¿Eres adicto? (traducción)

CAPÍTULO 7 : Un chico de pantalones caídos y sandalias en los pies

Ya era casi el mediodía cuando Bai Luo Yin se despertó al sonar el teléfono. La voz magnética de Yang Meng le llegaba desde el otro lado: "¡Amigo! ¿todavía durmiendo? ¡Hoy empezamos las clases! Nos tocó la clase 27. Vení rápido, te garantizo una gran sorpresa". Bai Luo Yin se sentó primero sobre la cama. El solo hecho de ser despertado lo irritaba, pero más aún que el horario de la escuela fuera tan temprano. Mientras otros ya habían llegado al aula él todavía tenía que empezar a vestirse.

En dirección a la escuela tropezó con algo. Entonces notó que había salido en sandalias. En fin. Ya a mitad de camino, no le pareció sensato darse la vuelta. 

La clase 27 allí estaba. Era su último año. Abrió la puerta y entró. Como de costumbre, el que llegaba más tarde era el que atraía más la atención. Tenía un aire despreocupado, como si no hubiera nada fuera de la regla, y no se molestó en balbucear ninguna excusa. Se paseó hasta un asiento libre en la última fila, movió la silla y se sentó. Su semblante no podía estar más calmo. Se oyeron abucheos provenientes de todos los rincones cuya razón Bai Luo Yin no advirtió. El chico sentado al lado suyo lo sacó de su confusión:

- Acabás de peder tu oportunidad.

La atención de Bai Luo Yin no fue despertada en absoluto.

- ¿Mi oportunidad para qué?

- Ahí adelante.

Ahí adelante miró Bai Luo Yin y sólo un momento después se fijó en el rostro de la profesora. Era una profesora muy conocida en la escuela. Por su belleza era siempre elegida como representante de la institución y cada chico quería ser su alumno.

- Yo aprovecharía para ir a disculparme por la tardanza de modo de poder allegarme hasta ella. Luego podrías simular que se te rompió el banco y ella se acercaría a ayudarte -Yang Meng sonreía como un idiota- Yo no me animo a hacerlo.

Sólo entonces comprendió Bai Luo Yin de qué sorpresa se trataba. Pero lo cierto era que a Bai Luo Yin no le interesaban ni mucho ni poco la belleza de una edad madura, y más bien bastante poco en este caso de alguien que se asemejaba a su propia madre. Mientras acomodaba los útiles se le cayó la lapicera y al agacharse para recogerla se sorprendió de que el chico delante suyo llevaba también sandalias. Y no simplemente eso: llevaba los pantalones bajos y su estilo de vestimenta en general era el de la última moda.

- Buenos días a todos.

Apenas sus labios se despegaron llenos de sensualidad, toda la clase quedó petrificada de silencio. Y los especímenes del género masculino hasta retenían el aire todos al mismo tiempo a fin de que no se produjera ningún sonido perturbador.

- Soy la profesora a cargo del curso. Mi nombre es Luo Xiao Yu y aquí les escribo mi número de teléfono. Puesto que nunca lo había dado anteriormente, creo que debieran recibirlo como un verdadero honor.

El aula se llenó de aplausos.

Sólo dos personas no se enteraron de tal número. Uno de ellos, Bai Luo Yin. De todas formas, lo mejor era no enterarse de nada, pues nadie pasaría evidentemente de marcar el número de teléfono. Pero de ello se verá más adelante. A cada uno le tocó presentarse en frente de toda la clase y cuando fue el turno del chico de pantalones bajos y sandalias, Bai Luo Yin escuchó con atención.

- Vengo de Tianjin. Soy especial.

Bai Luo Yin esperaba escuchar todavía algo más que fuera aclaratorio de lo anterior, pero el otro chico ya se acercaba nuevamente a su asiento haciendo gala de su carisma. Bai Luo Yin estaba como perdido y divagaba para sí mismo: "¿Qué quiso decir con que es especial? ¿Cuál es tu problema? ¿Te volvés así ya a tu banco sin haber dicho tu nombre?". Sólo entonces miró Bai Luo Yin el pizarrón y vio escrito: "You Qi". [N. del T.: en chino quiere decir "especial"]

"Así que se llama You Qi". Bai Luo Yin casi se cae del asiento. Por suerte nadie notó que había hablado en voz alta.