CAP 10

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Talía P.V

Me desperté poco a poco, mientras estiraba mis brazos y mis pies, bostezando.

-¿Lia...?

Miré hacia un lado, y no estaba.

-¿Dónde coño...?

Me levanté con vaguez mientras me dirigía a la cocina, bostezando una vez más. Vi una nota en la mesa y la leí.

-¿A correr? Que rara es esta niña...

Dejé la nota de nuevo en su sitio y me dirigí a mi habitación, abrí el armario y observé como faltaban unos leggins verdes y una camiseta de tirantes negra.

-Será capulla, la tía...- Pensé.

Cogí una falda negra, una camiseta de Nirvana y mis botas negras y dejé todo encima de la cama, a la cual me tumbé de nuevo a los pocos segundos, con sueño.
Estaba pensando entre ser feliz por unos minutos o ir a comprar, así que decidí ser feliz y cerré los ojos para poder dormir, pero me empezó a sonar el móvil... Y ESTABA EN LA PUTA MESITA DE NOCHE.

Me quejé y me estiré todo lo que pude para poder cogerlo, poco a poco fui saliendo de la cama hasta caerme, pero pude contestar al móvil.

-¿Sí...?- Contesté, en el suelo.

-¿Cariño?- Dijo una voz femenina.

-¡MAMÁ!- Sonreí, mis padres estaban fuera y no volverían hasta el próximo mes.

-¡Hija!- Escuché como reía desde el otro lado del teléfono.- ¿Qué tal todo?

-¡Genial! He conocido a una chica que es igual que yo...- Sonreí.

-Ya veo... Oye, no hagas trastadas, que te conozco...

-Esto... Ya, ya...- Reí falsamente.

(...)

-Bueno, te dejo que nos iremos a visitar a la abuela hoy también, ten cuidado...- Mi madre lanzó un beso y yo sonreí de nuevo. Mi abuela se puso enferma y mis padres la cuidaban hasta que la mujer que lo hacía antes volviera, porque estaba enferma ella también.- Te llamaba para ver si estabas bien, pero ya veo que sí... ¡Nos vemos, mi niña!

-Adiós mamá...- Hice una mueca y colgué.- Ahora toca levantarse... Paso de dormir otra vez...

Me levanté lentamente y me vestí.

(...)

Cerré la puerta con llave, leí la lista de la compra y suspiré para luego guardarla en mi mochila negra.

-¿Talía?- Oí detrás mío.

Me giré rápidamente para ver como Stiles me miraba.

-¡S-stiles!- Mis mejillas se sonrojaron, al recordar lo que anoche me dijo Lia.

-¡Talía!- Sonrió.- Tenía ganas de verte...

-¿E-enserio...?

-¡Claro! Me caiste muy bien anoche...- Soltó una pequeña carcajada que hizo que me sonrojara más.- ¿Vas a algún sitio?

-Pues... Tenía pensado ir a comprar...

-¡Te acompaño!- Exclamó, sin dejarme acabar la frase.

-No hace falta... Puedo ir sola...- Me guardé también las llaves y me acerqué a Stiles.

-Oh... Por favor... Y así paso la mañana contigo...- Volvió a sonreír, esta vez era él quien se sonrojó.

-Bueno... Vale...- Le sonreí de la forma más dulce posible.

-¡Genial!- Pasó un brazo por mi cuello y me empujó hacia él. Ahí supe que sería la mejor mañana de mi vida.

(...)

-Creo que ya está todo...- Dije yo.

Stiles estaba detrás mío, mirándome, mientras yo leía la lista, él llevaba el carro de la compra.

-Oh, no, falta el papel higiénico...- Miré a los lados, y vi al final de un pasillo una estantería dónde estaba lo que necesitaba.- ¡Vamos Stiles!

-¡Sí, señora!- Ambos reímos y nos dirigimos allí.

El papel estaba en la estantería más alta, y yo media 1'60... ¿¡ENSERIO!?

Me puse de puntillas y estiré mi brazo para poder cogerlo, incluso di un salto, pero no había manera.

-¿Te ayudo, pequeñaja?- Dijo Stiles, que estuvo observando todo. Se acercó a mí por detrás y posó su mano izquierda en mi cintura, mientras que con la derecha cogía el papel y me lo daba, sin dejar de sonreír.

-Gra-gracias...- Sonreí, con la cara totalmente roja.

Él me devolvió la sonrisa y volvió al carro, mientras yo guardaba el papel higiénico en él. Fuimos a pagar y pusimos todo en tres bolsas de plástico, Stiles llevaba dos y yo una, ya que insistió en llevarlas él.

-Dime, Talía...- Dijo él, mientras caminábamos hacia mi casa.

-¿Sí?- Lo miré y sonreí.

-¿Desde cuando Lia es tu mejor amiga?

-Pues...- Suspiré.- Sería demasiado rápido decir que es mi mejor amiga, y yo la suya... Nos conocimos ayer por la tarde, al escapar de un castigo...

Miré a Stiles, estaba escuchándome y sin dejar de sonreír.

-Pues parecéis almas gemelas...

Reí un poco y miré al suelo.

-Nunca había conocido a alguien como ella... Con mis gustos... Mismo nivel de locura... Es raro que en este pueblo tan pequeño no os conociera... Incluso Lia y yo vamos al mismo instituto, no me lo creo...

-Scott y yo también vamos a vuestro instituto... Sólo que en la otra clase...

Lo miré, algo avergonzada.

-N-no sé como no pude notar vuestra presencia... Lo siento...

-Oye, no importa, estamos acostumbrados a eso...- Volvió a sonreír.

Llegamos a casa y dejamos todas las bolsas encima de la encimera.

-Por cierto... ¿Porqué estabas delante de mi casa hace un rato? ¿Acaso me venías a visitar?- Le pregunté a Stiles, sonriendo.

-¡N-no! F-fue de casualidad, osea... Estaba pasando por ahí y dije... ¡Hostia, la casa de Talía...! Y b-bueno...- Stiles se puso nervioso y a la vez colorado.

-Tío, que mal mientes.- Sonreí y lo abracé, sin haberlo pensado dos veces.

-Lo sé... De verdad quería verte...- Soltó una carcajada y correspondió a mi abrazo.- Por cierto... ¿Dónde están Lia y Scott?

Nos miramos y ambos intercambiamos una sonrisa.

-Prepara esos cinco euros, Stiles...

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