1

29 3 0
                                    


(Sarah)

<<6:30 am>>

-Dioooos- es de mañana me levanto y me meto a la ducha. Enserio espero que mi maestra de física elemental no pida la tarea porque no la hice. Salgo de la ducha tomo mis jeans, sueter negro y tenis rojos. Me veo como un desastre.

Llego a la cocina y ahí esta mama con mi desayuno. Creo que es a la única persona que realmente me quiere por lo menos un poco; y claro sé que mi papa me amo durante el tiempo que estuvo con migo. Extraño a papa, el me hacía sentir que realmente hay hombres que valen la pena. Mi papa murió cuando tenía 10. Su perdida ha sido muy dolorosa para mi tal y como para mi mama y para mi hermano (creo).

Mi hermano mayor, Charlie es totalmente diferente a mi papa. Él siempre se quiere hacer notar con las personas a su alrededor. Es terrible.

Me siento a en la mesa y como las tostadas francesas de mama.

-Sarah, no puedo llevarte hoy al colegio. Charlie te llevara- . –Espera ¿¡QUE!?-.  Grite, enserio grite muy fuerte pero no de felicidad de enojo. –Deja de gritar Sarah.- Mama me vio muy enojada. Amo a mama pero hay veces que realmente me hace querer desaparecer.

Charlie me dejo muy retirada del colegio. Dice que si me ven con el arruinaría su reputación. Yo creo que su reputación vale de su idiotez.

Cuando entro al instituto, voy directamente a mis casilleros. Era de esperarse, encontré otra cartita de amor de la plástica Beth Green. Decía: <<Querida Sarah eres la chica más idiota y zorra que conozco, oh claro sin contar a tu madre. Deberías suicidarte>>.

En unos segundos apareció a mi lado con su mejor amiga Rebecca Stone. Empezaron a reírse como hienas con mucho plástico en sus gargantas.

Salí corriendo al baño espere a que una chica saliera y deje ir el sollozo. Nadie nunca se había metido con mi mama. Me dolió tanto leer esa carta. Tapaba mi boca. Mordía mi suéter. Sentía mis lágrimas caer calientes, pero al mismo tiempo frías.

Saque una navaja que traía en mi mochila vi mi muñeca y tenía heridas que se estaban curando. Claro las heridas físicas curan pero las del alma quedan marcadas para siempre. Me dije –Eres una estúpida...-.

  La pase bruscamente sobre mi muñeca. Era un dolor de alivio.


Sali del baño y entre a mi clase de física elemental justo a tiempo. Tome el último asiento. Nadie sabía nada, nadie sabía de mis heridas. Estaba hipnotizada viendo por la venta los pájaros, ellos eran tan libres...

-¡Sarah!, entrégame el informe que pedí para hoy-. La maestra realmente me veía enojada.

- A-ah... –

- ¡Por favor no me venga con excusas, tu sabes que esta es tu única oportunidad para pasar este año escolar y no te importa para nada!

- Pu-ues si me importa... tuve problemas - Realmente yo estaba nerviosa.

- ¡Sarah sal de mi clase y ve donde la directora!-

- Lo siento enser...

- Hazme caso ahora... -. Me miraba con mucha decepción. No la culpo, incluso yo me veo de esa manera.

Salí de allí y entre a la oficina de la Señorita Barnes. –Ya me extrañaba que no vinieras... ¿Qué paso ahora?-.

-Olvide hacer un trabajo que costara mi año escolar.-

-¿Porque Sarah?, porque te cuesta tanto recordar tus deberes. Ya estoy acostumbrada a tus visitas diarias a mi oficina.-

Yo solo guardo silencio mientras ella me analiza de pies a cabeza. Eso me incomoda.

-Esto no puede llegar a mas, llamare a tu madre y le informare sobre esto ¿okay?.- Hago una cara de "haz lo que quieras me da igual".




foto: Chloe Grace Moretz - Sarah Hilton

Querida Sarah (incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora