10. Algo nuevo

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Capítulo 10: Algo nuevo

Bajé del auto seguido de Kellan encontrándome frente a un gran edificio totalmente cristalizado, su elegante recepción era totalmente visible al área externa del edificio, pero lo mejor era que no estaba cagado por palomas ¡Al fin Dios, no más excremento de ave por nueve meses!, Pensé para luego reírme al entrar en cuenta de la estupidez que taladraba en mi cabeza, alucinaba para evadir mi situación actual en la que Kellan tenía un papel inesperadamente importante.

— ¿Estás bien, Mallory? — la ronca y grave voz de Kellan me sacó de mis ensoñaciones y su mano apretó mi brazo como si sospechara que en algún momento caería sobre el asfalto. — ¿Tienes mareos? — me miró con el rostro tenso de preocupación, su mirada era insistente.

Tranquilo Kellan, estoy bien — aparté su mano generosamente y le miré a los ojos. — Sólo reía, sólo eso — sonreí por inercia, tranquilizándolo visiblemente, la tensión desapareció en su rostro de revista de alta moda y a continuación hizo una señal con sus dedos atrayendo la atención de un joven que por su uniforme di por sabido que era un botones, él inmediatamente se acercó a nosotros.

Buenos días señor Hurley — habló el chico. — Buenos días Señorita — dijo dirigiéndose a mí, sonreí con un leve asentamiento de cabeza.

Buenos días, Lawrence — lo saludó Kellan. — ¿Puedes ayudarnos con el equipaje? Están en el maletero — instruyó lanzando la llave del auto al chico.

Él sólo asintió y se dedicó a seguir las instrucciones de su superior.

Vamos — la mano de Kellan se escurrió hacia mi espalda baja y me guió hacia la recepción del edificio.

A cada paso que daba junto a Kellan me sentía más nerviosa e incómoda, todos lo conocían, lo saludaban como la persona respetable que era, mientras que yo era observada por todos esos ojos llenos de desprecio y discriminación.

Llegamos al último piso quedando frente a una puerta, mis nervios se incrementaron llegando hasta el tope por la ansiedad. Kellan me lanzó una efusiva mirada que no logré descifrar y abrió la puerta. Miré el hermoso Pent-house asombrada y me di el auto-permiso de pasar dejando a Kellan detrás.

— ¿Te gusta? — preguntó. Le miré afirmando con una sonrisa.

Te mostraré tu habitación, sé que debes de estar cansada

Empezó a caminar por un pasillo para luego abrir la puerta de una habitación blanca con una cama matrimonial y algunas decoraciones, era sencilla y linda, estaba perfecta. La tensión que había en el aire era palpable, entre mis nervios y el silencio de Kellan mi ansiedad estaba matándome y para rematar tenía un hambre infernal "A buen momento" pensé. Le agradecí con una tímida sonrisa y me adentré en la habitación.

Oye, Kellan. ¿Dónde está el baño? — giré y ya no estaba. Decidí buscarla por mí misma, encontré una puerta que parecía ser el baño, acertando. Ya dentro me desnudé y me adentré en el paraíso. El agua caliente relajo cada músculo tenso, cada fibra de mi cuerpo. Delicioso.

Terminé de ducharme y envolví mi cuerpo en una suave toalla. Salí del baño totalmente relajada y calmada, escuché que tocaban la puerta, me tomé el nudo de la toalla apretándolo más fuerte y abrí la puerta encontrándome a un Kellan un tanto incomodo, con mi maleta entre sus manos. Me aparté de la puerta para que pasara, y eso hizo, dejándola sobre la cama.

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