El juego

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Cinco:

Mire a Jordan aburrida, llevaba más de dos horas explicando su nueva estrategia de marketing para el nuevo disco y sobre la gira que le seguiría cuando el disco saliera finalmente a la venta, los lugares donde tocaría y lo que tendría el show.

Steff se había quedado dormido en la mesa y podía ver al resto del equipo luchando contra el sueño que la explicación de Jordan les provocaba.

Mire el reloj, aún quedaban una hora para el partido, pero con el horrible tráfico de Los Ángeles, hubiera sido mejor que hubiera salido con dos horas de anticipación. No podía ser posible, de Beverly Hills al Staples Center era media hora de camino.

Jordan terminó media hora después, tome mi bolsa y salí rápidamente de la sala de juntas de la disquera-¡Marine! ¡No hemos terminado!-ignoré a Jordan y baje las escaleras rápidamente para tomar un taxi.

-Al Staples Center-hable intentando recuperar el aire que había perdido en las escaleras, vaya que estaba fuera de forma.

Baje del taxi y pagué rápidamente-¡Conserve el cambio!-corrí hasta la taquilla, Ian había dicho que solo diera mi nombre y me darían el boleto-Marine Stark, tengo un boleto.

-Déjame ver-la chica busco en un pila de papeles y yo moví la pierna en señal de impaciencia-Aquí esta-arrebate el sobre de sus manos.

-Gracias-corrí dentro del lugar, al parecer había llegado casi al final del primer tiempo.

Camine buscando mi lugar, el estadio era diferente a la pista donde había conocido a los tres jugadores, era mucho más grande y había gente gritando y animando a los equipos.

Ian había sido lo suficientemente amable para darme un boleto para el primer juego, aunque no estuviera segura de que fuera a llegar, él me lo había dado, había dicho que no importaba que llegará tarde, pero lo importante era que fuera.

Me detuve en la primera fila y mire el único lugar vació en esta-Con permiso, perdón, paso, perdón, lindos zapatos, quítate-murmure en cuanto intentaba que la gente me dejará llegar a mi lugar.

Llegué cuando todos se pusieron de pie y gritaron algo que no entendí, me senté rápidamente y mire a mi alrededor perdida, definitivamente los deportes no eran lo mío.

-Maldita sea, Springs esta teniendo otro de sus malos juegos-el chico a mi lado hablo y lo mire esperando que no hubiera sido para mi su comentario, me alivie al ver que hablaba con su amigo.

-La temporada pasada fueron malos juegos todos, yo digo que solo es un payaso sin talento-mire el juego, patinaban de aquí para allá.

Los Pingüinos de Pittsburgh portaban una camiseta blanca y los Kings portaban una camiseta totalmente negra, esa era mi manera de diferenciarlos.

-¡A Collins está libre!-volvió a gritar el chico a mi lado-¡Maldita sea Springs deja de ser un idiota!-me encogí en mi lugar cuando el anciano de la fila de atrás comenzó a gritarle groserías a Dylan.

-Y es el final del primer tiempo, los Pingüinos ganan por una diferencia de siete puntos.

-Vamos por algo de tomar, tengo que estar borracho para el final de este juego o de lo contrarió intentaré matar al maldito de Springs-su amigo coincido y ambos salieron de su lugar. La mayoría de la gente se dispersó y pude ver a Dylan lanzando su casco molesto en cuanto entro a la banca.

Me puse de pie y camine hasta la banca-¿Sabes? No creo que el rojo sea tu color.

Dylan me miro sorprendido-¿Qué haces aquí?

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