Ariel–¡Mierda! –maldeci suspirando cuando no pude desatar mis manos de las sogas después de intentarlo más de veinte veces.
Mi hermano ya se fue hace un buen rato y no se que estara pasando con Enzo. Si se habrá encontrado con él o algo. No lo se...y eso me está carcomiendo el alma.
Vi la puerta de la habitación abrirse y de ahí entro Cesar a la habitación con una sonrisa el muy hijo de pu...
–¿Estas contento? –le pregunté lleno de rabia en mi interior– Lograste lo que querías.
–Te equivocas Ariel. Yo no tenía intención de que Pedro lo sepa, me tomó por sorpresa que apareciera de golpe. Yo quería cobrar la plata.
–No te creo nada. Aparte ya te había dicho que no te pagaría ni Enzo ni yo –sentí un dolor en mi pecho al mencionar a Enzo.
¿Qué estará pasando con él?
–Yo solo vine a ver como andabas pero nada más. No te ves nada bien –mencionó César cínicamente.
–Eso te encantaría.
–Ahí está el traidor –comentó el Turco entrando a la habitación.
–Lárguense de aquí lacras hipócritas –les dije lleno de bronca.
–Nos iremos en un rato. Pedro no esta y tu estas atado –señaló César caminando hacia mi espalda
–¿Y...? ¿Quieren reírse ahora? –les pregunté con ironía.
La verdad de ellos podría esperar eso y más, incluso de mi mismo también un tiempo atrás.
–Nos vamos a divertir –río el Turco para después soltarme una trompada.
Escupí la sangre que salio de mi boca y le mire con una sonrisa falsa– Te aprovechas que estoy atado, sino sabrías cómo te iría.
–Yo que vos cuidaría lo que dices –acotó César volviendo a pararse frente a mi– Sino será cada vez peor.
–Pedro va a matar al niño rico– comenzó el Turco– Y tú... vas a pagar por jugar sucio.
–Yo no jugué sucio. ¡Cambie que es diferente! ¡Quiero dejar de arruinarme la vida! –les grité enojado
–¿Enserio? ¡Deja de soñar y despierta! ¿De verdad crees que podrás tener una vida de bien? ¡No jodas! ¡Irás al infierno igual que nosotros! –exclamó César.
–Puede. Pero no volveré a dañar a un inocente.
–¿Y cómo lo harás? ¿Cómo saldrás de esto? –pregunto Cesar arrogante
Lo único que vino a mi mente era Enzo, el era un inocente, y estaba por morir por mi culpa.
–Mátame –le dije firmemente– Se mueren por hacerlo ¡Háganlo entonces!
Los dos me miraron, se miraron entre sí y se dieron una sonrisa cómplice– No te mataremos, eso se lo dejamos a tu hermano. Pero nos daremos un pequeño gusto –contestó César para terminar dándome un puñetazo.
Y así uno tras otro. El Turco también. Ambos aprovechando que estaba amarrado y no podía defenderme... sentía cada vez más la sangre en mi rostro y notaba la visión cada vez más borrosa. Sabía que quedaría inconsciente en cualquier momento y la verdad si Pedro mataba a Enzo, no me importaría dormir y no despertar jamás.
Enzo
Era la tarde ya, estaba en el descampado donde pude ser libre de mi cautiverio, o mejor dicho donde Ariel me dejó escapar. Estaba nervioso, él me dijo que venga a este lugar y eso ya en el camino me dio mala espina. Si Ariel quisiera hablarme me diría que vayamos a la playa donde nos encontramos siempre. Pero en cambio me hizo venir a este lugar desierto después de desaparecer por tres días.
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Vuelvo A Vivir (Gay) [Terminada]
RomanceAriel es un joven delincuente de 22 años indiferente al dolor ajeno. Junto a su hermano mayor Pedro y algunos compañeros realizan secuestros extorsivos. Enzo tiene 20 años, es de la clase alta e hijo de millonarios. Es un joven que podría tenerlo to...