se la pasa durmiendo en clase?". Ahora se preguntaba si efectivamente estaba durmiendo o sólo lo fingía. "Si es cierto que duerme, ¿cómo es que cada vez que lo llaman responde al instante?"

¿Eres adicto? (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora