5×Amenazas

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—¿Por qué tienes esa cara? ¿No querías verme?

No, quiso decir Alex, pero no quería hacerlo de esa manera. Evitar esa expresión de poco agrado en su rostro se le hacía casi imposible.

—No es eso, Lydia —dijo, con voz cautelosa, sopesando las palabras que iba a usar para no cagarla— Es que tú no deberías estar aquí.

Lydia sonrió, y con poco disimulo miró a su alrededor para asegurarse de que nadie estaba cerca para escucharla, se giró de nuevo hacia Alex y su expresión sonriente se borró de su rostro.

—Perdona, pero la que no debería estar aquí es la rubia esa, ¿Quién coño es?

—Lydia, te dije que tenía un trabajo nuevo con compañeros nuevos...

—Compañeros, no compañeras —protestó en susurros— ¿Vives con ella? ¿Y los chicos?

—Vivimos todos aquí —dijo el rubio con cansancio— Ellas son nuestras instructoras Lydia.

—¿Ellas? —la cólera apoderándose de su rostro— ¿Cómo que ellas?

—¿Qué significa esto? —los dos se giraron hacia la puerta del salón, desde el sofá sentados, Kahlan parecía mucho más alta e imponente— ¿Quién es esta?

—¿Perdona?

Alex se apresuró en agarrar a Lydia del brazo, pues sabía que perdía la paciencia rápido. Y no, no se preocupaba por el bienestar de Kahlan, sino por el de Lydia, jamás podría ganar una pelea con la morena de ojos negros.

—Lydia ya se iba.

—No, no me iba —lo miró iracunda, sorprendida por las palabras de su propio novio, se giró nuevamente hacia Kahlan— Soy la novia de Alexander, ¿y tú?

Kahlan se echó a reír, y mientras lo hacía Lydia le hacía un escáner rápido con la mirada. Aunque Kahlan llevase un simple pijama de dos piezas, y el pelo revuelto, seguía viéndose exageradamente bien, y eso Lydia podía notarlo.

—Vaya el novato tiene novia —sonaba sorprendida— Bueno, novia... Digamos que media novia. Con ese tamaño no da para más.

Se burló, y Lydia se levantó de un salto del sofá, cabreada. Dio un paso hacia Kahlan, pero esta no se movió, ni dejó de reír en ningún momento.

—¿Quién coño te crees que eres para hablarme así? Imbécil.

Kahlan se echó a reír aún más fuerte, y detrás de ella apareció una arreglada Andy, que la miró extrañada, luego miró a los otros dos y frunció el ceño.

—¿Qué coño pasa?

Lydia perdió aún más el control al ver a la tercera, y Kahlan se giró un poco entre risas y observó a su castaña amiga— Andy, ella... Ella es la novia de Alex —se echó a reír más fuerte, y Andy dibujó una pequeña sonrisa— Y se cree que puede conmigo.

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