Anime One-Shots

|Mikaela Hyakuya x Yandere| Mika-kun

[Y/N] - tu nombre

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Mika-kun
Mikaela Hyakuya

          —¡Mika-kuuun!— la joven de ojos rojos corrió emocionada hacía el rubio y le abrazó con entusiasmo.

          —¿[Y/N]? ¿Qué te pasa?— preguntó el vampiro confundido, mientras la miraba fijamente.

          —Oh, vamos, Mika-kun no tiene que fingir que no le gusto. Mika-kun puede abrazarme, a partir de ahora vamos a ser felices juntos— Mika frunció el ceño. ¿De qué estaba hablando?

          —Suéltame. Ya te he dicho que no estoy interesado en amor ni ninguna de tus tonterías. ¿Por qué no buscas a otro? Yo tengo cosas más importantes que hacer como encontrar a Yu-chan y salvarle de esos humanos.

          —Yo solo amo a Mika-kun. ¿Acaso Mika-kun no me ama?

          —Ya te he dicho que no— respondió Mika cortante, ignorando los ojos llorosos de la joven.

          —P-pero... Mika-kun tiene que amarme. Mika-kun tiene que casarse conmigo. Mika-kun va a ser el padre de mis hijos porque yo le amo.

          El rubio se zafó del abrazo de la joven y la miró con recelo. Esa chica estaba loca. Desde el momento en que la conoció ella no había dejado de decirle cosas como esa. No era mala persona, pero estaba obsesionada con él y eso le disgustaba. Él no necesitaba amor en su vida. Lo que necesitaba era salvar a Yu.

          —Te lo he dicho, no estoy interesado.

          Un gesto de dolor cruzó el rostro de la chica. Lo único que ella quería era que Mika la quisiese. ¿Por qué no podía hacerlo? Todavía no le había enseñado lo que había preparado para él. Estaba segura de que cuando lo viese aceptaría al fin su amor. Sonriendo de nuevo, cogió al rubio de la mano.

          —Mika-kun, ven conmigo por favor— rogó.

          Mikaela dudó unos instantes, preguntándose si sería buena idea o no acompañarla a algún lado.

          —Confía en mi, por favor— insistió con cara de cachorrito. —Sólo será un momento.

          Reticente, el rubio asintió y comenzó a seguir a la extraña joven. En cierto modo se podría decir que le tenía algo de cariño ya que la joven siempre se preocupaba por él y le trataba con amabilidad. Si tan sólo no fuese tan insistente... De todas formas, ¿por qué se había enamorado de él? ¿Tan mal la trataban los demás vampiros?

          Un dulce y delicioso olor llenó las fosas nasales del ojiazul cuando se detuvieron frente a una puerta. [Y/N] sonrió una vez más y le indicó que entrase.

          —¿Quieres beber algo?— ofreció con alegría la chica una vez dentro.

          Mikaela se encogió de hombros. ¿Quería beber algo? No estaba seguro. Tenía sed, eso siempre. La sangre de Krul no era suficiente como para saciarle pero tampoco bebía sangre humana ni de otros vampiros. Un refresco estaría bien, al menos para no sentir la boca tan seca pero... [Y/N] era capaz de echarle algún filtro o poción amorosa que le hubiesen vendido quien sabe donde. Estaba seguro de que si alguien le decía que el agua bendita mezclada con insecticida haría que se enamorase de ella, la joven no dudaría en dárselo.

          —¿Por qué huele a sangre?— preguntó curioso al notar que el olor persistía. Existía la posibilidad de que [Y/N] aún no hubiese lavado la ropa de la última batalla pero aún así, olía a sangre fresca casi como si...