Capítulo 7: Quiero que sonrías el resto de tu vida

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Abracé a Shane. Mientras nos abrazamos le dije.

- Shane. Es precioso lo que me acabas de decir, pero igualmente, quiero que trabajes en algo que te haga feliz a ti, y no a mi. Quiero que tengas un trabajo que te encante y que te haga volver con una enorme sonrisa en la cara, en vez de volver deprimido y sin fuerzas de hacer nada. Eso me mataría, Shane, y llegaría un momento en el que no me lo perdonaría.

- Clara, por verte llegaría cada día con una sonrisa.

- Shane, siento decirte esto, pero si tienes un trabajo que te deprime, no podrías mantener mucho esa sonrisa. Quiero que trabajes en algo que te encante, algo que te apasione. Algo que te mantenga esa sonrisa cada minuto de tu vida y que te haga disfrutar de la vida. ¿Cómo te va en la universidad?

-Pues bueno, no está mal.

- Shane, sé cuando mientes.

- Me encanta. Es una pasada, no sabes cómo me lo paso. Ir a esa universidad y estudiar biología marina es lo mejor que me ha pasado en la vida, después de ti, claro.

- A eso me refiero, Shane. Eres muy feliz, y no quiero que cambies por mi, porque yo soy feliz si te veo así de feliz, Shane.

- ¿En serio? ¿Entonces no quieres que me cambie? ¿Estás segura?

- Shane, ¿realmente has escuchado lo que te he dicho estos últimos minutos? Porque te acabo de prohibir que te cambies de universidad.

- De acuerdo, y muchas gracias cariño.

- ¿Por qué? ¿Por dejarte hacer lo que te dé la gana?

- Por pensar en mi.

- Lo hago a todas horas, hasta en mis sueños.

Pausa de silencio y abrazo larga.

- Bueno, ¿y dónde sigue la cita?

- Ahora te vas a casa, te duchas, te pones Untrue Lies, que sé que es tu preferido, te pones preciosa y te pones el vestido nuevo. Luego, nos vemos aquí.

- De acuerdo. Entonces nos vemos en una hora aquí. Te quiero- le dí un beso en la mejilla y me fui.

Luego me duché, me puse el vestido, con la pulsera de maría, un collar largo con un corazón en medio, Untrue Lies, pendientes lilas y manoletinas negras. Me hice un semirecogido con trenzas en mi pelo y me dirigí hacia donde había quedado con Shane. Shane ya estaba allí. Estaba guapísimo con su traje negro y camisa blanca. Me acerqué y lo abracé.

- Bueno, ¿y ahora qué?-Le pregunté.

- Pues te voy a poner esto...- me puso un pañuelo en los ojos- y te voy a llevar a un sitio. ¿Ves algo?

- No veo absolutamente nada.

- Perfecto.

Caminamos un buen rato, hasta que se oía música que se oía más y más. De repente me dice:

- Ya te puedes quitar el pañuelo.

Me lo quité.

- ¡Me has traído a los Teen Chice Awards! ¡Dios mío! ¡Qué guay!

- ¿Te gusta la sorpresa?

- Me encanta, pero Shane, dime cuánto ha costado mi entrada que te la pago.

- De ninguna de las maneras la vas a pagar.

- Pues pago el vestido, no quiero que pagues las dos cosas. Si por mi fuera, no pagarías por ninguna.

- No aceptaré tu dinero. Quiero llevarte a alguna parte y quiero que briller más de lo que haces normalmente. Porque te lo mereces. ¡Ah! Y estamos en segunda fila.

- Te mato, ¿has comprado entradas de segunda fila? nonono, eso sí que no lo acepto, Shane.

- Pues qué pena, entonces voy a devolverlas y a comprar de última fila.

- Tontorrón, no importa, hay que hacer mucha cola para comprar entradas, supongo que tendré que aceptar esas entradas.- Le sonreí y le saqué la lengua insinuando una pequeña broma. Nos besamos y entramos

Nueva vida, nuevo surfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora