Cap. 10 - Esta noche me emborracho

755 30 0
                                    



- ¿Dónde estuviste a la tarde? – Matías.

- ¿Por qué? – digo encendiendo el estereo.

- Porque cuando fui a dejar el contrato no estabas – dice mirando los discos.

- Me fui a almorzar con un chico – digo.

- ¿Tenes novio? – dice mirándome fijo.

- No – Esto es incomodo. Matías cállate.

- Con Guido – dice por fin. Me sudan las manos - ¿Qué pasó con él?

- Mati, es algo de lo que no quiero hablar – estoy a punto de llorar.

- está bien – dice al darse cuenta de mi cara – ¿Qué vas a cenar?

- No lo sé – digo estacionando el auto enfrente de su casa – Tenes que cortar el pasto

- Lo sé – me sonríe – bueno hermanita, gracias por traerme – me besa la mejilla y baja del auto – ¡Nos vemos! Y cena - me grita

Apenas sonrío y pego la vuelta a mi departamento. Cuando estaba llegando pasé por un bar, me detuve, entré y me senté en la barra.

- ¿Lo mismo de siempre? – me dice Marcelo, el barman, estaba acostumbrado a verme, concurría seguido.

- Esta vez una corona, por favor – le digo sonriendo. Marcelo tiene unos 20 años, trabaja y estudia, esta acostumbrado a verme acá, vengo muy seguido y mas en mis momentos malos. Siempre escuchó mis problemas, es muy atento, lo considero un amigo. Pone un vaso sobre la barra, abre la cerveza y me sirve. – Gracias ¿El mismo precio de siempre? – pregunto.

- El mismo de siempre – me dice. Le entrego el dinero y tomo un sorbo de cerveza.

- ¿conseguiste el trabajo? – me pregunta Marcelo.

- si, ya firme con el canal. – digo y acabo mi primer vaso de cerveza.

- Me alegro – sonríe. Tiene una buena dentadura – tengo que atender mis últimos clientes del turno y sigo con vos.

Siempre se queda conmigo cuando ve que me pasa algo. Él sigue con su trabajo y me sirvo un poco más de cerveza, se va la botella de 355 centímetros cúbicos en dos vasos. Bebo un sorbo y le pido otra botella a Marcelo, que ya había acabado su turno

- Vamos a sentarnos allá – me dice Marcelo llevando dos vasos y botellas de cerveza. Nos sentamos en una de las mesas - ¿Qué te pasa?

- ¿De verdad queres escucharme? – Le digo – es una larga historia.

- Te escucho – me dice.

Narras:

Le cuento todo lo que me había pasado con Guido, excluyendo lo del sexo claro. Termino derramando unas lágrimas, no quiero llorar en público, así que me calmo, ya estaba bajo el efecto de dos botellas, nada grave, típico. Marcelo me da su opinión de todo lo que pasó    

Empezar de cero (Guido Sardelli y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora