🌠Capítulo 34: Oculto entre los árboles🌠

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14 de agosto de 2012

Echados en la sala de estar, ambos amigos mantenían los ojos fijos en la pantalla frente a ellos. De vez en cuando, ella comentaba alguna escena graciosa, emocionante, triste, romántica... Está bien, Daisy no podía callarse durante una película. Era como pedirle a Patrick que no se enojara por eso mismo.

—Esta es la última vez que me siento e intento disfrutar alguna adaptación contigo —le dijo dándole pausa con el control remoto.

Daisy le rodó los ojos, fingiendo exasperación. O tal vez no. Ese chico la sacaba de quicio constantemente. Ya se debería haber acostumbrado a ese amargado anciano que vivía dentro de su mejor amigo, y muchas veces tomaba control del muchacho de dieciséis años.

—¿Cuál es la gracia de ver una película con alguien en silencio? —le preguntó ella—. Es como verla solo, pero con menos espacio en el sofá.

—Pero sí estoy con una persona.

—A la que no dejas hablar.

—Pero que lo hace de todos modos. —Patrick le sonrió. Daisy tuvo que fingir un bostezo para que no se viera cómo su boca era incapaz de volver a la posición normal—. Además, no habría querido estar con otra persona en este momento.

Deja de sonreír, estúpida.

Daisy le iba a responder algo, pero un pequeño niño de cabello rojo entró desde el jardín trasero y se les acercó. Estaba cubierto de barro, pero por la sonrisa que llevaba no le importaba. Se parecía muchísimo a Nick, mas sus ojos eran verdes, como los de su papá.

—Patrick, ¿puedo ver televisión? —le preguntó poniendo carita de santo.

Este le negó con la cabeza. Se levantó y apuntó a las escaleras de madera que estaban al final del pasillo de la casa.

—¡Pero si tú no estás mirando, hasta la detuviste! —protestó dándole un puntapié al sillón gastado—. Apuesto que estabas besándote con tu novia.

—¡Patrick tiene novia, Patrick tiene novia! —gritó la voz de una niña desde la cocina. Una pequeña de cabello rubio cereza abrió la puerta y les sonrió.

—¡Que no es mi novia, Alexia! —le dijo Patrick cruzándose de brazos—. Y tú —añadió, señalando a su hermano—: pégate una buena ducha, lava esa ropa y quítate los zapatos. Ensuciarás toda la casa.

A Daisy le causaba una profunda ternura ver a Patrick dándosela de padre con sus hermanos menores.

—¡Solo quiere besarse con su novia! —le dijo Alexia a Connor.

—¡Es taaaan obvio! ¡Patrick tiene novia, y no quiere que los veamos besuqueándose!

En eso, Dominic entró por la puerta delantera. Venía de la casa de una de sus amigas, ya que el día anterior había salido de fiesta con su grupo y se había hecho muy tarde para volver a casa. Nick vivía a base de baile y litros de alcohol durante las vacaciones. Daisy no podía encontrarle la diversión a eso.

—¡Se aman en secreto! —bromeó Alexia.

—¡Patrick tiene novia! —volvió a canturrear Connor, fingiendo tener diez años.

—¡Patrick tiene novia!

—¡Nick! —exclamó Daisy alzándole una ceja. Su amigo se encogió de hombro.

—Perdón, es contagioso —se excusó, riendo. Se acercó al pequeño y le revolvió el cabello—. ¿Qué tal una buena aseada, Connor? Aligérale un poco el trabajo a mamá, ¿sí?

Coma (Entre comillas, #1) [¡Disponible en las principales librerías de Chile!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora