Capitulo 20

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Ariel

No sé cuanto tiempo ha pasado. Cuanto tiempo llevo arrodillado sobre ese suelo lleno de tierra y pequeñas piedras que lastiman mis rodillas. No lo se.

Siento el calor del cuerpo de Enzo abrazado al mio, le siento, se que esta conmigo. Pero no le he mirado, no he podido dejar de ver el cuerpo de mi hermano unos metros delante mío. Sus ojos abiertos y la sangre saliendo de su boca. 

Había muerto al instante.

–Ariel… –me susurro Enzo en el odio pero yo seguía sin mirarle. No porque no quisiera sino porque no sacaba a mi hermano de mi vista– Ariel... tenemos que irnos de aquí. Llamar a una ambulancia. 

–Ya está muerto ¿Para que? –pronuncie

Había parado de llorar hace ya varias horas, incluso ya había amanecido. 

–Tienen que llevárselo –me dijo Enzo

Baje la mirada sin mover mi cabeza, hasta que unos segundos después lo hice para mirarle a Enzo que está a mi lado arrodillado y apoyándome.

–No se lo llevara nadie. Me encargaré yo de él.

Enzo abrió la boca queriéndome decir algo pero se arrepintió y no dijo nada simplemente asintió con la cabeza.

–Te ayudaré –me dijo acariciando mi mejilla. 

Negué con la cabeza y tomé su mano retirándola– Vete a tu casa. Quiero hacer esto solo. 

Él me miro triste pero acepto. Sabía que él también estaba mal y no quería dejarme...pero es mi hermano, le he matado yo, y quería enterrarlo yo mismo. 

Nos pusimos ambos de pie. Enzo me dio un pequeño beso en la comisura de mis labios y me abrazo susurrándome al oído:

–No cometas una locura... te amo. 

Yo le mire y asentí sin contestar. El me paso la mano por el hombro y fue bajando hasta llegar a la mano la cual sujeto firmemente y luego la deslizo soltandome. Se fue.

Cuando le vi desaparecer por el camino volví mi mirada hacia mi hermano y me acerque lentamente hacia el. Me volví a arrodillar esta vez al lado de su cuerpo. 

–Perdón –musite con la voz quebrada intentando no derrumbarme nuevamente. Mi hermano era un cabrón, un asesino, un desalmado capaz de matar a la persona que le da sentido a mi vida, pero era mi hermano, y le quería–Perdóname... –susurre. Puse una mano en su rostro y le cerré los ojos.






Algunas horas más pasaron después de eso, no se exactamente cuántas, ni me importaba tampoco. Pero ya estaba amaneciendo. 

Había terminado de cavar el pozo profundo. Aun me sentía cansado pero eso no me detuvo a por lo menos hacer esto por mi hermano... 

No tenía absolutamente nada para cubrirle. Y no quería irme... pensé en enterrarle sin nada, aunque no quisiera. 

Antes de acercarme a él sentí unos pasos acercarse, me voltie rápidamente viendo a Enzo acercarse

–Se que querías estar solo... pero te conseguí esto –dijo tendiendome una gran sábana blanca que seguro robo de la soga de alguna casa.

Yo la agarre y le sonreí apenas como pude pero solo mostraba nostalgia y tristeza.

Él se dio la vuelta para irse, pero le detuve la mano.

–Quédate conmigo... –le pedí y él me miró tiernamente 

–Siempre estuve contigo –contesto apretando mi mano. 

Yo solo quise envolver a mi hermano con la sabana y meterlo en lo que sería su tumba. 

Vuelvo A Vivir                                       (Gay) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora