Alfa Damián

Capítulo 5

Evan hizo una mueca mientras movía su hombro derecho, la herida que Kristal le había infligido resultó ser muy profunda, la enfermera suturó 15 puntos para cerrarla bien. Evan agradecía que Gabriel lo hubiera encontrado cuando iba bajando las escaleras al primer piso, todavía podía ver sus ojos brillando en la oscuridad mientras se apresuraba a llevarlo a la enfermería.

A Evan le tomó bastante tiempo convencerlo de que ayudara a Kristal y a Thalia a escapar, más cuando Gabriel supo casi de inmediato que Kristal lo había apuñalado. Evan miró nerviosamente el reloj cercano a la entrada de la enfermería, debía ayudarlas ahora, con suerte los guardias estarían lo suficientemente borrachos para no percibirlas todavía.

-No puedo creerlo, realmente eres increíble, no voy a ayudar a las mismas personas que te apuñalaron, debería ir y sacarles la cabeza con mis garras, dejar que se desangren lentamente. -Gabriel siseaba con los colmillos descubiertos, rondaba por la habitación como animal enjaulado.

-No era esa su intención, deberías ir a verlas, es que no lo comprendes Gabriel, sus miradas de desesperación, tú sabes mejor que nadie que era cuestión de tiempo antes que se deshicieran de ellas. -La mirada de Evan se nubló brevemente de dolor, recordaba perfectamente como fue despreciado por las mismas personas que lo habían adoptado, la manada nunca pudo aceptar el que fuera humano.

Gabriel detuvo su constante caminata, amplió su audición para saber si la enfermera seguía lo suficientemente lejos para responder, sabía que la adopción de Evan y el desprecio que la manada del sur-oeste, Trinerdam, demostró hacia él sería una herida que tomaría años para sanar. Gabriel volvió a maldecirlos desde su interior, ese era exactamente el motivo del porque las manadas tan conservadoras como no deberían adoptar seres humanos. Ellos no estaban dispuestos a aceptarlos como eran, incluso sabía de casos donde obligaron a muchos a recibir la mordida de transformación, lo cual terminaba con una tasa altísima de mortalidad.

-Sabes que Damián y yo, estamos trabajando constantemente para mejorar las leyes, pero todo se ha vuelto demasiado complejo, sabes que la manada Trinerdam es la máxima opositora de la manada Stavrou, el único motivo por el que Damián no ha ascendido es por esa maldita acusación en el consejo de que asesinó a su padre. -Gabriel cerró los ojos intentando calmarse, sentía esa punzada que avisaba un dolor de cabeza horrible. -Añadiéndole a la mezcla del desastre, tenemos que los Sallow han vuelto, este viejo de mierda no se muere nunca, te juro que lo hace adrede para molestarnos.

Evan le dio una sonrisa que no llegó a sus ojos, la preocupación cubrió su vínculo de una forma casi dolorosa, Gabriel no quería decirle todo eso a Evan, pero no quería esconderle nada a su pareja que pudiera llegar a hacerle daño.

-Tu ex manada nunca ha causado problemas como la mía. -La culpa se erigió en la cara de Evan como una sombra.

-Ellos no son tu manada, nunca más.

-Y de paso yo te quite la tuya. -Evan mostró una mueca de autodesprecio. Gabriel sintió como la ira se elevaba dentro de él, todo era culpa de esa maldita manada del sur, adoptando niños humanos para luego culpabilizarlos de todo.

-Irme de la manada Llerolden fue completamente una decisión mía, no me arrepiento de nada, tú vales más que cualquiera. -La mirada de Gabriel reflejaba el amor que sentía, con suavidad para no molestar la herida de Evan, llevó la mano izquierda de Evan a sus labios, depositó un suave beso antes de enderezarse. -Luego hablaremos más de esto, la enfermera se acerca, debe terminar de vendarte la herida, así que ve a descansar tranquilo, las ayudare, pero solamente porque me lo has pedido.

-Gracias. -Evan le regaló una sonrisa honesta antes de cerrar los ojos, los relajantes que le dieron estaban empezando a tener efecto en su sistema.