Encuentro

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Aquella mañana Taemin se levantó más temprano de lo habitual. Preparó un almuerzo, pues sabía que su agenda para el día de hoy estaría a reventar. Subió a su BMW y condujo hasta el trabajo. En un semáforo en rojo, cambió la estación de radio que tenía. Un nudo se formó en un estómago. Una canción conocida sonaba en la radio, una que tenía que ver con él. Cambió la estación de inmediato, el semáforo cambió a verde y continuó.

Al llegar a la oficina, sentía una sensación de nerviosismo en su estómago. ¿Por qué sería? Era presidente desde hace tres años, era recto, duro y no se permitía titubear ni un poco. ¿Sería la canción? Subió a su elevador, llegó a su despacho y organizó todo para esa junta tan importante el día de hoy. Sacó su teléfono y llamó

-Key, ¿ya estás de camino?

-Hola Minnie, sí, dame unos 10 min. y ya estoy ahí, ¿será en la sala de juntas?

-Sí, te ordenaré un café americano para que ay esté aquí cuando llegues.

Colgó un una suave sonrisa. En la sala de juntas, ya se encontraba su secretaria. La puerta se abrió y dio una suave sonrisa de medio lado.

-Buenos días señor Kim, que gusto tenerle aquí de nuevo.

Jonghyun se acercó y le saludó extendiéndole la mano.

-El placer es mío, ya verá cómo este negocio beneficiará a ambas partes.

-Me había comentado que alguien más vendría con usted, ¿no es así?

-Tiene toda la razón; M e disculpo por él, está atorado en el tráfico, así que llegará en unos minutos.

-Me parece bien.

Taemin sonrió y la secretaria les pasó a ambos el balance correspondiente. Comenzaron a hablar un poco respecto al tema, cuándo la puerta volvió a sonar. La secretaria abrió la puerta y una voz se escuchó. Sí, una voz que Taemin juró jamás volvería a escuchar otra vez. No quiso dejar de ver a Jonghyun, no quería voltear...

-¡Buenos días! Perdón por la demora, el tráfico no...

Sus miradas se cruzaron por unos segundos que Taemin pudo haber jurado que fueron horas. Tres años y seguía igual a cuando se había ido...Taemin sintió todo un torbellino de emociones dentro de él, entre ellas ansiedad. Habiendo tantos accionistas, tantas personas en la ciudad, ¿por qué lo tenía que volver a ver?...

-No se preocupe, el tráfico por las mañanas es así. Tome asiento para darle detalles que le estaba dando al señor Kim.

Respondió frío, inexpresivo. No quería que Minho supiera que su cabeza era un caos, que le quería gritar tanto, que le odiaba por todo lo que le había hecho pasar.

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Minho se sentó enfrente de Taemin. Seguía en shock después de verle, seguí igual de hermoso, aunque se hubiera cortado el cabello. Se veía tan frío y distante, que sintió un escalofrío e su espina dorsal al pensar que él podría ser la causa, claro, así como vino esa idea lo desechó. Intentó fingir que no tenía a Taemin enfrente y continuar.

Sabía que se estaba engañando, que tenía ganas de verle más cerca, preguntarle cómo ha estado, si logró todo aquello que quería, qué ha sido de él en este largo tiempo en el cual no ha podido cruzar un apalabra con él...pero también sabía no tenía el derecho de hacerlo. El haberle dejando de esa manera tan cobarde, lo menos que merecía era que le odiara con toda su alma.

-Bien, entonces nuestro contrato se extenderá por lo que resta del año, haciendo eventos tanto en mis cadenas hoteleras como en las suyas; Las ganancias serán divididas en partes equivalentes así ambos quedamos satisfechos con este proyecto, ¿le parece bien?

-Preguntó Taemin, mirando tanto a Jong como a Minho.

-Me parece perfecto. Sólo faltaría conocer a la imagen de la compañía y este trato queda cerrado, señor Lee.

Dijo Jong, ya que Minho seguía pensando en varias cosas, sin dejar de mirar al programa, consultándolo y ocultando el hecho de que la situación le había puesto ansioso.

-Permítame hacer una llamada para confirmar dónde está. Taemin sacó su teléfono cando la puerta de la oficina se abrió

-¡Perdón la tardanza! El tráfico estaba fatal.

Sonrió y se sentó a un lado de Taemin. Dejó el bolso de lado y se quitó las gafas de sol, colocándolas en la mesa, sosteniéndolas con ambas manos. La sonrisa se le desfiguró al ver a la persona que tenía enfrente. No supo que decir, puso la sonrisa más suave que sus sentimientos le dejaban y levantó el rostro hacia Jong y hacía el otro chico que estaba a un lado.

-Yo seré la imagen de la compañía para esta nueva campaña. Mi nombre es Kim Kibum, me pueden llamar Key.

Key sentía tantas emociones juntas: desde ganas de levantarse y matarle con sus propias manos hasta ganas de llorar al verle nuevamente. Había salido corriendo de la ciudad hace tres años, y tras un año de regresar, se le había olvidado la posibilidad de volverle a ver.

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Jonghyun al verle entrar por la puerta no le reconoció, no fue hasta que se quitó los lentes que pasó. Sintió que sudaba frío, su boca se secaba y su corazón se aceleraba. Al ver su indiferencia, sabía que él debía ser igual, así que intentó relajarse, sin obtener mucho éxito.

-Bien joven Kibum, entonces mi socio y yo estaremos encantados de trabajar con ustedes dos. Entonces espero a que formes el contrato y luego nos vemos de nuevo los cuatro para firmar el acuerdo.

Jonghyun se levantó de la silla y le extendió la mano a Taemin.

-Un placer hacer negocios con ustedes señor Lee y Señor Kibum.

-El placer es mío.

Jonghyun estrechó la mano con Taemin, miró a Minho y sin vacilaciones le tendió la mano, Minho la tomó y de igual manera le saludó.

-Espero y el negocio crezca conforme a lo esperado.

-Lo hará Señor Choi, de ello no tengo la menor duda.

Key de igual forma saludó a Jong, sólo hizo una suave sonrisa y le soltó la mano, aunque juró parecía como su Jong no le quisiera soltar la mano.

Entonces nos vemos mañana por la noche para firmar el contrato. Puede ser en el pequeño bar restaurant que está aquí a unas cuadras.

Comentó Taemin cerrando su cuaderno de balances y dándoselo a la secretaria.

-Ahí estaremos -Comentó Minho con una suave sonrisa.-Hasta entonces señor Lee, buena tarde.

Se despidieron y ambos salieron por la puerta de la sala de juntas.

-Una caja de cigarrillos y una cafetera con el café más cargado que encuentres. Cancela mis juntas hasta las tres.

Dijo Taemin a su secretaria, cerró la puerta y se dejó deslizar por ella dando un fuerte suspiro. Key se recargó en la silla y suspiró también.

-Ese...él era...

-¿Él era el imbécil? Cómo son las casualidades, está junto con mi imbécil

Dijo Key sonriendo sarcásticamente

-Joder, de saber que el negocio era con él no lo habría hecho...

-No te apures Tae, negocios son negocios, y ahí no manda el corazón.

La secretaria trajo el pedido y tomaron café y fumaron un par de cigarrillos, para después comenzar a redactar el documento y firmarlo.

Keeping Love AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora