Vuelvo A Vivir (Gay) [Terminada]

Capitulo 11

Enzo

Mañana me daban el alta. Pero yo ya no aguantaba más estar en esta cama de hospital. Llevo una semana aquí y me canso de lo mismo. Me canso de estar en la cama, por alguna extraña razón es peor que cuando estaba secuestrado encerrado y atado... ¡Me volveré loco! No entiendo cómo hay gente que se mantiene cuerdo viviendo encerrado en un cuarto por meses o años... yo llevo una semana y no me soporto ni a mi mismo. 

–Hola –escuche a mi novio entrando en la habitación. 

Yo estaba en la cama cruzado de brazos y moviendo mi pierna de un lado a otro.

–"Hola mi amor, ¿Como te va? ¡Te extrañe bichito!" –oi a Ariel burlón imitando mi voz

Yo lo fulmine con la mirada. 

–¡Ups! ¿Que pasa? –cuestiono sonriente sentándose a mi lado– ¿Despertamos de mal humor?

–No, nada –respondí seco y de mal humor. 

–Ok, entonces me voy –fue yéndose hacia la puerta hasta que le llame. 

–¡Espera! –él me miró serio– No te vayas –dije haciendo un puchero.

El rió por eso y se me acercó nuevamente– ¿Que te pasa que estamos un poco fastidiosos? 

–¡Es que...! ¡No aguanto estar una hora más en este hospital! ¡Quiero irme! 

–Amor... Te irás cuando el médico lo diga ¿Ok? –ordeno seriamente– Y tranquilo que mañana bien tempranito ya te dan el alta. 

–¿Pero qué diferencia hay en un par de horas más…? Mira ya casi es de noche. Vamos ahora, yo ya estoy bien desde el otro día. 

–Cortala Enzo. Vas a hacer lo que te dice el médico y se acabó –corto regañandome. 

Refunfuñe por eso y él se me río en la cara...yo no le veo la gracia.

Pasamos tres horas viendo unas películas y comiendo unos chocolates que Ariel me trajo de contrabando al hospital para mejorarme un poco el humor. Y aunque no se lo vaya a decir, lo ha conseguido.

–Mi amor ya me tengo que ir –me dijo después de un rato mirando su reloj.

–¿Ahora? –proteste 

–Si, ya es tarde... aparte prefiero irme antes que me llame Pedro –contestó agarrando su campera. 

¡Oh por dios! ¡Cómo pude olvidarme de aquello! 

–¡Ariel! –exclamé alarmado

–¿Que pasa? –preguntó extrañado por mi tono de voz tan alarmado.

–Yo te llame cuando había despertado aquel día... el día que viniste primero yo te había llamado unos minutos antes. 

–¿Que? –pregunto desconcertado– Yo había salido a prisas y había olvidado el teléfono. Pero no tenía llamadas perdidas tuyas. 

–Es que atendieron... pero me cortaron –admiti dándome cuenta de la gravedad del asunto.

–¿Estás diciéndome que alguien de mi casa atendió y vio que me llamaste? –pregunto comenzando a enojarse– ¿Que dijiste? 

–Dije "Ariel mi amor, soy Enzo" –confesé culpable recordando mis palabras– Lo siento mi amor.

–No me pidas perdón por eso ¡Pero deberías habérmelo dicho antes! –exclamó.

–Es que lo olvide... perdóname –me sentía un idiota.

–Tranquilo...–intentó calmarse un poco– Pero ahora Pedro, o César, o el Turco no se...pero uno de ellos sabe lo nuestro –aseguró preocupado.