Nueva vida, nuevo surf

Capítulo 1: Vida nueva implica nuevas decisiones

Hoy he llegado. Aquí empieza mi libertad. Y toda esta novedad me está invadiendo. Estoy sentada en la cafetería de Griffith University, una universidad situada en Queensland, Australia. Sí, por fin he conseguido salir de ese internado inglés, y lo mejor de todo: soy mayor de edad, lo que significa que ¡¡no tengo que obedecer a mi madre!!

Estoy viviendo en un piso de fuera del campus, y sólo tengo que caminar 10 minutos para llegar a él. Mi madre quería comprarme una mansión, pero le dije que no, que me bastaba con un apartamento en un piso que estuviera cerca de la universidad. Os estareis preguntando qué carrera he elegido, y os sorprenderá saber que he escogido música. En Inglaterra ya no tenía mi mejor amiga la tabla, ni a María, ni a Shane, ni a Lara. A Marcos lo tenía cerca siempre, y lo sigo teniendo (he dicho que una estrella es él, y siempre saludo a esa estrella), así que tenía que entretenerme con alguna otra cosa, y fue entonces, cuando vi una guitarra en los contenedores. Era preciosa, así que la llevé a una pequeña tienda de música, donde me la arreglaron y me la afinaron. Me dejaron diseñar el dibujo de la guitarra, y la dejaron preciosa. Un profesor en el internado me enseñó a tocar, y poco a poco fui construyendo canciones sobre mi vida, mi pasado, la tristeza que me envolvió en la muerte de Marcos y otras cosas llenas de sentimiento. Y si me permitís decirlo, son increíbles. Pasado mañana será mi primer día de clases, y ahora estoy paseandome por el campus para verlo todo. Y hay más: ya nadie se acuerda de mí, como surfera ya que todo el surf se describe en una palabra: María. Y eso me parece genial, porque de ese modo puedo comenzar de cero, y llegar a machacar a mi mejor amiga en un mundial, claro que la machacaré con amor. Porque estoy decidida y preparada al 100% para volver a coger una tabla de surf y subirme a una ola de nuevo. Y esta vez mi madre no me puede detener, porque nadie sabrá que estoy preparando mi retorno, ni siquiera Lara.