CAP 4

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P.V Talía

Todo estaba siendo muy extraño, mi mejor amiga (Ya la puedo considerar mi mejor amiga, aunque sólo hayan pasado dos horas... ¿No?), tenía un secreto que yo no sabía, y dos chicos (muy monos por cierto) estaban a mi lado, presionándome para que saltara deprisa.

-¿¡Pero vosotros habéis visto la pedazo de caída que hay!? ¡Me voy a matar!

-¡No te preocupes!- Dijo el chico de piel pálida.

-¡Date prisa, ya casi están aquí!- Dijo el otro chico.

-¿¡Pero quien coño nos persigue!?- Me estaba poniendo nerviosa y estaba entrando en pánico.- ¡Por favor, responded! ¿Qué o quien coño nos persigue?

-Cazadores.- Dijo con serenidad el primer chico. Pero, aún así con la tranquilidad con la que dijo esa palabra, me asustó, se me revolvió el estómago pensando las mil y una formas en las que nos podrían matar si nos llegan a alcanzar.

Sonó otro aullido.

Era el mismo que antes, algo nos quería decir; entonces me quedé en silencio, y quieta, escuchando... Se oían pasos que subían por las escaleras, así que me armé de valor, corrí hacia la ventana, apoye uno de mis pies y me di impulso para saltar. Aterrice con los pies, y luego puse las manos por la presión que hice al caer. Estaba sana y salva, y no me lo creía, pero, al mirar al frente me vino la angustia de nuevo.
Un lobo de color negro azabache me miraba atentamente. UN PUTO LOBO, ERA UN PUTO LOBO.

-Lobito b-bonito...- Decía yo mientras iba dando pequeños pasos marcha atrás; el lobo me perseguía poco a poco, cada vez estaba más cerca de mí...

No quería gritar, seguro que los dos chicos estarían a punto de saltar y me salvarán, pero están tardando mucho, y el lobo está muy cerca de mí...

-Lobito... Precioso lobito...- No sabía que hacer, el pánico entró en mí y notaba que me estaba quedando sin respiración. De tanto caminar hacia atrás, me choqué con la pared del edificio de dónde he saltado, y se me olvidaba una cosa... ¡Lia! No puede ser... ¿El lobo se la ha comido? No... ¡NO! Estaba a punto de llorar, quería gritar su nombre, pero los supuestos cazadores lo escucharían... Me senté en el suelo, con el lobo mirándome, cerré con fuerza los ojos y puse mi cara de perfil, entonces, el lobo, poco a poco se fue acercando a mi rostro, sentía su aliento... Entonces... Me chupó la mejilla. ¿¡Qué!? SÍ, ME CHUPÓ LA MEJILLA.

-¿Que c-cojones...?

Entonces el lobo empezó a brillar, y me di cuenta que no era el lobo, era la loba.

-¡Lia!- Grité, asustada pero a la vez aliviada. Al desaparecer la luz que envolvía al animal, salió Lia; riendo a carcajadas y casi llorando de la risa.

-¡Te tenías que haber visto la cara! "Lobito bonitoooo"- Ella seguía riendo, mientras me imitaba.
Me daba igual si se estaba riendo de mí, me daba completamente igual, estaba bien, ella estaba bien, y eso era lo único que quería.

-¿Qué te pasa Talía?

La abracé, la abracé muy fuerte; ella correspondió.

-Cabrona, me habías preocupado... Pensaba que habías muerto... Y... Y...

-¡Tranquila! No me pasa nada...

Entonces pensé, Lia se había convertido en un lobo, en un puto lobo.

-Oye...- Dije- ¿Te has convertido en un puto lobo?

-- Ella sonrió tan tranquila.

-Entonces... eres... Una...

-Mujer lobo. Exacto.

Noté un escalofrío por la espalda... ¿Una mujer lobo? Es lo más surrealista que he visto y oído en mi vida.
Entonces volví a apoyar la espalda en la pared, pensando en como coño hace eso.

-¡Tranquila!- Dijo Lia, sabía que estaba nerviosa y preocupada, aunque era todo lo contrario.

-¿Estas de broma? ¡Me encanta! ¿Matas a gente? ¿El aullido de antes era tuyo? ¡Cuenta, cuenta, cuenta!

Ella rió. A los pocos segundos, bajó el chico pálido, y seguidamente el otro.

-Corred, hemos bloqueado la puerta pero no tardarán en abrirla- Dijo el chico al que Lia le llamó "Alpha".

-Venga Talía, date prisa- Dijo Lia; me agarró la mano y empezó a correr bosque abajo, junto a los dos chavales.

-¡Lia! ¿¡M-me puedes decir lo que está pasando!?

-No hay tiempo, cuando lleguemos te lo digo.

-¿¡Y a dónde vamos!? ¡Lia! ¡Tú no me habías dicho nada de esto!

-¡Silencio!- Dijo el Alpha. Al momento todos nos quedamos quietos y en silencio.- Ya están aquí, si nos ven en manada será peor, separaos. Lia, ves con la niña.

-¡No soy una niña!

Lia me tapó la boca. Se escuchaban hojas de árbol crujir cerca nuestro, entonces el Alpha se fue corriendo a la derecha, el otro chico fue por el centro y Lia me arrastró por la izquierda.

-¡Joder Lia! ¡Me estoy cansando!

-¡Vale, vale! Descansemos...

Lia y yo nos sentamos en unas rocas que habían cerca, entonces le sonó el móvil a Lia, ella lo cogió y lo miró.

-Es mi hermano, dice que ya podemos volver a casa, ya no hay peligro.

¿Su hermano? Espera... ¿Dónde está mi hermana? ¿Qué le abra pasado?

-Dice que tu hermana está bien, lo ha ayudado mucho.

Parece que Lia me haya leído la mente.

-Puedo notar tu pulso acelerado, Talía- Volvió a decir, después sonrió.- Venga, volvamos.

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