Capitulo 1

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Ariel

–¡¡NO POR FAVOR!! ¡¡NO!! –gritaba la mujer que era arrastrada por el sucio pasillo de nuestra casa– ¡¡DÉJENME!! ¡POR FAVOR! –lloriqueaba– ¡POR FAVOR NO!

Ella era llevada de los cabellos por el suelo y metida a la fuerza en una habitación. Con todas era de la misma forma.

Escuche los gritos de esa mujer desde mi habitación. Estaba tocando la guitarra de lo más tranquilo hasta que la oí. No preste importancia, después de todo era algo normal para mi.

De golpe abrió la puerta de mi habitación mi hermano mayor Pedro, un tanto agitado y con el ceño fruncido.

–¿No me piensas ayudar? –espeto con molestia.

–¿Desde cuando necesitas ayuda? ¿Es que no puedes controlar a una mujer? –cuestione desinteresado ajustando las cuerdas de mi guitarra.

–No idiota, necesito que prepares el teléfono.

Yo suspire de impaciencia, por supuesto que tenía que ser eso. Me levanté de mi cama dejando la guitarra de lado, pase por el lado de mi hermano y salí de la habitación desde donde aún se escuchaba los gritos de ayuda de la mujer que había sido encerrada en una habitación especial. La última del pasillo. 

Baje las escaleras e ingresé en un cuarto tipo oficina donde en la mesa había un montón de aparatos tecnológicos y cables conectados. Era un aparato que nos servía para hacer las llamadas a los familiares de la gente que traíamos aquí, y estaba todo equipado para que la policía no pueda localizarnos por la llamada.

Configure el "teléfono" con el nuevo número que tenía escrito en un papel sobre la mesa.

Mi hermano llegó detrás de mí.

–Ya está –dije soltando los aparatos– Ahora no podrán localizar cuando llames al padre de esa chica.

–Ese es mi hermanito –me felicitó Pedro. Él tenía 27 años, era cinco años mayor que yo. 

–¿Crees que sacaremos una buena suma por ella? –pregunte.

–Ariel por favor, yo se a quien traigo aquí...la familia de esa piba te aseguró que tiene mucho dinero– aseguró– ¡Sacaremos un dineral!

–¿Cuanto le darás de plazo?

–Dos días, 3 millones de dólares en dos días, más le vale conseguirlo. Soy bastante generoso. 

No contesté, para nosotros era un plazo bastante justo. Pedro siempre prefería dar días de plazo y conseguir la suma, a darle solo horas a la familia y conseguir menos cantidad. Después de todo, Pedro estaba seguro que nunca lograrían encontrarnos.






Ha pasado ya un día. Me encontraba saliendo de la ducha y me iba hacia el salón cuando escuche a mi hermano discutir con nuestro compañero en el primer piso. 

–¡No y no! ¡César ya te lo dije! –le gritaba mi hermano enojado.

–¡No hagas tonterías! –le contestó nuestro compañero.

Decidí ir hasta allí 

–Yo sé lo que hago– escuché a mi hermano antes de llegar.

–¿Que pasa? –interrumpí el escándalo.

–Hablamos recién con el padre de la chica y nos suplicó que le diéramos más tiempo para reunir el dinero –contestó César.

–¿Más tiempo? Dos días es más que suficiente en este caso –comente– ¿No se supone que ese tipo tiene guita de sobra? –pregunte confuso.

Vuelvo A Vivir                                       (Gay) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora