Diez:
Mire por la ventana, las personas esperaban afuera del hotel por un saludo de una persona que ni siquiera sabía su nombre, pero eran esas personas las que nos llevaban a la cima y eran las mismas personas que podían arruinarte si quisieran.
-Servicio a la habitación-el golpe en la puerta me hizo alejarme de la ventana y caminar hasta esta-Lamento la tardanza señorita Stark.
-Esta bien-murmure mientras veía Ian y Hunter salían de la habitación de alado. ¿Qué no dormían con Dylan?
-Firme aquí-tome la pluma que me ofrecía y firme el recibo-Disfrute su comida-salió de la habitación y pude ver como una rubia salía de la habitación de enfrente.
La chica acomodó el vestido rojo en su cuerpo e intento peinar su cabello, Dylan se cruzo de brazos en el marco de la puerta, una toalla en sus caderas era todo lo que usaba.
-Eres un gran deportista Dylan Springs-la chica se puso los tacones-Y también eres increíble en la cama-mordí mi labio para no reírme, ¿Cómo es que no estaba grabando todo esto?
-No le diremos de esto a nadie, ¿verdad linda?-mis ganas de reír desaparecieron, linda. La chica rió como una adolescente y negó-Buena chica-Dylan se inclinó y beso sus labios.
-Tienes mi número-la chica se separo y camino hasta el elevador mordiéndose el labio y meneando las caderas.
-Buena suerte para mi que no soy rubia-Dylan me miro divertido.
-¿Por qué lo dices?
-Porque todas las chicas con las que te acuestas suelen ser rubias-me encogí de hombros y Dylan cruzo el pasillo rápidamente para llegar hasta mi puerta.
-Puedo hacer una excepción-reí.
-No, gracias-Dylan tomó mi cintura y me obligo a retroceder, hasta que mi espalda tocó la pared.
-¿Fue una buena mañana?-susurró cerca de mi cuello y quise encogerme, odiaba que se acercaran a mi cuello.
-Quisiera desayunar y no que alguien con solo una maldita toalla intente seducirme-puse mis manos en su pecho para alejarlo y Dylan rió, haciendo temblar su pecho y mandar esa sensación a todo mi cuerpo.
-Créeme Marine, si quisiera seducirte no estaríamos hablando ahora mismo-me miro a los ojos y me regaló una sonrisa infantil, esas que hacen los niños para convencerte que les compres algo.
-Espera, ¿Eso quiere decir que estoy en la friendzone?-pregunte levemente ofendida.
-¿Quién dijo algo de la friendzone?-Dylan se acerco a mi rostro y se detuvo cuando nuestros labios rozaron-¿Quieres algo más que amistad Lucky Charm?
Fruncí el ceño-¿Cómo me llamaste?
Dylan abrió los ojos y se separo rápidamente, al parecer no era su intención decirlo en voz alta-Debo regresar a mi habitación.
-Me llamaste como el cereal-me burle.
-No se que crees que escuchaste-murmuro y cerro su puerta.
-De acuerdo-cerré la puerta y mire mi desayuno, la comida más importante del día.
El equipo volvía a estar en la delantera y yo había decidido que sería más divertido comerme un helado, sinceramente el hockey me hartaba, la principal razón era porque no lo entendía y era mejor hacer algo más a sentarme e intentar entenderlo.
Ni siquiera sabía el nombre del equipo, solo sabía que utilizaban un jersey rojo con un Bulldog, tal vez su nombre era Bulldogs.
El ansiado medio tiempo llego y Dylan entró lleno de energía a la banca, una energía que nunca había visto; sus ojos brillaban y tenía las mejillas sonrojadas, parecía un niño emocionado.
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City Of Angels ✔️
Teen FictionLos deportes y la música no van juntos. Cuando sus mundos se encuentran, todo cambiará. Ella necesita nueva música y él necesita llevar a su equipo a la victoria. ¿Será la música lo único que la mantendrá a su lado o podrá ser más que eso?