A la mañana siguiente Kristal se despertó desconcertada y asustada por el fuerte golpe que sonaba a través de la puerta de madera, le tomó unos momentos recordar en el lugar que se encontraba ahora.
-Pequeña mierda floja es hora de levantarse, cuando salgas estará un sirviente esperándote para darte las instrucciones al final del pasillo y te dirá el lugar que te corresponde hoy para trabajar, no se te ocurra intentar escapar, ya sabes lo que sucederá. - La burla destilaba con cada palabra, era la misma vieja y desagradable señora de ayer. -Si no estás ahí en 5 minutos, llamaré a los guardias para que te arrastren de los cabellos.
Kristal soltó un profundo suspiro y se paró apresuradamente, 5 minutos era bastante poco para terminar de limpiarse, vestirse y peinarse el cabello que parecía un nido de pájaros. Terminó de abrocharse los cordones de los zapatos que antes estaban al final de la cama, abrió apresuradamente la puerta mientras terminaba de contar los segundos en su cabeza.
Cuando Kristal llegó al final del pasillo, ya había tres chicas y un hombre muy joven de unos aparentes 20 años, la miraba con frialdad y sin dirigirle una sola palabra le entregó un papel que contenía los números de las habitaciones y el trabajo que debía realizar.
Limpiar Habitaciones 12, 13, 14 y 15, Ala oeste, pabellón 4.
Almuerzo.
Tender las sábanas.
Ayudar en la cocina antes de la cena.
Cena.
Barrer y trapear escalera 3 y 4, Ala oeste, pabellón 2.
- ¿Sabes leer, humana? - La voz del joven era completamente fría, al igual que sus ojos grises, no demostraban ninguna emoción.
- No soy analfabeta. - Al igual que la voz del joven, Kristal no expresaba ninguna emoción por fuera, aun así apretó los puños, esperando no recibir represalias por su respuesta que podría ser considerada una falta de respeto.
-Entonces no estorbes y empieza a realizar su trabajo- con el dedo señaló lo que suponía vendría a ser el ala oeste para que Kristal se fuera. - Ustedes 3 seguirán a la señora Amelot.
Sin decir nada más se dio la vuelta y avanzó hasta un tramo de escaleras que iban hacia el segundo piso, Kristal también empezó a moverse rápidamente cuando lo lejos vio como la vieja y desagradable señora con la que habló ayer y esta mañana, resultaba ser la señora Amelot, quien ayudaría a las otras chicas a cumplir sus deberes, llevaba entre sus manos una varilla de madera que debía medir unos 30 centímetros.
Para cuando Krystal terminó de limpiar las habitaciones, ya había pasado la hora del almuerzo, se dirigió a la cocina rápidamente a ver si es que al menos podía comer algunas sobras. Después de que golpeara una puerta para que abrieran, la cocinera regordeta le dio una mirada desaprobatoria.
- Ya ha pasado la hora de comer- decía mientras hacía un ademán de limpiarse las manos en el delantal manchado con tierra- Espero que para la próxima si alcances a terminar tus deberes, de otra forma no comerás. - A pesar de decirle aquello le pasó tres manzanas. - Ya vete a terminar con tus obligaciones.
Kristal iba a decir un agradecimiento, pero la cocinera ya había cerrado la puerta, empezó a masticar furiosamente para apaciguar el hambre mientras se dirigía hacia el patio para tender las sábanas.
Para al final del día, Kristal estaba tan agotada que cuando llegó a su habitación simplemente se tiró a la cama para dormir, cayó en la inconsciencia al segundo. Con sólo unos minutos de dormir le resulto una verdadera tortura levantarse cuando escuchó unos fuertes golpes proveniente de la puerta.
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Alfa Damián
WerewolfKristal despierta en una celda, encadenada y lejos de su hogar. Los humanos se volvieron esclavos de los lobos y debe buscar una forma de escapar. Todos los derechos reservados, prohibido modificar, adaptar o copiar mi historia. La historia empezar...