Capítulo 1.

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Y estarás preguntándote, ¿quién eres tú?¿Qué haces aquí?

En realidad podría decir que no soy nadie, quiero decir, nadie importante. Pero mi nombre es Aura Gallagher, y tengo 17 años. Y esta, es mi vida.


Hoy es mi primer día del último curso de instituto, no tendría nada por lo que estar neviosa, ¿no? Pues siento decirte que te equivocas. No me importaría si estuviera en mi instituto de toda la vida, no me preocuparía, pero no lo es.

Acabamos de mudarnos de Londres, y ahora estamos en Sídney, lo que me da realmente pánico. Es un nuevo instituto, con gente nueva, nuevos profesores y nuevos idiotas a los que soportar. Motiva, ¿verdad? Nótese la ironía.

La verdad es que no he podido dormir mucho, ya que estoy más nerviosa que nunca. Miro mi reloj y ya son las siete menos cuarto. Decido levantarme, ya que seguir dando vueltas no es demasiado divertido. Me asomo a la ventana, y por un segundo, me alegro de estar aquí. Realmente Sídney es precioso, sobretodo a esta hora. Sonrío sin ni siquiera darme cuenta.

Mi padre siempre decía que le encantaba ver el amanecer y sé que este amanecer le encantaría, y hace un par de meses, me habría encantado poder verlo junto a él, pero todo ha cambiado ahora.

Toda mi vida, mi familia a estado unida más que ninguna otra que conozca. Nunca peleábamos y cuando lo hacíamos no tardabamos en sonreír otra vez. Pero hace un año todo eso cambió; mi padre cambió.

Dejó de existir ese ejemplo a seguir, ese padre cariñoso, ese hombre amable, fiel, y que no haría daño ni a una simple mosca. Cada vez peleaban más, hasta que él empezó a pegarle por cada cosa que ella hacía que a él no le agradaba.

Empezó a pasar más tiempo fuera de casa, lo que en realidad no nos molestó a ninguno ya que yo veía mejor a mi madre y eso me tranquilizaba. Pero no lo que ninguno sabíamos era que estaba engañando a mi madre con su popria secretaria. En ese momento todo estalló y ambos se tiraron gritando y peleando dos días enteros, sin descanso alguno y el miedo me impedía hacer algo. Tan solo pude coger a mi hermano y abrazarlo entre mis brazos mientras escuchabamos como se gritaban cosas. Cuando al fin terminaron de pelear, mi madre salió de su habitación y nos ordenó que hiciéramos las maletas y sin ningún tipo de duda ambos empezamos a empacar todas nuestras cosas. Pero mi hermano es pequeño aún y no dejaba de llorar que quería que todo volviera a ser como antes, y mi padre se cansó de escuchar sus sollozos y quejas, y simplemente, le pegó. ¿Qué podía hacer yo? Realmente tenía miedo de él, así que cogí a mí hermano y lo guardé entre mis brazos impidiéndole que lo volviera a tocar.

'¡Suéltalo ahora mismo o será a ti a quién te pegue!' las palabras de mi padre resuenan en mis oídos. '¡Pégame!¡Adelante, hazlo!¡No lo soltaré!' recuerdo mis palabras junto a mis sollozos.

Y así lo hizo, también me pegó a mí. Más fuerte de lo que nadie alguna vez lo había hecho. Pero no me importó, no separé a mi hermano de mis brazos, y volvió a pegarme. Ahí fue cuando el poco amor que me quedaba hacía él, desapareció.

Tras eso, conseguimos escapar de casa y llegamos aquí. Llevamos aquí ya un par de meses, pero aún se me hace raro y difícil.

'Jamás volverá a tocaros, lo prometo' recuerdo las palabras de mi madre mientras los tres salíamos de allí; para siempre.

-Aura... -oigo a alguien detrás de mí. Me doy la vuelta y encuentro a mi hermano pequeño.

-Eh Jack. ¿Qué haces aquí? -le pregunto mientras me acerco a él y le cojo en mis brazos.

-Tengo miedo.

-¿Por qué?

-He soñado con papá. Él volvía a por nosotros y nos pegaba como antes. -susurra y empieza a llorar.

Le abrazo con todas mis fuerzas y le acaricio el pelo susurrándole que jamás volverá, y que no dejaré que nadie vuelva a pegarle aunque incluso yo, tengo miedo de que pueda volver.

Beside You.Where stories live. Discover now