15×Perdiendo el Control

60 3 0
                                    

× × × × ×

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

× × × × ×

—¿Y bien? —sus ojos fríos se clavaron en el chico que sostenía su brazo derecho agujereado por una bala— ¿Os habéis cargado a alguno?

El chico gimió apretando su herida y llenando su mano de sangre— Fuimos idiotas —se lamentó agachando la mirada, el suelo del callejón llenándose de gotas de sangre— Esa rubia hija de puta mató a mi compañero. No debimos aceptar este estúpido trabajo.

—¿A la rubia? ¿Habéis matado a la rubia? —suspiró— Bueno, eso es mejor que nada.

—No me has entendido —negó— Esa tía era increíble luchando, le dio una paliza a mi compañero y me disparó a mí, solo que yo pude escapar —se recostó en la pared y respiró profundo— Que estúpido fui, ¿Cómo se me ocurre meterme con Marec?

—Deja de quejarte, yo te voy a pagar mucho por este trabajo, pero por lo que me dices no habéis matado a nadie —se inclinó sobre él, mirándolo amenazante— ¿Como se me ocurrió a mi confiar en unos ineptos como vosotros?

El tipo se rió— ¿Ineptos nosotros? No, como mi compañero yo moriré rápido, pero tú le estás causando muchos problemas a Francesco y eso te otorga un largo y doloroso camino hacia la muerte —apretó la mandíbula cuando sintió una punzada de dolor— De todas formas, mi compañero logró dispararle, quizás esté muerta ahora, quizás no.

—Es evidente que si se quiere un trabajo bien hecho hay que hacerlo uno mismo —negó— Al menos han pillado el aviso y Kahlan estará desestabilizada, da la vida por esa estúpida. Bien, nuestros negocios han terminado.

—Sí, ¿dónde está mi dinero? Esta mierda me ha costado una cicatriz nueva y la muerte de mi amigo.

Gruñó, para ver unos segundos después un arma con silenciador apuntando a su frente.

—Créeme, te ha costado muchísimo más —disparó, llenando de sangre la pared a su espalda— No podía dejar testigos, nada personal.

•••

Kahlan tenía las manos manchadas de la sangre seca de su amiga, y fumaba apoyada en la pared de la terraza, mirando a la nada, dándole vueltas a sus pensamientos. El cigarro se movía al compás de su pulso inestable, toda ella temblaba.

—He, preciosa, tienes que calmarte —Gabe se acercó a ella, y por primera vez la vio vulnerable, con las manos temblorosas y la cara manchada de sangre. Sus ojos llenos de lágrimas— Ya la están atendiendo.

Entonces Kahlan sonrió, y aquel gesto dio tanto escalofrío que Gabe no supo cómo reaccionar— Se lo cargó —se rió y le dio una calada al cigarro— Fue rápida, yo le enseñé eso.

Gabe le sonrió de vuelta y se acercó a ella— Deberías limpiarte toda esta sangre.

Kahlan se miró las manos y se quedó paralizada una vez más, entonces se echó a reír nuevamente, sus ojos llenándose de nuevas lágrimas. Volvió la vista a Gabrielle y miró por encima de su hombro a Boris, que acababa de aparecer.

DEN OF VIPERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora