Capítulo 23: ¿Una propuesta?
— Basta — advertí en voz baja mientras terminaba de planchar mi cabello. Kellan no paraba de molestarme, y ya estaba a punto de lanzarle uno de los cepillos de pelo para que me dejara en paz. Habían pasado dos semanas desde la última vez que tuvimos una discusión esa noche en esta misma habitación. Mi pie ya había cicatrizado, mientras que Kellan y yo poníamos en práctica la regla de hablar sin terminar gritándonos cosa que no se me hacía para nada sencilla.
— Soy sólo yo, o, tú trasero creció — dijo detrás de mí. Giré mis ojos por cuarta vez girándome hacia él lanzándole una mirada asesina seguido de gritarle que me dejara en paz una vez más, pero lo único que hacía era carcajearse.
— No te molestes conmigo por eso, no es algo malo. Es bastante bueno — dijo sonriendo pícaro antes de abrazarme por la espalda y dejar un suave beso en mi hombro. Yo hacía un esfuerzo masivo por seguir molesta con él, pero era muy difícil cuando el ancla que me mantenía en ese estado había desaparecido.
— Me sacas de quicio — dije mirando nuestro reflejo entrecerrando mis ojos hacia su mirada lasciva.
— Y tú a mí — confesó en mi oído provocando que una corriente de electricidad erice toda mi piel en cuestión de segundos. — Pero aunque así sea, eso no significa que quiero que te alejes de mí — añadió mirando mis ojos a través del espejo. Mordí mi labio en un intento furtivo de ocultar la sonrisa que amenazaba por asomarse en mis labios, sólo para vengarme un poco.
— Te odio ¿sabes? — dije mientras las mariposas en mi estomago mantenían mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Su gesto cambió volviéndose sombrío, asesinando en cuestión de segundos la sonrisa que mantenían sus labios los últimos minutos. — Te odio por lo malditamente feliz que soy con el simple hecho de ver tu rostro — añadí luego de girarme y entrelazar mis dedos detrás de su nuca. Su rostro se iluminó al ver que sonreí.
— Ya no me digas que me odias, no me gusta escucharte decir esa palabra — pidió uniendo nuestras frentes mientras cerraba sus ojos.
— ¿Por qué? — pregunté aún sin apartarme ni medio centímetro de su hermoso rostro. Él negó aún sin abrir sus ojos.
— Porque la última vez que dije esa palabra creí que ibas a dejarme — dijo en apenas un susurro.
— Nunca voy a dejarte. Sólo si no me obligas a hacerlo — dije mirándolo con fijeza para que viera que lo que decía iba enserio.
Me coloqué de puntillas y toque sus labios con los míos en un sutil roce. Tan tímido y delicado. Probando cada centímetro de su boca desde las comisuras hasta hacer contacto con la suavidad de su cálida lengua sobre la mía aún sin incrementar el ritmo. Sus manos se desplazaron por debajo de mi blusa, acariciando mi vientre ascendiendo por mis costados hasta llegar a mis pechos y permanecer allí haciendo con ellos lo que se le antojaba. Kellan tomó las riendas esta vez incrementando el ritmo y las intensiones del beso, sacando sus manos de mis pechos para luego posarlas en mis caderas. Enrosque mis piernas en su cintura sorprendiéndome de haberlo logrado. Aún no perdía mis trucos a pesar de tener casi cinco meses de embarazo. Él avanzó varios pasos y luego se detuvo cuando sentí la cómoda chocar con mi trasero y justo cuando me dejó sobre ella solté un grito al sentir como la plancha de pelo que curiosamente había dejado encendida sobre la ya mencionada cómoda quemaba la piel de mi trasero, separé a Kellan de mí en un rápido movimiento y me lancé aún sintiendo el horrible ardor en mi culo.
— ¿Que pasó? — preguntó con aires de preocupación al ver mi ceño fruncido.
— Me quemé el trasero con las planchas — expliqué mientras me quitaba el short de piyama que no logró proteger mi piel de ser horriblemente marcada.
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RAIN
ChickLit- Resultaste por un error, un error del que nunca me arrepentí. Te amo y aunque tuve miedo al principio siempre te amé y lo haré hasta que de mi último respiro... - «Rain» Esta es...