Capitulo 49.

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Lynn se encaminó con Liam a la parte trasera del el jeep.
-¿Esta todo bien Liam?-preguntó Lynn con ansiedad. Ambos habían estado un poco distantes en los últimos días. Liam, por el reciente descubrimiento de que la chica que estaba parada frente a él, era su ancla, la única que podía mantenerlo en control cuando no podía más; por otro lado, estaba ella. Cosas extrañas le estaban sucediendo y estaba preocupada, Scott estaba siendo muy protector con ella. Sospechaba que se sentía culpable por haberla tratado como una intrusa cuando llegó, pero también podían ser simplemente celos de hermano mayor. Aunque estaba acostumbrado a proteger a sus seres amados, no había tenido una persona de sangre (más que su madre) a la cual proteger, se había encariñado con Lynn, era su hermanita. Tanto Lynn como Liam necesitaban apoyarse en alguien en quien confiar, que les sostuviera, tenían que hablar y derrumbar la pared invisible que se empezaba a formar entre ellos antes de que fuera demasiado tarde.
-Necesitamos hablar...-dijo Liam con nerviosismo. Había imaginado este momento tan diferente y ahora, se había quedado sin habla.-Me refiero...tu y yo... Ya sabes.
-Si, entiendo...-Lynn comenzaba a ruborizarse, ¿de que demonios quería hablar? No había nada de que hablar más que ponerse al corriente y ser sincera, sin ocultarle nada. Ella lo sabía, se estaba engañando a si misma. Que estúpida.-¿Te parece si te veo en el café que está cerca de la pista de hockey?
-¿A las 7?-preguntó él.
-Por supuesto.

Mientras que Liam y Lynn terminaban de charlar, Stiles y Lydia tenían una conversación un tanto extraña.
-¿Qué está tramando el pequeño lobito?-dijo Stiles, sin preguntarle a Lydia en específico, sin embargo ambos miraban a la pareja que se dirigía detrás del jeep para ser más discretos.
-Desde que Liam se enteró que ella es su ancla, hay algo raro entre los dos.-en ese momento, Lydia se dio cuenta de lo que acababa de decir y haciendo un ademán con su mano, junto a una cara de arrepentimiento, se tapó la boca. Stiles, por su parte, había volteado a verla con unos ojos abiertos de par en par y cara sorprendida.
-¿Cómo te enteraste?-dijo susurrando. Se suponía que esa verdad se quedaría entre hombres.
-Escuché a Liam y a Mason hablándo al respecto. Él quería confesarle a Lynn lo que sentía y en ese momento llegué yo... Y evidentemente no sabía cómo hacerlo.-dijo mientras recordaba esa escena con una sonrisa en la cara. El más pequeño de la manada no era un experto en amor, y si bien había tenido una novia previa, eso no podía compararse a encontrar a su ancla.
-Casi lo olvido...-dijo Stiles, sacándola de ese barullo mental en el que llevaba un buen rato (el cual Stiles aprovechó para contemplarla).-Lindo vestido. Me recuerda lo asombrosa que eres.
-¿Asombrosa? ¿Porque?-respondió Lydia.
-Ese es el mismo vestido que llevabas cuando Deaton nos metió en ese trance para poder encontrar a mi padre, a Melissa y a Argent...-y haciendo una breve pausa, se acercó a ella y luego dijo.-Ese mismo dia, tuve un ataque de pánico. Sólo tu supiste como pararlo...de una manera poco convencional, pero no me quejo.
Lydia sonrió, lo miró a los ojos y soltó una risita.
-Dije eso en voz alta, ¿cierto?-preguntó Stiles y ella movió la cabeza en señal afirmativa, con una sonrisa en la cara completamente roja, casi como su cabello. En eso vieron que los chicos se acercaban a ellos, dando por concluida su charla. Antes de irse, Lydia le dió un fuerte abrazo a Stiles, se acercó a su oído y de manera muy sutil, le susurró.-En cuanto sepa algo de lo que pasa, serás el primero en saberlo.
Lydia y Lynn se subieron al auto, pero esperaron a que los chicos se marcharán. Justo antes de partir, se escuchó una voz que salía de casa de Lydia.
Cariño¡-dijo gritando la Sra. Martin mientras se acercaba a la ventanilla de Lydia.-Necesito que me proporciones el teléfono de la hermana de Scott, necesito que me haga un pequeño... ¡Oh, no te había visto querida!-exclamó la madre de Lydia.-Necesito que me hagas un pequeño favor en vista de que no tienes mucho que hacer en la escuela, igual que Lydia.
Lynn soltó una risita pero Lydia soltó un bufido audible junto con un par de ojos verdes entornados.
-¿Qué necesita que haga Sra. Martin?
-Necesito que le des una hora de asesorías de biologia a un estudiante, empezando hoy.-respondió la directora amablemente.
-Claro, ¿quien es el estudiante?-preguntó Lynn.
-Daniel Lahey, aquí está su dirección.-dijo la directora mientras le pasaba la dirección del chico, anotada en un trozo de papel.-He llamado a su casa y le avisé que irías hoy a las 7.
-¿A las 7?-dijo Lynn con preocupación en su voz.
-Si, ¿hay algún problema?
-No...-respondió la chica, intentando disimular todo el disgusto y decepción en su voz.-No hay inconveniente.
Habiendo terminado esa conversación, las chicas se marcharon.

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