Una cierta sonrisa esbozaron los labios de ordinario cerrados de Sun Jing Wei. Una corriente de aire fresco le llegó hasta el rostro. Ese mocoso había sido siempre tan difícil de comprender, siempre tan terco y sin ceder jamás en ningún punto.
- Es una orden del General. No será tolerada ninguna negativa.
Gu Hai se puso de pie. Su postura traicionaba en él el linaje militar. Se paseó por el cuarto con displicencia, pero de un modo tal que imponía todo alrededor una firmeza masculina.
- Me tendrá que llevar por la fuerza.
La frase fue pronunciada con suavidad, y los ojos de Sun Jing Wei se plegaron ligeramente en sus esquinas.
- ¿Pero cuál es la necesidad de sufrir tanto? La señora hace mucho tiempo que ya no está con nosotros. Y a su padre no le falta mucho para llegar a los cuarenta. ¿No es posible que lo deje tranquilo ya de una vez?
Este pequeño discurso punzó a Gu Hai en su punto más débil.
- Yo no puedo perdonarle nunca lo que le sucedió a mi madre.
Sung Jing Wei se sentó a su lado y le habló al oído como si fuera una presencia fantasmática.
- Hai, usted no puede decir eso con una tal ligereza. Si el General se entera lo va a mandar despellejar vivo. Lo que sucedió a su madre no fue más que un accidente. Incluso el perito forense lo dejó constatado. ¿Cómo puede ser entonces que usted se comporte de tal modo respecto a su padre?
- Dejalo. Yo lo tengo claro por mí mismo.
Sung Jinq Wei dio unos pasos atrás e hizo el saludo militar.
- Mañana pues lo pasaré a buscar.
Gu Hai pasó la tarde en el club de esgrima. Al quitarse la máscara, sintió al mismo tiempo cómo dos manos rugosas se apoyaban sobre sus ojos.
- Quedate así.
Jin Lu Lu bajó las manos y Gu Hai le acarició dulcemente las mejillas. Ella soltó una risa refrescante.
Era alta y en extremo delgada. Decir que se parecía a una pista de aterrizaje sería acaso un poco exagerado. Pero bien podría decirse con exactitud que su pecho estaba prácticamente pegado con su espalda. Lo que se hubiese querido de ella, ella no podría haberlo dado. ¿Te la has imaginado atractiva? Pocos errores tan evidentes como ése. Si su piel era de una tonalidad algo morena, tenía sin embargo pocas pestañas y por si faltara algo no había la más mínima elevación ni en su boca ni en su nariz. Con sólo alejarse unos cuantos metros nadie podría inferir que se tratara de una chica. Era de ese género de espantajos del que sólo un viejo extravagante podría haberse enamorado.
- ¿Pero cómo es que estás tan quemado?
- Gu Hai sonrió y en ese momento hubiérase creído que los rayos del sol habían sido destinados a iluminar su rostro como a su única tarea.
- Es que estuve haciendo bastante natación.
Lu Lu siguió a Gu Hai y le alcanzó dos toallas para que se secara un poco la transpiración. Cada vez que se aproximaba percibía en él esa mezcla de olor a tabaco y a sudor que en él era característica. Con sólo cerrar los ojos podía imaginarlo como un hombre maduro, pero nada más abrirlos volvía a ver a un adolescente forzado a madurar demasiado rápido.
- ¿Qué estás mirando, tontita?
Gu Hai extendió los brazos y los cerró estrechamente alrededor de Lu Lu. En ese momento dejó escapar un pequño suspiro.
- Mi padre se casa. La ceremonia es mañana
- ¿Pero tan pronto?
Lu Lu levantó los ojos y los clavó en los de él.
- ¿Y vos pensás ir?
- ¿Creés que debiera?
- Claro que sí. ¿Cómo que no? Es tu deber hacerla sentir parte de la familia.
Pero Gu Hai sentía un desasosiego que en ese instante no pudo sino enterrar aun más bajo el fondo de su corazón.
- En realidad no me siento con ánimo de verlos en absoluto. Ellos ya estaban juntos antes de que ocurriera lo de mi madre. Y con la posición que mi padre ocupa le era de todo punto imposible volver a casarse en esa situación. Todo esto debieras ya haberlo comprendido sin que tuviera que estar explicándotelo.
- Me pregunto si no estás haciendo las cosas más difíciles de lo que son en verdad.
Gu Hai tomó dos tragos de agua. Lu Lu lo golpeó juguetonamente en el cuello de modo que él se atragantó con el agua.
- Qué pensás si contrato un grupo de reporteros para que se aparezcan en la boda, ¿puedo conseguir que se molesten entre ellos?
Esta idea tomó a Lu Lu por sorpresa.
- ¿Tenés intenciones de arruinar la boda?
- Hace tiempo que espero la oportunidad para vengarme de mi padre.
- En realidad no alcanza con los reporteros. Incluso si consiguen la cobertura probablemente la cadena de televisión no acepte darle lugar en ningún programa.
- Estás equivocada. Mi intención no es que eso salga públicamente. Yo quiero colocarlos ante la incomodidad de tener que echar a los reporteros, de forma que para ello deban interrumpir la ceremonia. Después de todo, ¿a quién hace verdaderamente feliz esta boda?
- Entiendo. Tu táctica vendría a ser inocular en ellos un estado de ansiedad patológica, ¿no?
- Ahora hacés honor a tu inteligencia.
Chispas de astucia encendieron los ojos oscuros de Gu Hai.
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¿Eres adicto? (traducción)
Lãng mạnAdaptación en serie web: https://www.youtube.com/channel/UCwfekS7vcMKRWCUedbl3frQ